LGTTB: los colonizados que son soberanos

Política

altEn un interesante debate que se desarrolló en la Conferencia de Estudios Jurídicos Críticos, realizada en la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana hace unos días, se debatía en torno a la igualdad y las subjetividades LGTTB, Afro-descendientes, y la gente “blanca” común. Una de las panelista, preguntaba si había algo como una forma de ser homogénea en torno al debate de la igualdad y el matrimonio. ¿Cómo se comportan parejas del mismo sexo, de la raza negra, en el caso de pedir el matrimonio? La contestación que presentaba la conferenciante, basado en estudios, es que el comportamiento era diferenciado: a la gente afro-descendiente en los EE.UU, del mismo sexo, no le interesa casarse. Hasta en este punto, decía la conferenciante, imponer el matrimonio para las personas del mismo sexo, es un reclamo de los miembros de la comunidad LGTTB de la raza blanca.


En la marcha realizada por la comunidad LGTTB en Puerto Rico, el pasado viernes, a donde asistieron poco más de 2000 personas, si algo marcó el evento fue la combinación de la participación de mucha gente joven miembros de la comunidad; la participación de muchos mayores de distintas comunidades y afiliaciones políticas; pero lo más lindo fue la alegría que irradiaba la marcha. Llevar esto a una reflexión profunda, a la luz del comentario inicial en torno a la conferencia jurídica realizada en Puerto Rico, es preguntar si ¿la comunidad LGTTB se comporta igual o distinta en los procesos políticos y culturales efecto del colonialismo en Puerto Rico? Mi reacción visceral es que esta comunidad ha demostrado ser soberana y no colonizada.

Puerto Rico es una colonia. Desde los supuestos de la teoría política, toda conversación debe transitar aquí por la resolución de la cuestión del estatus, para luego imponerse a otros temas que son de importancia pero subordinados a este tema. Distintos a otros miembros de otras comunidades de activismo político o social, la comunidad LGTTB ha demostrado que se puede luchar por la igualdad de la desigualad del tratamiento humano, a pesar que la cuestión colonial no se resuelva. Este punto es medular: de esta forma los miembros de esta comunidad han logrado crear un tema que supera el estatus, lo intersecta y lo cruza en distintos niveles, y que moviliza la gente muy a pesar de sus afiliaciones políticas.

Distinto a países que han pasado por su guerra de independencia, por ejemplo Cuba y Venezuela; o en diferencia con países que tuvieron un revolución por la igualdad social, como México, Cuba y Nicaragua; Puerto Rico no ha vivido ninguna de estas experiencias, las cuales aún no ha logrado resolver. Ante esto, el debate de transformación política que ha impulsado la comunidad LGTTB ha logrado impulsar la lucha por reivindicaciones profundas que normalmente sólo se consiguen por vía revolucionaria.

Al final, no sé aún si en cuanto al proyecto 238 del Senado por el no discrimen en el empleo por razón de orientación sexual, sea avalado por la Cámara de Representantes y luego firmado por el gobernador, Alejandro García Padilla. Lo que si sé es que la comunidad LGTTB ha abierto un debate por la igualdad, con mucha simpatía y creatividad, el cual ha constituido un hito revolucionario en Puerto Rico. ¡Aché pa´ todos los LGTTB!