¿Será posible que la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Ortiz promueva la desobediencia civil para honrar a la bandera de Puerto Rico? Comentamos hace unos días, que hemos notado que el Municipio Autónomo de San Juan, el cual ella lidera, ha cambiado las banderas que tiene en sus dependencias públicas, y ha puesto sólo la bandera de Puerto Rico junto a la bandera del municipio. Este acto constituye una violación de ley, pues se dispone que en toda dependencia estatal o municipal, ambas banderas, la de Puerto Rico y la de los EE.UU. estarán en exposición al mismo nivel de prominencia y presencia.
Aunque la Ley 1 de 24 de junio de 1952, estableció que la bandera oficial del Estado Libre Asociado lo era la bandera de Puerto Rico, vemos que una legislatura controlada por el Partido Nuevo Progresistas, aunque el ejecutivo controlado por el Partido Popular Democrático, promulgó legislación que redefinió el alcance de la medida de mediados del Siglo XX. Se trata de la Ley 93 de 26 de agosto de 2005, la cual definió que ambas banderas son iguales y deben ser expuestas en Puerto Rico.
Ahora bien, Carmen Yulín Ortiz es la alcaldesa que en diciembre pasado izó la bandera puertorriqueña en el Ateneo Puertorriqueño en conmemoración del día de su creación, 22 de diciembre, y luego cantó el himno revolucionario de Puerto Rico. Luego llegó a la alcaldía el pasado 12 de enero de 2013, y redefinió el nombre del municipio como “Ciudad Patria”. Recientemente la alcaldesa puso todos sus recursos para honrar al preso político puertorriqueño Oscar López , y para un acto en solidaridad con él, bajó la bandera de los EE.UU del edificio central del municipio; más aún, permitió el uso de las facilidades para mostrar la obra artística del compañero encarcelado, y desplegó por vía del curador de la exposición un cartel explicativo en solidaridad con la independencia de Puerto Rico.
Así las cosas, solo me resta decir, que siendo consistente con todos sus actos, la alcaldesa Carmen Yulín debe proceder a violentar la ley como un acto de desobediencia civil. Nosotros que apoyamos que Jaime Espinal, José Juan Barea, Mónica Puig, René Pérez y Eduardo Cabra de Calle 13, como tantos otros destacados boricuas enarbolen la bandera de la patria, pues entonces el Municipio Autónomo de San Juan, debe hacer lo propio.
Seamos realistas, la ley la cambió una legislatura del PNP. No existe impedimento para que la alcaldesa por vía de la desobediencia civil haga inoperante dicha ley, y la misma sea derogada o anulada. Más aún que se nos devuelva al 1952, cuando la intención de los legisladores de Puerto Rico era tener sólo la bandera de Puerto Rico.
Seamos consistentes con el presente. Una sóla bandera. La de Puerto Rico.