Los soles truncos vuelven a brillar

Cultura
(San Juan, 9:00 a.m.) Las tres primas volvieron al teatro para ver una obra que nos enaltece como pueblo. Bajo la dirección de una brillante y prometedora joven, Mariana Quiles, y la producción espectacular de Florentino Rodríguez, subió a escena Los soles truncos de René Marqués, en la sala del nombre del autor, del Centro de Bellas Artes. Demás está decir lo que esperábamos de las estelarísimas actrices Idalia Pérez Garay, Alba Nydia Díaz y Sonia Valentín. El hombre lo representó Jonathan Cardenales.
Para quienes conocen la obra saben lo que aguardan de este reparto. Inés, la mayor de las hijas del papá Burkhart y de mamá Eugenia, lleva el peso de la casa con su posición como hija mayor y solucionadora de los problemas que enfrenta la familia. Emilia, la segunda hija, es la soñadora, la poeta, la que mayores monólogos realiza, la que nos contextualiza en tiempo y espacio con las anécdotas sobre cómo fue la vida de esta familia en sus mejores tiempos.  Hortensia, la bella, es quien entra y sale, como esencia que sanciona y controla la vida de sus hermanas.  Sobra mencionar lo espectacular de las actuaciones de estas primeras actrices. 
Idalia Pérez Garay, en su papel de Inés, expresa, con su poderío actoral, una Inés sufrida, responsable, rayando en lo burdo de la comedia, como solterona de los tiempos pasados. Alba Nydia Díaz, la Emilia, la lisiada, carga el peso de transportarnos con maestría hasta el tiempo que fue mejor, cuando había gozo y lujos, donde viajar era factible sólo para los ricos. Sonia Valentín representa magistralmente una Hortensia preciosa, cuya belleza y juventud están siempre presente.  Es la única con nombre de flor, una flor bella y exquisita. De recordárnoslo se encargan Inés y Emilia, mencionando a cada momento la bella y joven Hortensia. Las actuaciones fueron impecables.
Los soles truncos se estrenó por primera vez en el Teatro Tapia, el 5 de junio de 1957, teniendo de reparto a Gilda Galán como Inés, Madeline Williemsen como Emilia y Myrna Casas como Hortensia, bajo la dirección de Victoria Espinosa.  René Marqués desbordó su talento con esta tragicomedia. La representación que disfrutamos en la tarde del domingo no debe envidiar nada a la presentación original y se aleja de la chabacanería a base de palabras soeces que sufrimos hoy en el alegado teatro moderno. Los soles truncosnos retorna a ese teatro del bueno.
En el programa, Florentino Rodríguez menciona la atmósfera de cordialidad y profesionalismo que estas tres grandes de la actuación crearon en el proceso de ensayo, y cómo esto aportó al desarrollo del texto. También menciona el magistral esfuerzo directoral de la joven Mariana Quiles, prometedora personalidad para el teatro nacional.
Cabe mencionar que la presentación del domingo en la tarde llenó la sala René Marqués del Centro de Bellas Artes. El público se identificó de tal manera que le lanzaban comentarios al aire. Quienes conocemos la obra reconocemos de la fuerza actoral necesaria para desarrollar unos personajes tan complejos y demandantes para los actores.
El diseño del vestuario estuvo a cargo de Idalia Pérez Garay con la ayuda de Elba (Piti) Delgado como costurera. El vestuario de Hortensia, quien hace más de tres cambios de vestuario, estuvo a cargo de Miguel Vando.  Gloria Sáez (qepd) realizó el vestuario del alférez y el traje de raso azul.
Debemos señalar la meticulosidad del decorado, la utilería, la ambientación, el sonido, la iluminación. Todo se confabuló para hacernos disfrutar de una tarde como pocas.