(San Juan, 1:00 p.m.) Ir al Festival de Apoyo a Claridad, edición 49na, me trae gratos recuerdos. Uno de ellos, la ilusión de que se entra a un entorno donde hablar de la independencia es algo normal. La propuesta concreta del festival, es una de desarrollo sustentable a beneficio de dicho medio noticioso. También, la idea de garantizar un espacio cultural que hable de la independencia nacional como proyecto.
Ante este cuadro, es importante no idealizar la independencia, sino verla como una aspiración puntual para transformar el país, para eso, se requieren de propuestas. Para lograr esto, hay que criticar, pero también hay que proponer.
Si de algo me hablaron personas ayer, en la noche inaugural de evento, es de la posibilidad de repensar la lucha con propuestas puntuales para cambiar los problemas que hoy aquejan al país. Esto se ve, según me contaron los comensales, en pensar que mientras los partidos tradicionales hablan de propuestas y las implementan, para el Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento VictToria Ciudadana, se requiere de producir propuestas para insertarse en el quehacer nacional.
Es en este marco, que muchos de los presentes en el festival, valoraron la propuesta del Partido Independentista Puertorriqueño para derogar la Ley 22-2012 y la Ley 60-2019. Ambas leyes promueven una economía injusta a favor de las clases económicamente poderosas que invierten en Puerto Rico libre de pago de impuestos.
Para ganar las próximas elecciones, la Alianza Patria, entre el PIP y el MVC, deben de producir propuestas concretas que apelen a los sectores trabajadores y clases medias del país. No hacerlo, sería un grave error. Pensemos.