(San Juan, 9:00 a.m.) Como un acto de sorpresa o inesperado, Ricardo Roselló, el único gobernador que ha sido removido por la presión en las calles del pueblo de Puerto Rico, regresó en el día de ayer, a dar su endoso al candidato a comisionado residente en primarias, William Villafañe. Esto lo hizo públicamente ayer, mientras en lo bajo aceptó y volvió a pronunciar que sigue apoyando a Pedro Pierluisi como candidato a gobernador, también en primarias, por el Partido Nuevo Progresista (PNP).
Es algo terrible e insólito que el auto desterrado líder político, vuelva a Puerto Rico de forma clandestina y se aparece en actos públicos para hacer pronunciamientos selectivos. Siendo delegado por la estadidad a nombre del PNP en Washington, Rosello participa muy poco en el activismo político en la isla, y pese a que rinde sus informes de cabildero a tiempo, su presencia en la isla ha sido, desde que fue depuesto en el 2019, o ninguna o insignificante. Aquí yace nuestro interés de entender porque vino a participar en el evento de Villafañe.
William Villafañe trabajó en la Fortaleza bajo la administración de Rosselló. Fue parte del infame chat de Telegram, donde ellos, los llamados hermanos o brothers, hicieron y dispusieron del país a sus anchas. El reencuentro ayer era entre grandes amigos, sobre todo los del chat, que poco a poco se han ido filtrando, con algunas excepciones, dentro de la plataforma política de Pedro Pierluisi y el continuismo dentro del PNP.
Es momento de sacarlos. Por corruptos, por tener en su expediente un momento muy difícil para la nación boricua, y sobre todas las cosas por vender la estadidad como un proyecto de país, a expensas de la destrucción de la nación boricua. Sacarlos es nuestra consigna. Pensemos.