La encrucijada de Irán o el surgimiento de una nueva potencia en el Oriente Medio

Voces Emergentes

altPrimera parte: esta es la primera entrega de una serie en la cual se presenta para los lectores del Post Antillano una visión contemporánea del Estado iraní y su creciente importancia mundial

Introducción: esencia del paisaje natural en una región histórica llamada Persia

La República Islámica de Irán es la forma político-territorial moderna que representa los remanentes de una civilización milenaria que se conoció por el antiguo nombre Persia. Se trata de una región con una tradición de organización política y con ciudades de más de tres mil años de existencia. No sólo ha sido un pueblo –o más específicamente un conjunto de pueblos- que han ejercido una significativa influencia en la historia de la humanidad, sino que aún, desde sus orígenes, su protohistoria ha marcado considerablemente la cultura europea y, por extensión, la americana en general. Se cree que los pueblos iranios primarios llegaron de Asia Central y se asentaron en la Meseta Iraní, desde donde se esparcieron paulatinamente hacia occidente y oriente, contribuyendo así al surgimiento del espectro etnolingüístico mejor conocido como lenguas indoeuropeas, entre los que figura ciertamente el latín y sus derivados como el francés, español o italiano, entre tantos otros.

El paisaje natural de Irán

El Estado iraní tiene una dimensión de 1,648,322 kilómetros cuadrados, lo cual significa que Irán es un país de extensión considerable a escala global, de hecho de rango macrotópico 1 . La localización de Irán ha sido un factor decisivo durante toda la historia ya que, al igual que Afganistán, por sus territorios han transcurrido cardinales rutas terrestres de la comunicación entre Occidente y Oriente. Irán es uno de los países más emblemáticos del llamado Oriente Medio, por su distintiva localización geográfica de transición entre ambos referentes culturales; desde la famosa ruta de la seda, los viajes de Marco Polo y circunstancialmente las cruzadas, Irán ha sido ruta de paso por excelencia y escenario de múltiples batallas y guerras entre imperios por el control de esas vías.

Irán colinda al norte con los países caucásicos de Armenia y Azerbaiján y con el Mar Caspio; y hacia el noreste con Turkmenistán. Al este limita con Afganistán y Pakistán, al sur con el Golfo de Omán y finalmente con el Golfo Pérsico y con el Irak al oeste.

El país se encuentra localizado, junto a Afganistán, en la llamada Meseta Iraní que es parte de las múltiples cadenas montañosas que atraviesan Asia en dirección este-oeste y que son producto de actividad geológica relativamente reciente. Hay que destacar que Irán es uno de los países más susceptibles a riesgos por causa de movimientos telúricos.

La fisiografía iraní es sumamente interesante y esencial para entender características importantes de su historia y paisaje cultural. Además de estar enclavado en un macizo montañoso, Irán está rodeado a lo largo de casi todas sus fronteras políticas por altas cadenas de montañas, las cuales virtualmente han sido una barrera inexpugnable, a no ser sólo por los pasos de montañas. En realidad, la Meseta Iraní es una zona de convergencia geológica de las grandes cordilleras del Asia Central. Los sistemas montañosos que prácticamente circunvalan el territorio iraní son: por un lado, las estribaciones orientales del Cáucaso, las cuales se bifurcan hacia el sur (Montes Zagros) y el noreste (Montes Elburz) del país y las estribaciones occidentales del Hindu Kush en Afganistán (Kopet y Bashagerd), las cuales tienen una dirección mayormente norte-sur, casi contigua a la frontera con Afganistán y Pakistán.

Las costas del país, específicamente en el sur y sureste, son mayormente pedregosas, acantiladas y áridas, además que muy próximo a ellas se levantan los sistemas montañosos descritos anteriormente.

Hacia el centro y centro-oriental del país se localizan unas grandes depresiones territoriales (enormes hondonadas), con los paisajes desérticos de los más extremos del mundo, como lo es, por ejemplo, el Gran Desierto Salado. El clima del país tiene veranos extremadamente calientes e inviernos muy fríos, especialmente en la mitad occidental del país, donde la elevación media del terreno supera generalmente los 1,000 metros. La única variación significativa de este régimen climático se produce en las altas montañas, en la franja ribereña del Mar Caspio en el norte del país y en las tierras bajas de la desembocadura de los archifamosos ríos Tigris y Éufrates en la frontera con Irak en la provincia de Juzestán. Tanto Irán como Afganistán tienen una base de recursos hídricos muy limitada. El régimen climático del país determina mayormente las características de los suelos, la vegetación y, por supuesto, su hidrogeografía.

Por su localización en términos de escala planetaria, Irán es un país típicamente subtropical y, por tanto, predominantemente semidesértico y desértico. La humedad del aire es usualmente menor al 50%, la de Puerto Rico en contraste supera con frecuencia el 80%.

Si bien es muy limitada la variedad de recursos minerales, el país cuenta con extraordinarios abastos de hidrocarburos (petróleo y gas natural), el cual es de excelente calidad y de costos de extracción relativamente bajos, aunque en los últimos años se ha requerido de inversiones cuantiosas de dinero para restablecer la capacidad de extracción original en los pozos más maduros.

Notas: 

1 La clasificación de los Estados según su extensión es de la autoría de Martin Schwind en su libro Allgemaine Statengeographie de 1972.