Pinar del Río, Cuba- Suerte de laboratorios a cielo abierto, en campos de esta provincia cubana prueban variedades de arroz resistentes a bajos suministros de agua, plagas y enfermedades, así como la efectividad de tecnologías vietnamitas.
En parcelas demostrativas los especialistas de la Estación Experimental de Los Palacios corroboran la adaptación y factibilidad de variedades creadas en ese centro científico, que en total sobrepasan la docena, aseguró a Prensa Latina la subdirectora de esa institución Aida Tania Rodríguez.
Entre las más extendidas -dijo- sobresalen las Inca LP5 e Inca LP7, con favorable rendimiento agrícola e industrial, plantadas en aproximadamente el 45 por ciento de las áreas dedicadas a la siembra de arroz en Cuba.
La prioridad ahora es obtener semillas de calidad para reintroducirlas en las zonas rurales durante etapas venideras, agregó.
Gracias al ingenio de investigadores locales surgieron también los tipos Guillemar LP19 y Jose LP20, caracterizados por su buen comportamiento ante bajos abastos de agua y fertilizantes, afirmó Rodríguez.
Como novedad y paralelamente a esas pesquisas, los especialistas de la Estación Experimental -100 kilómetros al oeste de La Habana- incursionan en la obtención de variedades de garbanzo y realizan estudios sobre granos como el frijol y la soya, para proporcionar a los campesinos del territorio metodologías capaces de ampliar y mejorar los sembradíos.
Al referirse a otras líneas de trabajo destacó que los expertos palaceños evalúan, además, la eficacia de tecnologías vietnamitas aplicadas aquí a la producción arrocera, como parte de un convenio de colaboración entre ambas naciones.
Ese programa de cooperación prevé la introducción de equipamiento y métodos, con el fin de aumentar tanto los volúmenes a acopiar como el rendimiento por hectárea.
Presente en varias provincias del país caribeño -explicó-, la experiencia contribuye igualmente a la capacitación de pequeños productores.
Para proteger los sembrados de enfermedades fungosas preparamos un producto a partir del carapacho de la langosta, el cual podrá elaborarse en el propio combinado pesquero de La Coloma -en el sur de la provincia de Pinar del Río-, una vez instalada allí la infraestructura necesaria, adelantó la estudiosa.
Preservar la avifauna asociada a los arrozales es otra de las misiones de los investigadores palaceños, quienes lideran iniciativas para evaluar la presencia de pájaros nativos y migratorios en esos escenarios.
Oriundo de otras latitudes el Pelícano blanco es uno de los más asiduos porque observaciones sistemáticas demostraron que una colonia de aproximadamente 300 individuos reside de forma permanente en esos parajes.
Esas zonas de cultivo permiten a las aves acuáticas satisfacer todos o una parte de sus requerimientos básicos al constituir importantes sitios de alimentación, lugares adecuados para el reposo, defensa ante los depredadores y espacios de nidificación, comentó el Máster en Ciencias Rodolfo Castro.
El ecosistema de humedales de ese municipio posee la categoría de Área de importancia internacional para la conservación de las aves.
En esos predios interactúan varios proyectos ecologistas respaldados por la Organización de Naciones Unidas, la Unión Europea y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.
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