Civil War o el amargo relato [para los boricuas] de la desaparición de Washington

Cine caribe

En un momento dado, el cine lo era todo.  Hoy, bueno, un poco comprometido con otras formas de ver y capturar imágenes visuales. Pero, ir a ver una película, por curiosidad, es parte de otro momento, cuando el cine lo era todo.  Por eso fui a ver esta película, para entender cómo la industria se recompone ante una posible Guerra civil en los EE.UU. En serio, Hollywood, lo que queda, ya se plantea la guerra civil como una opción de futuro. Y si esto pasa, ¿en donde el gobierno de turno irá a pedir fondos federales, a Washington?

Civil War (Dir. Alex Garland, EE.UU., 2024) es una interesante película de futuro (no es ciencia ficción) que se plantean un escenario imaginario en el cual los EE.UU. “vuelan en cantos”, con cuatro facciones de poder.  Se trata de California y Texas, como estados soberanos e independientes, intentando retomar la Gran Nación.  Por otro, están los liberales del norte, que no saben en qué dirección van. Mientras el sur, apertrechados en la Florida, tienen una clara mirada de qué hacer si llegan al poder: intentan sustituir a Washington. Mientras, la capital federal, Washington, sigue ahí, representando lo que queda de la gran nación americana.

Para Garland, el director, quien es de origen británico y se dedica a escritor literatura como guiones y a producirlos, esta película es un gran acierto.    Por lo tanto, se metió en medio del torbellino llamado Donald Trump, quien como candidato a la presidencia por el Partido Republicano, plantea asuntos similares a lo tratado por la película.  En la película, hay un presidente fascista en Washington, que debe ser derrocado por las otras facciones. 

La trama de la película se desarrolla a partir de unos fotoperiodistas que desean documentar el final del presidente americano de Washington.  La estrella del clan periodístico es Lee (Kirsten Dunst) quien siendo una experimentada periodista de guerra, nos cuenta la vida a partir de sus carencias o miserias.  En el proceso, se quedan con ella otros periodistas, en particular Jessie (Cailee Spaeny) quien vive las miserias de su primera jornada de guerra.

La película es interesante. No tenía mucho presupuesto, por lo tanto no tuvo un gran elenco, y la mayoría de las escenas de guerra se dan en formato de drama y no de acción.  Pero nos invita a una interesante reflexión del futuro de América, es decir, de los EE.UU.