(San Juan, 12:00 p.m.)
Hombre de sal y sol, de espuma y viento,
de horizonte estela y travesía,
de corazón abierto como un río
y caminos de agua y lejanía.
A fuerza de marejada te formaste
contra rumbos sin puerto y sin gaviotas,
contra el cielo, la nube el arcoiris,
naufragios remolinos y desoladas rocas.
Obrero de la mar y de mi cuerpo
hecho para el espacio
y para las constelaciones.
Hoy soy flor en tus manos
cánamo , red, timón y mediodía.
Hay restos de naufragio en tu mirada
voces de caracol aún sin lenguaje
extraña y melodiosa melodía.
Cuando la noche acampa en las estrellas
crece en mi corazeon mi marejada,
y algo de mí se convierte en océano
mientras nos sumergimos
como se sumerge la luna
en el silencio terrible de los peces.