El MINH promueve transformar el manejo de la violencia de género

Justicia Social
(San Juan, 12:00 p.m.) El dirigente político Julio Muriente Pérez, aspirante a representante a la Cámara por la alianza del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), destacó la necesidad de analizar profundamente las raíces de la violencia que azota a Puerto Rico.
“¿Cuántos policías hubieran sido necesarios para evitar la masacre ocurrida en Yauco, que costó la vida a cuatro personas?”, preguntó el candidato a la Cámara de Representantes por el Distrito 33, que integran Gurabo, San Lorenzo, Juncos y Las Piedras.
Se refirió en este aspecto al feminicidio de Linnette Morales Vázquez, de 30 años, por su expareja Wilfredo Hiram Santiago Figueroa, de 33 años, quien además asesinó a un hermano de ella, Luis Miguel Morales Vázquez, de 28 años, y a la madre de ambos, Lizette Vázquez Vélez, de 51 años, en su casa en Yauco.
Santiago Figueroa también se privó de la vida en la residencia de un hermano suyo en Guayanilla.
Muriente Pérez, también copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), planteó de forma retórica ¿cuántos policías hubieran sido necesarios para evitar la agresión que sufrió una mujer en San Lorenzo por su expareja, quien luego se suicidó con el arma para la cual tenía licencia de portación?
“Ninguno, por la sencilla y a la vez terrible razón de que esos y otros tantos casos de violencia y muerte que ocurren en nuestro país no son de naturaleza policiaca”, estableció el aspirante a diputado al considerar que en lo esencial el rol de la policía no es prevenir semejantes hechos de violencia.
Apuntó que, sobre todo, si están motivados por un complejo cuadro de factores emocionales, psicosociales y de degradación mental que sufre buena parte de la población puertorriqueña.
“En muchos casos, como el de San Lorenzo, ha tenido un peso decisivo la formación cultural machista y patriarcal generalizada en nuestra sociedad, que establece que los hombres son dueños de las mujeres y que pueden disponer de ellas a su antojo, y que luego de agredirlas o asesinarlas, se suicidan por amor”, dijo el también catedrático de la Universidad de Puerto Rico.
A su juicio, se hace evidente el deterioro humano que va sufriendo la sociedad puertorriqueña, en la que se degrada aceleradamente el valor de la vida y la dignidad de los ciudadanos.
“Mientras las instituciones gubernamentales insistan en tratar de interpretar los hechos de violencia y muerte que nos golpean cada día desde una reduccionista perspectiva policiaca, seguirá habiendo una espantosa sangría en el país”, dijo.
Muriente Pérez hizo un llamamiento a juntar voluntades a las instituciones educativas, salubristas, comunales, religiosas y otras, en un esfuerzo profundo, serio y comprometido para analizar en su raíz esta terrible y compleja situación y que nos permita comprender a cabalidad su real naturaleza, de forma que podamos ofrecer alternativas y soluciones viables y confiables.
Sostuvo que, contra viento y marea, nuestro esfuerzo tiene que dirigirse a que prevalezcan el respeto y aprecio entre todos y todas, la capacidad y madurez de enfrentar diferencias y discrepancias y, sobre todo, el respeto a la vida digna por sobre cualquier consideración.