David Noriega, patriota, abogado y amigo

Política

En la mañana del pasado sábado 4 de mayo, murió el destacado líder independentista David Noriega.  Exlegislador por 12 años por el Partido Independista Puertorriqueño, se destacó siempre por su verticalidad y sobre todo su sentido de honestidad inquebrantable.

Fue legislador por el Partido Independentista de Puertorriqueño de 1984 hasta el 1996, cuando asumió la candidatura a gobernador por dicho partido.  Luego se distanció de esta colectividad aunque mantuvo una línea muy consistente de fiscalizar la corrupción en Puerto Rico.  En particular fue el gestor intelectual de que se investigara la corrupción y desvió de fondos públicos en el fenecido Instituto del SIDA de Puerto Rico, lo cual acabó en la convicción de muchos funcionarios públicos.  En el año 2001, la recién electa gobernadora Sila M. Calderón, lo nombró presidir el Comité Anti-Corrupción, mejor llamado el Blue Ribbon Committee, el cual destacó varios casos de corrupción, algunos de ellos culminando en procesos criminales contra los responsables.  Su gran contribución en esta etapa de hacer patria lo fue en la defensa de formas honestas de gobernanza.  Tal vez aquí su máxima contribución a un mejor Puerto Rico.

A lo largo de buena parte de la primera década del Siglo XXI se dedicó a  realizar análisis radiales, los cuales llevó a cabo  en varias estaciones de radio del país.  Mantuvo en este sentido una voz firme, independiente y libre.

En la última parte de su vida, fue miembro organizador y fundador del Movimiento Unión Soberanista (MUS), en el cual se destacó en su mesa directiva.  Este movimiento, de corte soberanista, impulsa como un frente amplio la postura de mayores poderes soberanos para Puerto Rico, lo cual puede incluir la independencia total.  Participaron en las elecciones del 2012, y de seis colectividades, obtuvieron la quinta posición general.

Lo conocí por mucho tiempo.  En particular porque  entre él y mi padre, Emiliano, hubo una gran amistad.  Tenían un gran aprecio, y se entendían en lo político, en la honestidad y sobre todo en la verticalidad de principios.  Se querían desde el respeto mutuo. Hoy ambos, donde estén, continúan en el diálogo.

Le sobreviven su viuda, Doña Carmen, y sus hijos Javier, David y Rebeca.  También nueve nietos.

David Noriega, patriota, abogado y amigo, mucha salud, voluntad y perseverancia en esta nueva etapa: continuar la vida eterna.  ¡Aché!