El 22 de marzo de 1873, por decreto español de la Asamblea Nacional de España, quedó abolida para Puerto Rico la esclavitud. Se trató del fin de un régimen de explotación laboral, o modo de producción, que entró en vigor a mediados del Siglo XVI en Puerto Rico, y advino a un fin, más de 300 años después. Lo curioso de la ley española son dos hechos. Por un lado, en su artículo 3, el cual disponía que el gobierno español, habría de disponer una indemnización a los propietarios de esclavos por la pérdida de estos tras la abolición. De otra parte, en su artículo 7, dispone dicha ley, que los esclavos liberados sólo habrían de entrar en pleno derecho ciudadano cinco años después. Es decir en el 1878.
Esa relación de indemnización y dilatación en el recibo de derechos plenos, como ciudadanos, es algo que se discute poco para el 10% de la población, que a la fecha del 1873, aún estaba esclavizada. Esa población, negra-esclavizada, es distinta a otra población de negros y negras libertos. Adviene al cambio de soberanía en el 1898, desde una condición de desventaja social y política. La información no nos permite para tanto, pero la pregunta es: ¿por qué indemnizaron a los propietarios y no a los esclavos? Aunque es posible desde la legalidad imperante en el 1873, ¿dicha indemnización es moralmente justa? ¿Podríamos revertir dicha indemnización y exigir compensación hoy para los descendientes de esclavos en Puerto Rico?
Hoy un grupo de hombres negros de Puerto Rico ha conformado un movimiento social para comenzar a explorar el duro y amargo legado de la sociedad esclavista en la cultura puertorriqueña. Se llaman 33 hombres negros por Oscar. Como parte de dicho movimiento social se han dado a la tarea de rescatar el día 22 de marzo, no para conmemorar la abolición de la esclavitud sino para recrear la memoria histórica del evento. En ese sentido, el próximo 22 de marzo de 2014, nueve plazas públicas de diversos municipios de P.R. serán un punto de encuentro de alegría y celebración de la libertad. Conjuntamente, al hacerlo exigirán la excarcelación inmediata de un hombre libre: el preso político Oscar López Rivera.
Ahora bien, una pregunta que el movimiento social 33 hombres negros por Oscar se hace: ¿qué hacer con la indemnización que recibieron las familias esclavistas en Puerto Rico y que les permitió continuar viviendo en opulencia luego de la abolición de la esclavitud? Su riqueza hoy, sin lugar a dudas, contiene el dolor de los esclavos y esclavas.
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