La discusión del proyecto del senado 238 para prohibir el discrimen por identidad de género u orientación sexual en el empleo ofreció a los senadores la oportunidad de crecerse reafirmando su compromiso con una sociedad más justa y libre de prejuicios. Pero dado que donde no hay harina no se puede hacer pan, el proyecto fue aprobado a duras penas y con enmiendas que ponen en entredicho su eventual efectividad de ser finalmente aprobado por la cámara.
Lo más que nos sorprendió del proceso fue que la senadora Rossana López, quien es la presidenta de la Comisión de Derechos Civiles mantuvo reservas para apoyar el proyecto hasta el último momento. Cuando la presidenta de la comisión de derechos civiles del Senado de Puerto Rico no sabía si apoyaba la legislación para prohibir la discriminación por identidad de género y orientación sexual en el empleo, estamos observando un "oxímoron". Oxímoron se refiere a la inclusión de conceptos contradictorios en una misma aseveración. Lo menos que pudiésemos esperar era que ella liderara esta discusión. Finalmente apoyó la medida introduciendo enmiendas que pueden minar su efectividad final.
La medida original establecía en una de sus partes que se prohíbe el discrimen, "basado en orientación sexual, real o percibida, o en identidad de género”. La senadora López, aceptó apoyar la legislación una vez se eliminó la frase “real o percibida”. Este cambio puede privar de protección legal a aquellas personas que son objeto de discrimen porque son percibidas como homosexuales aunque no lo sean.
Según la senadora independentista María de Lourdes Santiago, esta enmienda puede implicar que se les requiera a las víctimas de discrimen demostrar en los procesos judiciales que son homosexuales, lo que podría atentar contra la intimidad de las personas.
Otro aspecto sobresaliente del proceso fue que se demostró que en el principal partido de oposición no contamos con ni un solo aliado. Todos los legisladores del Partido Nuevo Progresista le votaron en contra al proyecto. Volvemos a las contradicciones porque ellos apoyan el que Puerto Rico se una a E. U. como estado argumentando que nuestro país no participa de los derechos básicos en igualdad a los otros estados. Pero a nivel local votan para apoyar que la desigualdad sea legal en el país. Nos inclinamos a pensar que estos senadores simplemente se limitaron a contar votos y a decidir a base de las probabilidades de ser re elegidos en las próximas elecciones.
Este proceso está lejos de finalizar. Falta aún la discusión del mismo en la Cámara de Representantes donde los sectores religiosos han anunciado que aumentaran su presión. Se ha comentado además que la votación en la cámara se percibe más incierta. No dudamos que los sectores conservadores redoblen sus esfuerzos e intenten extorsionar a los representantes amenazándolos con votarles en contra. Queda de nosotros hacer presencia ya sea en persona o por medios electrónicos (correos electrónicos y teléfonos) para dejarles saber a los representantes que contamos con ellos y que como fuerza política también los estaremos mirando.
Si finalmente evaluamos todo este proceso fuera de pasiones resulta absurdo que tengamos que luchar por que se reconozca nuestra existencia como ciudadanos en plenos derechos. Es absurdo y contradictorio que sea la iglesia el principal opositor a la eliminación del discrimen. Pero todas estas son las contradicciones que vivimos a diario en este país que parece de mentiras... Macondo!