[Es anticolonial] La lucha de los trabajadores y trabajadoras

Economia Solidaria
“El poder nunca concede nada sin lucha. Nunca lo ha hecho y nunca lo hará”.
Frederick Douglass
(San Juan, 9:00 a.m.) La historia de persecución y opresión de los trabajadores y trabajadoras boricuas por parte del gobierno estadounidense es tan común como la tarta de manzana. Por ejemplo, de las primeras acciones del gobierno militar en Puerto Rico fue la devaluación de la moneda puertorriqueña, sin razón alguna, en un 40%, esta acción provocó que los trabajadores fueran más pobres por un decreto.
Las acciones para jorobar a los trabajadores y trabajadoras es una característica fundamental, natural de la nación estadounidense. Los limitados derechos que sí tienen los trabajadores y trabajadoras en los Estados Unidos han sido resultado de sus luchas. Aquí algunos ejemplos:
a) 1857 Día Internacional Mujer Trabajadora- “El 8 de marzo de 1857 cientos de mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York salieron a la calle para protestar por los bajos sueldos que percibían (eran menos de la mitad de lo que cobraban los hombres) y por las pésimas condiciones en las que trabajaban. Aquella manifestación acabó mal, con la Policía dispersando la protesta. 120 de las mujeres que decidieron gritar por la igualdad fallecieron, pero las trabajadoras no se dejaron amilanar y dos años después fundaron su primer sindicato.”
b) 1886-1887 1ro de mayo- Los trabajadores asesinados por el estado de Chicago, que en su reconocimiento (Los Mártires de Chicago), celebramos el Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras. Trabajadores en huelga que avanzaban reivindicaciones tales como “la jornada de ocho horas que quería hacer valer la máxima de: «ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso»” fueron acusados falsamente de poner una bomba y fueron condenados a muerte en un tribu=nal que hoy la historia reconoce fueron manipulados y una injusticia;
c) 1934- La batalla de Toledo-”En febrero de 1934 en lucha porque se le reconocieran su unión trabajadores en Toledo Ohio declararon una huelga. Miles de desocupados organizados formaron piquetes de huelga resistiendo las órdenes judiciales que los declararon ilegales. La empresa envió 1500 rompehuelgas y el gobierno envió al Sheriff y guardias armados. Esta ofensiva fue resistida heroicamente con piquetes y comités de autodefensa creados por los huelguistas. Se inició una ofensiva represiva que implicó el arresto de varios de los líderes de la huelga, entre ellos Bidenz, y fuertes golpizas a varios ancianos que apoyaban el conflicto en los piquetes. Los huelguistas respondieron lanzando piedras, ladrillos y botellas a los policías que comenzaron a refugiarse al interior de la fábrica junto al personal jerárquico. Ante este escenario, llegaron las tropas de la Guardia Nacional. Pese a las muertes y los arrestos, los piquetes se mantuvieron con alrededor de 5000 personas durante 5 días más. La huelga era un hecho nacional.”
Estos ejemplos nos indican la naturaleza clara anti trabajador y trabajadora de Estados Unidos. Esta política anti obrera represiva, violenta contra sus propios trabajadores la han trasladado aquí con su régimen colonial. Recordemos por ejemplo, la huelga de la caña que dirigió el Maestro Albizu Campos, ejemplo claro de esa política anti-trabajador-trabajadora. La lucha de los trabajadores de la caña, buscaban mejorar las condiciones de trabajo y sueldos más justos para ellos y sus familias.
“Durante esta década, otros trabajadores puertorriqueños iniciaron una ola de huelgas: las trabajadoras de la industria de la aguja, los estibadores de los muelles, los panaderos, los conductores de taxis y camionetas o trucks de pasajeros, además de los estudiantes universitarios. En 1934, la amenaza de una gran huelga general era motivo de preocupación para el gobierno estadounidense y el sector patronal, conformado también por industriales, comerciantes y dueños de colonias puertorriqueños. El gran cuestionamiento de estos sectores era la carestía de la vida en relación con los bajos salarios. Esta población en el fondo, desde su experiencia cotidiana, reclamaba un trato más justo y mejores condiciones de vida. Las luchas eran una clara evidencia de su inconformidad respecto de la política colonial impuesta a las clases trabajadoras, por el gobierno de Estados Unidos.”
La persecución contra los trabajadores boricuas es y ha sido constante en la historia de lucha en la colonia desde siempre. Lo hicieron contra la UTIER en la huelga de los 70’; lo hicieron contra los maestros y maestras en 1974 también, lo hicieron contra el pueblo y los trabajadores de la telefónica para finales de la década de los 90’s; esa es la naturaleza de la colonia, de su modelo económico.
Hoy enfrentamos una ola intensificada, se demuestra con su saña en su intento de eliminar el convenio colectivo de la UTIER y eliminar el sindicato. Es la continua represión capitalista contra los que sudan la frente, con una Junta de Control fiscal, que exacerba las condiciones de explotación económica de la gente, al destruir los sistemas de pensiones, la destrucción de la educación pública desde primaria hasta la universidad, los menguados derechos laborales, al imponernos la esclavitud de impuestos esbozados en el IVU agrandando, en la privatización y encarecimiento de todos los servicios públicos, la venta a precio de pescao abombado de los recursos ecológicos-ambientales de la nación nuestra.
Ante este cuadro solo nos queda organizarnos y luchar pero no perder de vista el bosque. Las luchas reivindicativas de los trabajadores y trabajadoras deben estar ligadas a la lucha por el fin del régimen colonial y su inherente modelo económico extractivista y eso solo es posible desde la Independencia Nacional.
Si queremos garantizar condiciones de trabajo justas y dignas para nuestra gente, esto solo es posible desde el ejercicio de la soberanía política desde la independencia, solo con esta tendremos la oportunidad de garantizar esas condiciones de vida para nuestro pueblo. Solo así florecerá la posibilidad de asegurar los derechos fundamentales a la gente. Donde la riqueza generada por nuestros esfuerzos y trabajo sea para el disfrute de estas y las futuras generaciones. Construyendo una nación digna y justa donde cada uno pueda tener asegurado el acceso a lo fundamental y necesario para una vida donde puedan desempeñarse a lo máximo de sus capacidades, intelectuales, físicas, como contribuidores a esta patria que todas y todos quieren y merecen.