Discriminamos y nos vale

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altLa discriminación es pegarle a la dignidad del otro y lastimar con acciones que puedan poner en peligro el ejercicio de algún derecho. Podemos discriminar sin saberlo porque es una práctica culturalmente aprendida y normalizada

Discriminar es ejercer poder sobre el más débil, sobre el más pobre o incluso sobre quien nos parece más feo…

La discriminación es pegarle a la dignidad del otro y lastimar con acciones que puedan poner en peligro el ejercicio de algún derecho, discriminamos, a veces, sin intención, pero al final no importa si lo hicimos conscientes o no, sino el efecto negativo sobre la vida de las personas.

La dignidad es eso con lo que nacemos todas y todos, sin excepción, sin embargo es una realidad que algunos nacen con ésta más garantizada que otros. Como un bebé negro y un bebé blanco en medio de una cultura racista, como lo es la mexicana.

Herimos dignidades a la menor provocación, nos reímos y somos muy creativos para burlarnos de quien no oye, de quien no ve, de quien habla alguna lengua indígena, de las mujeres que levantan la voz, de los hombres que no les interesa ser ni parecer machos, de la peluca y los implantes que son parte de la identidad de algunas personas; nos reímos de todo lo que nos parece distinto porque nos enseñaron que lo único válido es lo que sea similar a nosotros.

Al excluir le metemos el pie a los proyectos de vida de las personas, sin darnos cuenta volcamos con prejuicios y estigmas los derechos de las y los demás. Sí, por ejemplo cuando le cierras la puerta de tu empresa a una persona travesti, porque crees que no tiene estudios, porque crees que es perversa y que por su apariencia le dará mala imagen a tu negocio, o cuando una persona en silla de ruedas busca empleo y se lo niegan porque no hay una rampa o elevador que le permita desplazarse por el edificio. En ambos ejemplos, la exclusión es injustificada e inmerecida.

Podemos discriminar sin saberlo porque es una práctica culturalmente aprendida y normalizada, como cuando nos pedían de niños y niñas escoger a las amistades basados en el “cómo se ven”, pero también, la realidad, es que nos vale discriminar porque es una oportunidad de ejercer poder sobre el más débil o vulnerado.

Con estas líneas me presento, ya les diré poco a poco quienes discriminan más y contra quien lo hacen, qué debemos hacer -día a día- para eliminar la desigualdad; y como la vida se trata de ganar-ganar, les diré por qué nos conviene ser incluyentes, vamos a ponerlo de moda.

Traeremos aquí lo que pase de nuevo en la política y que afecte al colectivo LGBTI, levantaremos la voz si es necesario.

También es un espacio para dejar en claro que no daremos ni un paso atrás con las batallas ganadas en favor de la igualdad.

Ésta columna va para Paúl Alcántar, que confía en el camino de los Derechos Humanos y me invitó a colaborar. Gracias.

Por: Jonathan Orozco Peralta

@JonathanOrozco_

Fuente: Revista Pride Magazine