Sound of Freedom o una película cristiana haciendo el bien

Cine caribe
La fui a ver sin ninguna expectativa. Es más, en este medio, El Post Antillano, ya se había publicado una reseña, y en parte fui a verla por eso. También por recomendación de otros y otras, que alegaban que se trata de una película promocionando la vuelta al cine. Luego de verla, me quedé más confundido.  Ojo, que yo quiero hacer el bien, pero no por eso todos los fondos financieros se los damos, y no quiero sonar sarcástico, al  Hospital del Niño, como hacen los del  partido en el poder hoy en Puerto Rico cuando quieren manipular fondos públicos y no dárselos a proyectos comunitarios originados por la izquierda.

Sound of Freedom (Dir. Alejandro Monteverde,  EE.UU., 2023), narra la historia de Tim Ballard (actor Jim Caviezel), un antiguo agente federal, que se comprometió a detener el tráfico infantil de América Latina a los EE.UU., en particular interviene en Colomba.  Hasta ahí, todo bien, algo así como donar dinero al Hospital del Niño. Ahora bien, luego que uno investiga sobre la película, la misma, incluyendo al propio personaje real de Tim Ballard, están hartamente ligados con el grupo oculto-secreto de QAnon en los EE.UU.

QAnon es un grupo, cuya vida cierta se desconoce, vinculado a la extrema derecha americana. Personas como Donald Trump hoy, son altamente apoyados por este grupo. Tim Ballard, el personaje real, preside la fundación OUR (Operation Underground Railroad).  La misma promueve el “bien” para los niños y niñas que son parte de la trata humana alrededor del planeta. Dicho esto, sus financieros son personas de reputación dudosa, vinculados al grupo QAnon.  Ballard lo ha negado consistentemente, aunque habla como si fuera un devoto de la organización, pues utiliza los mismos argumentos.

Lo peor que el director ejecutivo de la película, es decir el que la financió, fue Andrew McCubbins, mormón de Utah, acusado de fraude al gobierno federal, por esquema en Medicare por un valor de $89 millones de dólares. Esto vinculado entonces  a otros financieros o personas que se vinculan con Ballard, como el Nazareth Fund, del cual es también su director, y es auspiciado abiertamente por Glenn Beck, financiero e ideólogo de QAnon.

Dicho todo lo anterior, mi problema con la película, no es hacer el bien por los niños y niñas, sino la línea invisible que uno lo está haciendo porque son “hijos de Dios”.  Por ende, esta película versa a partir de la vida de un agente federal, que fuera de la jurisdicción y sin justificación alguna se metió en Colombia, presumiblemente bajo el Plan Colombia del presidente Bill Clinton, y dejó a su esposa y seis hijos, para proteger niños y niñas víctimas de a trata humana. Al hacerlo, violentó la soberanía nacional de Colombia, las leyes y reglamentaciones federales y más que nada, su deber fiduciario como empleado público de los EE.UU. 

Todo lo anterior se hizo a sabiendas que es parte de una narrativa colonial, donde el “hombre blanco” está legitimado de intervenir en los países del tercer mundo, donde el hombre y la mujer negros, literal en cuanto a la película se refiere, necesitan ser educados y transformados.  
Ahora bien, en Puerto Rico la película ha sido adoptada por el partido de derechas Proyecto Dignidad.  En los EE.UU, la Iglesia de Jesucristo de los últimos dias, tambien la ha apoyado, Para mi esto es bien complicado, pues normalmente esos sectores y uno no coinciden en nada, incluyendo como se aborda el problema social de trata humana, el racismo, la comunidad LGTBQ+ y el aborto. 

Pues bien, usted la ve si quiere. Recuerde, que hasta el actor Jim Caviezel cree en el tema de QAnon en la vida real, por lo que su aparición al final, es propaganda desde su ideología. A su discreción.