Francisco Félix Canales Dalmau [nuestro entrevistado]

Foto: Alberto Bartolomei

Cultura

Francisco Félix Canales Dalmau (Carolina, Puerto Rico, 1990) es escritor (ensayista, cronista y poeta), editor, fotógrafo,sociólogo e hispanista. Estudió un Bachillerato en Sociología (B.A., 2013) en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, entidad educativa de la que es egresado de su maestría en Estudios Hispánicos (M.A., 2017). Canales Dalmau esredactor y editor del programa de educación marina en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. También, mantiene su propio blog, en el que comparte sus reflexiones sobre literatura  (Rumiares Repetidos). En 2019 publicó su primer poemario, Esta isla (ediciones Alayubia) y su primer libro de crónicas Sobre los domingos (ediciones La Impresora).Parte de su trabajo creativo ha sido reconocido por la Fundación Flamboyán y la Fundación Mellon, entidades culturales que le otorgaron la Beca Letras Boricuas en 2021.En 2019 formó parte del programa "La Práctica" de Beta Local. Tan recientemente como en el 2023, participó de "Piquete en verso", proyecto que formó parte de las actividades oficiales del Decenio Internacional de las Naciones Unidas para los Afrodescendientes (2015-2024) celebradas en el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico. Su poesía ha sido traducida al francés e inglés.Francisco Félix ha contestado todas nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

1.1 Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Hace algún tiempo publicasteis Esta Isla (2019). ¿De qué trata o tratas en este poemario y cómo recorres entre la literatura y la realidad o no ficción? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?

1.2 Francisco Félix Canales Dalmau (FFCD, en adelante) – Quiero pensar que soy más lector que escritor, aunque siempre estoy haciendo ambas, de madrugada o en cualquier espera. Escribir me resulta como una necesidad incómoda. Siempre estoy documentando cosas, sea en versos o en párrafos, en una libreta o servilletas o recibos de compra, lo que tenga a la mano. Mi primera publicación fue en el 2017 con el chapbook Norte Invertido, impreso por la editorial independiente La Impresora. Sus editoras me abrieron el espacio para ver mis palabras sobre el papel. Un tiempo después a raíz de esa publicación, el poeta y editor puertorriqueño, Gegman Lee, me hizo un acercamiento, y juntos logramos compilar poemas independientes y textos escritos durante mi estancia fuera de Puerto Rico, publicados luego en Esta isla (Alayubia, 2019). Así que mis dos primeras publicaciones son, en realidad, el resultado del esfuerzo de las editoriales independientes en Puerto Rico, de sus habilidades para reconocer la buena literatura. Su impulso para gestar cultura literaria no debe ser desapercibida. Mi poesía está intervenida por el trabajo de otras personas.  

¿Qué intento con mi poesía? Retratar lo que veo; las máquinas de cortar grama, las bocinas, los carros, el calor, el tapón, el salario mínimo, la rutina. Los poemas de Esta isla apuntan los castigos típicos de la cotidianidad que puede tener una ciudad puertorriqueña. La ciudad oprime a los que tratan de llegar como pueden a su destino. Los poemas no tienen la intención de enjuiciar ni insistir en la queja. Lo necesario es mirar, caminar y reportar todo lo que se pierde y se queda en la ciudad. La crudeza de los versos no está en la exageración sino en la verdad de lo que sucede. La poesía vigila. El poemario apuesta a los pocos momentos de felicidad en el balcón boricua. Esta isla es un testigo que asimila pérdidas, observa más de lo que camina. Pero igual pasa por un país en el que hay que sobrevivir.

2.1 WRS –¿Qué relación tiene Esta Isla con vuestro trabajo creativo anterior y hoy?  

2.2 FFCD – Creo que la intención de Norte Invertido y Esta islaes la misma: retratar lo que veo por medio de las palabras para no sentirme tan solo. Solo soy otro testigo del empujón violento que nos están dando a las y los puertorriqueños que queremos vivir aquí como podamos. Me aterra que esté escribiendo el mismo libro de diferentes maneras, pero si ese es el procedimiento, lo seguiré infiel. Creo que mi poesía está haciendo un inventario de la destrucción de mi país desde diferentes espacios. Esta isla se sitúa en el espacio urbano, al igual que las crónicas fotográficas Sobre los domingos (La Impresora, 2019). La prosa me permitió ser más honesto conmigo mismo a la hora de escribir. Me dio la oportunidad de explorar el desplazamiento de mi cuerpo sobre la ciudad como transeúnte pero también como conductor, pues es una dinámica que nos frustra mucho, la necesidad de un carro en un lugar tan compacto y tan descuidado como es la ciudad mal planificada. Sobre los domingos tampoco tenía intención de ser una publicación; es el resultado del trabajo editorial de un diario que me forcé a escribir durante mi inestabilidad laboral, en donde buscaba de alguna manera darle cohesión a la incertidumbre y a la futilidad que a veces puede ser lo cotidiano. Las fotografías que acompañan el texto son parte de ese intento; a veces pienso que es mejor decir algo con imágenes que con palabras, pero eso depende de fatiga contra ellas.  

En plena pandemia me mudé lejos del área metropolitana y cerca de la playa; trabajé en fincas, cuidé animalitos, hice patios, ordeñé vacas, atendí mascotas en clínicas veterinarias y mientras tanto seguí escribiendo como siempre. Ahora que he vuelto al teclado y la pantalla, que tengo el tiempo para recordar esos años, puedo ver el contraste de esta vida de ahora con mi tiempo en la academia, y aunque extraño la estructura y la accesibilidad a ciertos recursos educativos, creo que soy más libre fuera de la academia. Creo que en los próximos libros recojo esa destrucción que mencioné hace poco, la del país que implica el desplazamiento de las y los puertorriqueños, el encarecimiento de las cosas, la desesperanza, la soledad, etc. pero también reflexiono sobre los recursos naturales y la proliferación de máquinas que, por supuesto, no es algo nuevo ni reciente pero es algo que paulatinamente ha percolado sobre mis preocupaciones como puertorriqueño y creo que es necesario denunciarlo y combatirlo desde cualquier trinchera. La mía es la palabra.

3.1 WRS – Si compara su crecimiento y madurez como persona y escritor, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo o no inicial con el de hoy?  

3.2 FFCD – Creo que soy más exigente que hace algunos años con lo que quiero publicar. No tengo prisa, aunque sí ansiedad. Supongo que por eso escribo tanto. El mundo se está quemando y a veces no entiendo la pertinencia de escribir, más aún de publicar. Creo que me he vuelto más pragmático. Intento encontrar un balance entre mi escritura y las personas que me leen. Aunque hace poco me recomendaron que escribiera para alguien en específico. Lo estoy considerando. Quiero que mis poemas o mis historias sean vectores de conversaciones. También estoy considerando las fronteras que se asoman entre la libertad y la responsabilidad creativa, hasta dónde negocio mis principios como escritor, pero también como pensador y como hombre negro. Eso se ha transformado con los años a través de mis intervenciones (o mis omisiones) en los espacios de discusión literaria, creo yo. No me consideré ¨escritor¨ hasta hace poco. Como dije antes, escribir para mí es una necesidad incómoda. Ahora que cuento con varias publicaciones y colaboro con editoriales y escritores, puedo asumirlo verdaderamente como un oficio.

Pensando en las diferencias que tal vez pueda encontrar entre este escritor de hoy y el de hace varios años sería esa relación con mi piel. Y uso esta palabra con toda la intención. Creo que mis ópticas como pensador y escritor están permutadas por ella. Mi color de piel es lo primero que entra a cualquier espacio. Pero cuando escribía antes de publicar, no tenía intenciones de abordar ningún tema. Ni raza, ni nación, ni género, ni identidad. Todo eso era un autoengaño que contrasta con mi sentir hoy al contestar estas preguntas. Ahora creo que trato de hacer lo contrario. Tengo todas las intenciones -a pesar de mí mismo a veces, confieso- de escribir desde mi raza y desde mi identidad sin que esta palabra signifique algo final y no transitorio. Me gusta pensar que me muevo con lo que voy desaprendiendo y que no soy el mismo, aunque permanezca igual.  

Estudié diez años en la universidad y, para bien y para no tan bien, ahí me formé como lector. Mi bachillerato fue en sociología, por lo que aprendí a interpretar las cosas desde una óptica más holística y cultural y creo que eso me permite insertar intenciones (a conciencia o no) en mis trabajos. Creo que mi marco teórico fue superior a la interpretación de la novela que escogí para la tesis porque me interesan más las causas sociales que la imaginación. Fracaso continuamente escribiendo ficción. Ahora sin la constricción de la universidad, y la queridísima influencia y recomendación de mis amigos y amigas, he tenido la oportunidad de leer a escritores negros, negras, trans, mujeres, etc. desde una perspectiva testimonial que inevitablemente me hace pensar (a profundidad) en la intersección. Me ha obligado a cuestionarme completamente las posturas no solo de mis escritos, sino mi manera de observar, y así mismo, mi manera de leer.

4.1 WRS – Francisco, ¿cómo visualiza su trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y fuera?

4.2 FFCD – Yo empecé a escribir con más entusiasmo siguiendo a mis pares durante mis veinte años. Mucha gente joven trabajó por la poesía los años que estuve estudiando en Río Piedras y pululando por las áreas de San Juan y Santurce. Recuerdo los juntes poéticos que se organizaban por ahí, como las lecturas de El aullido y las de El Crucerito (ahora El Normandito) y otras localizaciones famosas entre colegas. Yo entro a la publicación un poco tarde en mi opinión. Ya estaban en circulación trabajos como Mundo Musgo, una antología de poetas jóvenes hecha a mano, (mi primera interacción con el libro objeto) que tenía poetas de mi edad como Kenneth Cumba García, Gegman Lee, Claudia Becerra, Izamar Anzalota, Alejandro Medina, Amanda Hernández y Xavier Valcárcel y no sigo mencionando porque no acabo. Lo que quiero decir es que tuve la fortuna de poder disfrutar de esa poesía que me atrevería a llamar ¨joven¨ desde el margen. Me enamoré de la poesía escuchándola, no escribiéndola.    

Digo todo esto porque a través de los años, entre conversaciones y lecturas, voy encontrando puntos de convergencia entre anhelos, preocupaciones y utopías no solo entre mis contemporáneos, sino entre los y las escritores jóvenes también. Eso me ayuda a sobrellevar lo que sucede en el país. Creo que insertarme en el proceso de edición y lectura de mis pares y contemporáneos y mi trabajo como editor me han permitido reconocer dónde está parada mi escritura y hacia qué dirección tiene que caminar. Definitivamente hay unos caminos comunes luego de las bifurcaciones. La incertidumbre laboral y salarial, el encarecimiento de las cosas, la inaccesibilidad a vivienda, la corrupción que deteriora la fibra de todo en el país, los efectos del cambio climático, etc., preocupaciones entendibles de la juventud. Yo admiro mucho a lxs escritores y hacedores de la literatura en Puerto Rico porque gestan proyectos y obras a pesar de todo. Trabajan como meseros, lavaplatos, chóferes, artesanos, maestras, trabajan atrapados en la burocracia despiadada, y como tantos otros trabajos asediantes y sin embargo logran escribir y compilar y editar y publicar y eso es algo que dice mucho, de no solo la resistencia (que implica quedarse en un solo lugar) sino de la fuerza para moverse. Eso es aquí en este archipiélago, pero también pienso en la gente de la diáspora, lejos de su país, casi imposibiltados de regresar, y a pesar de la distancia, encuentran las maneras de crear puentes sobre el mar. La metáfora del agua era inevitable. Por mi parte, quiero hacer todo lo posible para ser partícipe de esos esfuerzos, sea a través de mi propia escritura o reflexionando sobre la escritura de otros y otras.

5.1 WRS - ¿Cómo concibes la recepción a su trabajo creativo dentro y fuera de Puerto Rico, y la de sus pares, bien sean escritores de poesía u otro género?  

5.2 FFCD – Me siento bien agradecido con lxs lectores y con la gente en general, pero la recepción no es algo que me ocupa demasiado. Más bien me interesa reconocer las diferencias y convergencias que pueden existir entre mi literatura y la de mis pares. Por eso trato de estar al día con lo que estén haciendo, sea poesía, no ficción, novela, crítica, etc. Me gusta escribir sobre los libros de otras personas. Aunque solo he escrito reseñas y comentarios de literatura boricua, leo mucho el Caribe y Latinoamérica, y vivo fascinado con la literatura cubana. Actualmente busco aprender de arte visual porque las palabras no me están dando para aceptar las condiciones presentes del mundo. La poesía me ha llevado a muchos lugares bonitos dentro y fuera de este archipiélago. Y eso es algo que siempre agradezco. Pensando en ese mismo agradecimiento, también considero que la recepción tiene que ver con el trabajo editorial y de ventas, además de la calidad de la escritura. Los editores y los libreros, por ejemplo, son agentes importantísimos en el movimiento del libro. Son los que leen y recomiendan a los visitantes y curiosos, como una especie de albergue a las historias.  

En ese sentido quisiera aprovechar el espacio para mencionar algunas personas y editoriales que están trabajando por la literatura puertorriqueña porque han sido espacio de recepción y recibimiento no solo para mí, sino para muchas generaciones de escritorxs. Está la librería La Esquina de nuestro gran escritor Luis Negrón, la librería en línea de The Bookgeek de otro gran escritor Eddie Ortiz, la editorial La Secta de los Perros del escritor Rafael Acevedo, la editorial Gnomo de Eïrïc R. Durändal-Stormcrow que también publica ediciones bilingües, la editorial Trabalis, la editorial del joven poeta y editor Carlos Colón Ruiz, Pulpo Editorial que también cuenta con librería física y virtual y tiene un pool bien chévere de autores jóvenes, la editorial Alayubia del escritor Gegman Lee y por supuesto, la gesta de la editorial independiente La Impresora que hace libros a mano en el área oeste del archipiélago a cargo de las poetas y editoras Nicole Cecilia Delgado y Amanda Hernández, quienes también organizan desde el 2012 la Feria del Libro Independiente y Alternativo (FLIA), un evento que conglomera a editoriales independientes, publicaciones locales, libros de artista, ediciones artesanales y autores que publican sus propios libros. Quiero hacer mención también de El Roomate: Colectivo de Lectores, un blog que ya cuenta con más de diez años creado por el escritor puertorriqueño Luis Othoniel Rosa, quién desde Nebraska continúa ofreciendo un lugar para que los lectores puedan escribir y leer sobre la literatura, con el objetivo de compartir lecturas y construir comunidades literarias. Sé que esta pregunta iba dirigida a mi trabajo, pero este no existiría precisamente sin esas comunidades literarias de las que habla Othoniel Rosa.    

6.1 WRS – Sé que vos es de Puerto Rico. ¿Se considera un autor puertorriqueño o no? O, más bien, un autor de literatura o poesía sea esta puertorriqueña o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?

6.2 FFCD – Soy un escritor negro y puertorriqueño. Y así me siento también. Reconozco los vínculos literarios e históricos con el Caribe y me gustaría que se siguieran estrechando los diálogos y las dinámicas entre Puerto Rico y Latinoamérica. Hace tiempo estoy claro dónde vivo y a dónde pertenezco, sin importar dónde esté. Pero eso no significa que me desvincule de los lazos culturales e históricos con el mundo. Creo que el Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico ha hecho un gran trabajo estableciendo esos vínculos entre el Caribe y Latinoamérica. Invitan a poetas puertorriqueños y de otros países y organizan actividades continuas que incluyen lecturas en escuelas, universidades y espacios públicos, entre otras cosas. En lo personal, me ha parecido bien bonito poder compartir con otrxs escritores con tanta cercanía y pensar en las cosas que nos unen.      

7.1 WRS – ¿Cómo integra su identidad étnica y de género y su ideología política con o en su trabajo creativo?

7.2 FFCD – No puedo abstraer esas cosas de mi oficio como escritor. Yo vivo a través de mi piel y mis deseos. Soy un hombre negro a dónde quiera que vaya antes que otra cosa. En las lecturas de poesía, en las universidades, en las presentaciones y conversatorios, en la soledad de mi casa frente a una computadora, en la soledad de mi mano sobre un papel en blanco. Pero estas son cavilaciones constantes. Creo que en mi trabajo creativo reaparecen las figuras familiares que ya no están físicamente pero que permutan en todo lo que hago, en cómo me acerco a la realidad de las cosas. Y así sucede con mi piel (que es la palabra que quiero usar en vez de identidad). En este punto yo sí creo que hay que insistir en el reconocimiento y en la visibilidad, sin que eso implique intentos de reducción racial pues la diversidad es inherente a toda identidad. Debe insistirse, porque la configuración sigue igual, tal vez haya algunas erosiones con relación a las estructuras de poder y visibilidad, pero yo a donde quiera que miro y a dónde quiera que voy, encuentro que las pieles oscuras como las mías están ausentes; relegadas a los arrabales, los caseríos y las fiestas, tal vez nos puedas encontrar en los bateyes que se celebran de vez en cuando. Pero yo preferiría ver mucha gente como yo a donde quiera que vaya, sobre todo en los espacios que celebran, organizan y visibilizan la literatura.

Aprovecho, y menciono que eventos como la Cumbre de Afrodescendencia de Puerto Rico, pensada y ejecutada por la escritora Mayra Santos Febres y muchos colaboradores, ha sido clave en las discusiones sobre identidad y raza. En palabras de la doctora Gaspar Concepción, “es una conferencia internacional que sirve como una plataforma digna y merecida para todos, todas y todes nuestros pensadores, generadores de conocimiento, productores de saberes afrocentrados en el Caribe, Afrolatinoamérica y nuestras diásporas”. La Cumbre ha diversificado y multiplicado sus esfuerzos y ha logrado crear nexos entre Puerto Rico y el mundo a través del intercambio de diálogos e ideas. Ha permitido entrelazar comunidades más allá de las fronteras, conocer las distintas realidades locales; sus participantes apuestan a que “siga siendo un lugar de encuentro, de pensamiento crítico colectivo, de praxis solidaria radical inclusiva, propositiva y de creación”. Yo me suscribo a esa idea como escritor.

8.1 WRS – ¿Cómo se integra su trabajo creativo a su experiencia de vida? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor hoy?

8.2 FFCD –. No escribo con plan ni bosquejo, solo escribo por el deseo del lápiz (esto no siempre me resulta conveniente). Soy escritor como soy hijo, hermano, amigo. Esas son las cosas que aparecen en mis palabras y en mis memorias todo el tiempo. Creo que en el proceso de edición es que me doy cuenta de que trata lo que estoy diciendo y en ese proceso de desmenuzar el tiempo dedicado a la documentación por medio de la palabra, decido su pertenencia o relevancia. Pero este proceso no es solitario. Creo firmemente en el poder de los editores y los correctores porque me fatigo emocionalmente con mis escritos. Y si no recibo un abrazo o un palmazo en la espalda puedo abandonar el proyecto fácilmente. Me gusta la reciprocidad y me enriquezco mucho siendo parte del proceso de edición y corrección de colegas y desconocidos. Pero contestando la pregunta directamente, repito que escribo cada vez que puedo. A veces hay que escoger entre llegar a tiempo al trabajo, ejercitarse, prepararse la comida, limpiar la casa, pagar las cuentas, atender las amistades y la familia, combatir la desidia o escribir. Y eso, aunque no lo parezca de momento, puede ser un reto, porque escribir no es un oficio remunerado de inmediato. Se emplean horas, meses, años, décadas. El resultado final de la literatura usualmente no viene de un momento de inspiración nada más. La poesía (y aquí hago referencia no al poema, sino al significado que aparece en la palabra), como dice la organización favorita de muchos, la RAE, es la ̈manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa ̈. Y la belleza toma tiempo.

9.1 WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?

9.2 FFCD – Recalco que es algo que no está muy presente en mis intereses, la recepción del público. No que no la tenga en cuenta, pero no influye en mi forma de escribir necesariamente. Supongo que he podido insertarme en la conversación y la discusión literaria actual en Puerto Rico. Eso me honra. También admito que me honran los acercamientos de personas que no conozco a hablarme de que conectaron con mis escritos. Pero eso es consecuencia de la escritura, supongo. A veces lucho con la futilidad de mi escritura, como si fuera un testigo del proceso de deshumanización que no puedo detener, pero igual lo escribo y lo enfrento. No queda de otra. Escribo aquí/escribo allá, donde quiera que puedo, la vida continúa, aunque siento ese cansancio dormido que a veces despierta en forma de poesía. Me rodeo de palabras para sentirme acompañado.

10.1 WRS - ¿Qué otros proyectos creativos tienes recientes y pendientes?

10.2 FFCD – Quisiera escribir más reseñas y comentarios de literatura puertorriqueña, del Caribe y Latinoamérica. También quisiera colaborar con las personas que organizan y hacen gestoría literaria. Tengo varios libros y proyectos pendientes, pero quisiera no salarlos como dicen en mi casa. Un día terminaré la novela que deseo escribir o tendré un millón de dólares ganados en la lotería y me retiraré a escribir sobre perritos y burritos. Lo que ocurra primero.

Foto: Alberto Bartolomei.