He leído con interés la crítica que hace Elsa Tió del libro El Jefe, de Nieve de los Ángeles Vázquez, sobre Luis Muñoz Rivera (LMR). Debo decir que concuerdo en que este libro tiene una serie de defectos importantes. El principal me parece que es el sesgo evidente de la autora que, como bien señala Tió, parecería embarcada en una campaña de difamación más que en una investigación académica. Por ejemplo, dice Vázquez:
LMM “conformó un grupo obnubilado por sus estrategias… José de Diego” (p.23)
o
LMM “Escuchaba aquello mientras palidecía de forma evidente frente al gobernador. Sus pensamientos se arremolinaban. Apretaba fuerte y violentamente el puño de la mano izquierda…” P. 426
Estos, evidentemente, no son hechos, son interpretaciones novelescas que hace Vázquez, mostrando un sesgo importante contra su sujeto de estudio. También hay otros problemas, como por ejemplo citar “El diario de guerra de Ángel Rivero” como si lo hubiese escrito el Dr. José Mari Mut. Mari creó el repositorio Ediciones Digitales, pero él, personalmente, sobre lo que escribió fue sobre colémbolos. Esos son los insectos minúsculos que ve usted correr y brincar entre las páginas de libros viejos.
No obstante los defectos mencionados, el libro de Vázquez es una buena documentación de un periodo y unos personajes importantes en la historia de Puerto Rico. Esto, claro está, para el lector que pueda separar la paja del grano, el sesgo y la hiel del dato. En ese sentido, no “está dotado de una apabullante ignorancia de nuestro pasado histórico”. Tan lamentable como es el sesgo en El Jefe, es ignorar la dimensión pedestre de los personajes en cuestión. Endiosarlos, convertirlos en seres iluminados, que no lo fueron. Sin negar, que, independientemente de sus razones, fueron importantes.
Pero la crítica que hace Tió me recuerda otro libro. Aquel que pregunta ¿por qué miras la paja en el ojo de tu hermano? La de Tió es una crítica tan sesgada a favor de LMR como lo es la de Vázquez en contra. Un ejemplo de la dicotomía es como, mientras que para Vázquez LMR no logra nada “hasta ya sus 39 años”, para Tió lo logra “con tan solo 39 años”. Tió defiende a LMR citando los propios discursos del político. Pero, solo por dar un ejemplo, no existe duda razonable sobre las dos caras de LMR al expresarse sobre el sufragio universal (ver p. 408, Vázquez). El informe Carroll está fácilmente accesible a cualquiera que quiera corroborar las declaraciones que allí hizo LMR, y no eran a favor del pueblo. Tió no refuta ninguno de los planteamientos de Vázquez, solo cita discursos. Las maniobras políticas de LMR fueron señaladas desde el principio, y por distintos actores, tanto boricuas como estadunidenses. Edgard S. Wilson, quien por lo general habló muy bien de Puerto Rico, dice en Political Development of Porto Rico (1905) “through some hocus pocus Muñoz Rivera had completely captured him [General Brooks] and was running thigs in the same high-handed manner as formerly”.
Es interesante que Tió comienza usando de ejemplo como no podríamos fiarnos en 100 años de investigaciones que ensalcen a Ricky Roselló, pero entonces usa discursos de LMR para “demostrar” la ilustración del personaje. Por esa línea podríamos defender a Ricky citando, por ejemplo:
“El gobernador empezó su anuncio citando algunos de los logros de su gobierno, entre ellos la aprobación de un presupuesto balanceado sin despidos de empleados del sector público, combate a la corrupción, crecimiento económico positivo y reducción de impuestos.
“Aumentamos el salario de los maestros en medio de la quiebra”, dijo. (The New York Times)”
O, cuando Tió habla de valentía, citando el encuentro con el general Henry dónde LMR le dice:
“Quiero decir que deseo que usted no ignore que yo, en una ocasión, cogí por la cintura a dos hombres y los arroje por la ventana con la misma facilidad que usted lanzó uno”, pues ¿podríamos hablar de la valentía de Ricky al ofrecerle un puño a Trump? Por otro lado, si el que militares o republicanos trataran de matar a LMR lo convierte en patriota, ¿significa que Luis Muñoz Marín era un traidor y por eso los Nacionalistas intentaron matarlo?
Cabe también señalar que, aunque es entendible que Elsa Tió esté muy orgullosa de Lola, está equivocada cuando dice “dignos patriotas como Alejandro Tapia, Alejandrina Benítez, Lola Tió, Gautier Benítez”, Lola era Rodríguez, no era Tió.
En fin, dos puntos de vista, digamos interesantes, que subrayan la división intestina que nos lastra.