El apellido [del esposo] como marca económica: Los Mandela

Economia Solidaria

altLe presto atención a la muerte de Nelson Mandela, y veo, como pasa mucho en nuestro inmenso Caribe, que regresa la segunda esposa, Winnie Madikizela-Mandela, y reclama la jefatura del clan.  Ojo, pero usted ya no es la esposa.

La actual esposa es Graḉa Machel-Mandela, y por lo tanto es la persona que le corresponde recibir los homenajes y otros asuntos en cuanto a la muerte de Mandela se refiere.  Pero no, hay algo complicado en esto.  Se trata de la economía del apellido, sobre todo en sociedades patriarcales o donde la sustitución del apellido de hombre se impone sobre el apellido de la esposa y se asume como normal en los hijos.

Entonces en Africa, como pasa también en los países de tradición anglo-sajona, la mujer adopta de forma “natural” el apellido del esposo.  Lo asume, y luego en la vida post-matrimonio tiene esto otras consecuencias: siempre se es la exesposa, que a pesar de todo, continua asumiendo su apellido de casada. Algo me provoca de esta economía del apellido. ¿Qué tipo de beneficios trae la utilización del apellido luego de un divorcio?

Esta pregunta me la hago, pues trato de entender la relación entre la segunda esposa de Mandela, Winnie, y la tercera esposa, Graḉa.  Todo indica que en la relación con el colonialismo británico, mantener el apellido del marido es algo tradicional.  No obstante, en el caso de la tradición africana, la mujer con quien el marido ahora fenecido  tuvo hijos, se convierte en la práctica en la primera viuda, con los derechos a hablar.

Winnie Madikizela-Mandela, la esposa desde su razón que ella será ahora la líder del clan Mandela.  Habiendo tenido dos hijas con Nelson R. Mandela, aunque él tuvo hijos en su primer matrimonio también, ella lo reclama por ser la persona de mayor edad viva en dicho clan.  Entonces, ¿Qué hacemos con la señora Machel-Mandela?  Veo que nada. Por ser la viuda con la cual Mandela no procreó hijos, como a su vez por no ser su pareja histórica, todo indica que habrá de desaparecer.

En la economía del apellido, la historia como los hijos, dan más puntuación.  Pero me pregunto ¿deben las mujeres asumir el apellido del esposo?  Pensaría, en pleno Siglo XXI, que no.