Nadie debiera ser juzgado por ser lo es. Sin embargo la historia de la humanidad ha estado llena de instancias en las que hemos juzgado a nuestros semejantes por simplemente ser lo que son. De esta manera durante muchos siglos hemos estado juzgando a las personas de piel negra por su color de piel, hemos juzgado a las mujeres por su género, ahora juzgamos a las personas LGBT por ser quienes son. Triste pero real.
La Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA por sus siglas en ingles), ha informado que existen al presente 78 países con leyes que criminalizan las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo. Los castigos van desde latigazos en Irán, prisión en Argelia, cadena perpetua en Bangladesh y Uganda, hasta condena de muerte en Mauritania, Arabia Saudita, Irán, Sudán y Yemen.
La lucha por los derechos LGBT adelanta en algunos lugares y se atrasa en otros. Mientras que en EU y países de Centro y Sur América se logran adelantos, en India se pierde el terreno ganado.
Por otro lado se registran números preocupantes de incidentes de agresión contra personas LGBT. Tanto en EU como en países de Centro y Sur América se ha observado un aumento en denuncias de ataques y abusos. Un caso de especial preocupación es Honduras, donde se ha registrado un aumento significativo en actos de violencia contra la comunidad LGBT, y donde la mayoría de los crímenes no han sido castigados.
Tristemente la intolerancia hacia personas LGBT parece ir creciendo en medida en que se van ganando derechos. Lo que señala a que no solo es asunto de la necesidad de leyes más justas, sino que se necesita mucha educación para que se pueda comprender que “Nadie debiese ser juzgado por ser lo que es”.