Cambiar el consumo humano de los recursos naturales

Agenda Caribeña
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Los hábitos de vida que se han convertido en sistémicos mundialmente tienen que cambiar y transformarse. El 20% de la población mundial consume el 80% de todos los recursos del planeta. Los gastos militares en el mundo son doce veces mayores que todas las ayudas a los países en vías de desarrollo.

Tal sistema de vida en el mundo ha tenido como consecuencia que cinco mil personas mueran diariamente por beber agua contaminada. Y mil millones de seres humanos no tienen acceso al agua potable.

Más del cincuenta por ciento de todos los cereales comercializados mundialmente son utilizados para pienso o biocombustible, mientras cerca de mil millones de personas padecen hambre en el mundo. El 40% de las tierras cultivables está degradado. Cada año desaparecen 13 millones de hectáreas de bosque.

Nuestra fauna no escapa a la depredación del ser humano en detrimento del ecosistema. Un mamífero de cada cuatro, un ave de cada ocho, un anfibio de cada tres está en peligro de extinción. Las especies se extinguen a un ritmo mil veces superior al que fue históricamente el natural en el pasado.

Las tres cuartas partes de los recursos pesqueros están agotadas, en declive o al borde de estarlo. La temperatura media de los últimos años ha sido la más elevada que jamás se haya registrado en el planeta. La banquisa ha perdido 40% de su espesor en las últimas cuatro décadas.

Antes del 2050 podría haber 200 millones de refugiados a causa del cambio climático. Empero, no todo es pesimismo. Hay atisbos de esperanza, a pesar de todo. Los primeros parques de reservas naturales tienen más de un siglo; cubren más del 30% del territorio de los continentes. Crean espacios donde la actividad humana va en sintonía con la preservación de las especies, el suelo y la naturaleza. Esta armonía entre el ser humano y la naturaleza puede convertirse en la regla y no en la excepción. Así podremos comenzar a darle un poco de futuro al planeta Tierra

Se crea cada vez más conciencia en el mundo de la necesidad de sustituir la quema de combustibles fósiles con propósitos energéticos por las alternativas de energía renovable y reducir las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de efectos invernadero a la atmósfera. Hay verdaderos compromisos de países por sustituir totalmente los combustibles fósiles por energías renovables en los próximos años.

Los gobiernos de Nueva Zelanda, Islandia, Austria, Suecia y otras naciones han decidido que el desarrollo de energía renovable se convierta en una verdadera prioridad. En Dinamarca hay un prototipo de central de electrificación por quema de carbón que expulsa la contaminación de carbono bajo la superficie de la tierra y no al aire, que ya es algo positivo antes de la eliminación absoluta de la quema de todo combustible fósil.

En Islandia hay una central de generación de electricidad que se alimenta con el calor que proviene de las profundidades de la tierra: la geotermia. Existen ya las denominadas serpientes marinas energéticas que aprovechan la energía del movimiento de las olas para producir electricidad. Se han construido parques eólicos en las costas de Dinamarca que producen el 20% de la electricidad del país.

Van surgiendo las alternativas a la depredación humana del ecosistema planetario, antes de que sea demasiado tarde y el problema de la destrucción del medioambiente sea ya irreversible.

Se va creando conciencia en el mundo de la existencia de alimentos sustitutivos a los cárnicos que aportan proteínas en la alimentación. Las lentejas y los frijoles pueden sustituir a la carne y pueden ya prepararse hamburguesas y tacos con ellos.

Ya se ha comenzado a producir la denominada “carne sintética” o “carne cultivada” en laboratorios, a partir de células madre células extraídas de músculos de animales, suero fetal y otros elementos para sustituir la ganadería y la crianza de otros animales para la industria cárnica que es uno de los mayores contaminantes del ecosistema con gas metano.

Se están creando, además, métodos agrícolas que eliminan la utilización de pesticidas y se decantan por la agricultura orgánica o que reducen grandemente con la utilización de esos nuevos métodos la degradación de la corteza terrestre en los sembradíos, al tiempo que se eleva su producción para satisfacer las necesidades alimentarias de toda la humanidad mediante la socialización y humanización de su mercadotecnia y reducir, así, la hambruna.