Past lives o un reclamo existencial al amor que fue, y ya no es

Cine caribe

La vi, cine de subtítulos, es decir culto, pues regresaba en un vuelo transatlántico. Me acordé de que había sido nominada al Oscar. Pensé que era cine coreano.  Ese que se rompe en el tiempo y es unos años antes, otros después, y otros mañana.  Pero realmente hablando, al verla, me enterneció. Esas cosas pasan. No lloré.

Past lives (Dir. Celine Song, EE.UU., 2023), es el debut cinematográfico de una directora de cine, Song, que transita entre los EE.UU. y su país natal, Corea. Ella nos plantea, desde una lógica del existencialismo, más Camus que Sartre, repensar si el amor que fue, sigue siendo el amor que ya no es.  Difícil.

Se trata de la historia de dos niños de 12 años que se enamoran. Ella, Nora (Greta Lee) y Hae Sung (Tae Yoo). Eso, como en toda película coreana, fue 24 años antes. Luego, 12 años después, se vuelven a encontrar por las plataformas.  Coquetean y ella pide tiempo.  Luego 12 años después, se ven físicamente por primera vez en 24 años.  Él vive enamorado.  Ella vive casada.

La película hace un planteamiento  extraordinario, desde una mirada muy suave, femenina, humana.  Aquí se impuso la lógica de la directora Song de forma extraordinaria.  Por lo que la joven mujer Nora/Greta Lee, casada, escritora y asentada en la ciudad de Nueva York, con un marido llamado Arturo, como un rey sin corona (John Magaro), se plantea si ella es la misma de cuando tenía 12 años que estaba enamorada,  a temprana edad de Hae/Tea Yoo.  

La respuesta la dejo para que vuelva a ver la película.  Es un tema, como diría Willie Colon, “en tecnicolor”.  Que cada cual decida si puede amar igual toda la vida, o si la vida lo cambia a usted.

Es una película hermosa, que tuvo la mala dicha de competir con películas 100 por ciento americanas, y no tuvo reconocimiento en los premios Oscar 2024. No obstante, ganó innúmerosos premios a nivel internacional por su calidad extraordinaria. 

Deben verla.