Mira... el cielo es azul,
las palmas bailan frente al mar,
la luna se asoma con su luz,
las estrellas brillan sin parar.
Por eso...
Decir adiós a la patria
es un dolor inmenso,
que se encierra callado
como un viento quieto
Y sin chillar.
¡Ay! Patria, qué lejos quedaron
el cielo, las palmas, el sol y la luna.
Desgarrando la distancia al alma,
un terruño que se extraña,
una madre que espera
al hijo que no regresa.
Pero calla... no se puede llorar.