Strays o la posibilidad de hacer cine pornográfico pasando por debajo del radar

Cine caribe

Hay películas que se ven por razones prácticas. En parte, porque son la última tanda, te permite hacer otras cosas y llegas y aún no ha empezado la película.  Eso pasó aquí.  También, porque uno de los actores del filme, ha estado malito de salud, y tiene consistencia de ser un buen tipo. En apoyo, para que le sigan pagando el plan médico, no hay para más.

Strays (Dir. Josh Greenbaum, EE.UU., 2023) es una de esas película en una larga tradición de cine ácido hecho en los EE.UU. donde se mezcla el sexo, la mala vibra convertida en justicia, y sobre todo el desprecio a la vida.  Es algo curioso, a esto le llamamos entretenimiento.  Pues bien, el toque aquí, es que todo esto pasa bajo un bajo perfil o fuera del radar, pues la película se cuenta a través de unos personajes que son reales, pero virtualmente animados. Se trata de una película de perros, literal, que cuentan su historia.

La historia surge entre Reggie (Will Farrell) y Bug (Jamie Foxx) quienes se encuentran en la calle. El primero era un perro de la calle, vagabundo y en inglés stray, y el otro había sido despedido por su amo.  Hasta ahí todo bien. Lo que sucede es que la película se adentra en la imaginación canina, y a partir de ahí los temas son continuamente recurrentes: sexo, alcohol, y la destrucción del amo por vía de la erradicación radical de su órgano fálico. Aunque parecería un planteamiento de feminismo radical, realmente hablando, la película es un absurdo planteamiento de la violencia.

Pues bien, el famoso grupo o pack en inglés se constituye con dos otros personajes, Maggie (Isla Fisher) y Hunter (Randall Park), quienes en bonche hacen locuras que nos deben hacer reír, pero que se simplifican a erecciones caninas, sexo en cualquier dirección (pues alguien le dijo al guionista, que los perros son a-genero, lo cual es nuevo para mi) y más que nada la continua represión de los amos.

Pues bien si usted desea ser una película que de haber sido con seres humanos sería una dentro del género pornográfico, pues vaya a verla. Lo que pasa es que la película no lo cuenta desde el placer sino desde el dolor.  En esa medida, está más cerca de la tradición creada por la franquicia de Jackass: the movie (Dir.  Jeff Tremaine, EE.UU., 2002). 

En fin, que hay cine y hay cine. Esta la ve a su pura discreción. Difícil pensar que es un filme familiar.  Luego de verla, lo que uno desea hacer es botar de su casa al “mejor amigo” del hombre y la mujer… el perro.

La ven a su discreción.