Anoche término la edición número 44-2014 de las tradicionales Fiestas de la Calle San Sebastián. En las mismas participaron cerca de 250 mil personas a lo largo de cuatro días. En las mismas, como de ordinario por las pasadas cuatro décadas, reinó la alegría y la fiesta. En la jornada, como ocurre en todo evento que mueve un porciento significativo de la población nacional, hubo problemas interpersonales. En este evento, como en 42 ediciones de 43 ediciones adicionales, nadie perdió la vida. No obstante reconocemos lo lamentable de la muerte de Julio Ramos Oliver en la edición 43-2013 de las Fiestas de San Sebastián.
La muerte de un ser humano no justifica para nada crear un estado de excepción, hoy declarado inconstitucional, donde un municipio se abrogó el poder de suspender la constitución, para garantizar la seguridad de todos y todas. La seguridad de la población se le garantiza a partir de reconocerle sus derechos no de quitárselos. Luego de cuatro exitosos días en la edición 44-2014, es importante destacar que la ausencia o existencia de conflictos interpersonales no es representativo de un estado de seguridad perfecto. No obstante en la percepción del pueblo las fiestas fueron pacíficas. Eso es lo que cuenta. Lo otro son estadísticas policiacas a las cuales le hacemos caso de forma conveniente.
A la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, como persona con un largo historial en la defensa de los derechos del pueblo, le queremos indicar que en esta ocasión usted estuvo muy mal asesorada o en la alternativa actuó contrario a norma. Todo indica que en el seno de la Legislatura Municipal se le advirtió de lo que podía y no podía hacer. Todo indica que usted hizo actos no autorizados por su Legislatura Municipal.
Ahora bien, el efecto de la directriz municipal asumida por la alcaldesa Cruz fue la pérdida de 250 mil personas que dejaron de asistir este año a las fiestas. Luego de haber registrado en el 2013, 500 mil personas (o el 15% de la población nacional) la merma del 50% constituye un efecto nefasto para la economía nacional y para la de San Juan en particular. Por lo tanto, la defensa del valor seguridad vis a vis disfrute y regocijo tuvo el efecto práctico de ahuyentar al pueblo.
Como indicó este medio luego de la edición 43-2013, las Fiestas de la Calle San Sebastián ya no son sólo del Municipio de San Juan, ni de los productores o promotores privados que participan en este evento lucrativo. Las Fiestas de la Calle San Sebastián son parte del patrimonio nacional de Puerto Rico y como tal, y de forma muy celosa, se debe garantizar que el goce y el bienestar de la población sean el norte prioritario. Ojo, no hablamos de seguridad, sino de bienestar.
Urge la necesidad que se cree una Comisión Nacional de las Fiestas de la Calle San Sebastián, configurada por ley estatal, en la cual la alcaldesa de San Juan, o su delegado, sea la persona que la presida. Ahora bien, lo allí discutido debe responder a las necesidades del país y no de un municipio, que para ser justos y razonables, en los pasados cinco años ha demostrado, tanto Jorge Santini pasado alcalde como Carmen Yulín Cruz actual alcaldesa, de ser incapaz de organizar las fiestas a beneficio de todo el país.
Es momento de cambiar la dirección municipal e imponer una dirección nacional a las Fiestas de la Calle San Sebastián.