La cuerda floja entre tradición e igualdad

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Ah, cultura. Esa manta cálida y reconfortante en la que nos envolvemos, especialmente cuando el mundo sesiente frío y alienante. Sin embargo, a veces, esa misma cultura puede actuar como las rocas irregulares que no viste mientras nadabas en el mar de la vida, cortándote cuando menos lo esperas. Una de esas piedras afiladas es la misoginia disfrazada de “valores tradicionales”.

El peligro de idealizar el pasado:

Cuando escuchamos frases como “valores tradicionales”, es fácil evocar imágenes de épocas más simples, donde las personas tenían roles, conocían sus lugares y supuestamente todo estaba “bien” en el mundo. Ah, sí, los buenos tiempos , en los que imaginamos que todos vivían en armonía, sin saber que la armonía a menudo tenía un precio elevado.

Lo que algunas personas no parecen entender (o prefieren no entender) es que esta supuesta simplicidad a menudo enmascara desigualdades flagrantes. Verá, hay un problema evidente cuando permitimos que lacultura justifique prácticas obsoletas, particularmente aquellas que discriminan por motivos de género.

El lado oscuro deAsí es como siempre hemos hecho las cosas”. Piense en el primo que justifica pedirle a su hermana que sirva bebidas en una reunión familiar porque “así se ha hecho siempre”. O el ejecutivo que sonríe cuando las mujeres en la oficina no pueden conseguir un ascenso porque los superiores dominados por los hombres afirman que “ no es nuestra cultura” dejar que las mujeres lideren.

Mira, la cuestión es que esconderse detrás de la tradición puede convertirse en una excusa muy conveniente para algún comportamiento bastante desagradable. He escuchado el argumento más veces de las que puedo contar: “Oh, no es que estemos en contra de que las mujeres tengan derechos, pero nuestra cultura tiene una visión diferente de los roles de género. Dejemos una cosa clara: estamos en 2023 yinvocar la cultura no debería ser una tarjeta para salir libre de la cárcel por ser misógino.

Por qué la excusa es particularmente poderosa:

Pero ¿por qué es tan eficaz la carta de la “cultura”? Simple: accede a nuestros centros emocionales. Evocanostalgia y la comodidad de pertenecer, que son sentimientos poderosos. Quiero decir, ¿quién no quieresentirse parte de algo más grande, arraigado en la historia? Sin embargo, ese sentido de pertenencia a veces puede cegarnos ante los elementos tóxicos que no tienen cabida en una sociedad progresista.

Es duro, ¿sabes? Luchando con dos partes conflictivas de tu identidad. Una parte valora las tradiciones, losvalores familiares y los recuerdos comunitarios. Pero otra parte de usted –una parte importante– seavergüenza ante el sexismo y la desigualdad que esos “valores” perpetúan. Cuando el silencio se convierte en complicidad.

Seamos realistas por un momento. Aquí todos somos adultos y sabemos que hacer la vista gorda ante unproblema no significa que desaparezca. “No hablar” no es lo mismo que “no participar”. Al permanecer ensilencio, damos una aprobación tácita para continuar con estas prácticas. Nos convertimos en espectadoresde la injusticia y eso puede pesar mucho en el alma de una persona.

 

Entonces, ¿cuál es el camino a seguir? ¿Cómo navegamos por este delicado equilibrio entre respetar lahistoria cultural y defender la igualdad de género?

¡Hablemos!