Los radicalismos [sean necesarios o no, son convenietes en los EE.UU. o Puerto Rico]

Política

(San Juan, 1:00 p.m.) Sea lo que sea, bueno o malo, la noticia más importante de los EE.UU. en estas navidades sigue siendo la figura de Donald Trump.  Es el tema que más primeras planas ha acaparado en lo que va de diciembre.  No deja de ser noticia.   Su rol, radicalizar con sus posturas y comentarios, la política norteamericana.  Nuestra reacción, muy dividida por cierto, ante el temor que representa que vuelva a poder, o la complacencia que vuelva para ver si las cosas cambian. Usted decide.

Mientras, la política nacional en Puerto Rico, se encuentra inmersa en patrones de comportamiento muy conservadores, muy restringidos, y donde nadie pretende cometer un exabrupto. Todo el mundo hablando correctamente, para de esta forma ganar el voto del contrario.  Desconocemos el efecto real o no de este comportamiento. Lo cierto es que la única persona que se comporta distinto es el activista independiente e independentista, Elizer Molina.  Este, a su estilo, cumple con un radicalismo social, el cual deja con la boca abierta a muchos en la isla.

Por lo tanto, mientras observamos que el radicalismo de Trump en los EE.UU. lo mantiene con unos niveles de apoyo impresionantes, el conservadurismo político en Puerto Rico, es como mínimo, difícil de leer. La situacion nos hace pensar de forma colonizada, donde todo es posible en la casa del colonizador, pero en la nuestra "hay que comportarnos".

Es momento de asumir otro tipo de postura social ante el futuro electoral en Puerto Rico.  La radicalización de la política colonial, puede ser conveniente en un ano electoral lleno de sorpresas.  Pero quedarnos en el conservadurismo  es quedarnos bajo la sombra del Partido Nuevo Progresista, y garantizarle a ellos otra victoria más.  Pensemos.