¿Por qué Facebook y WhatsApp son impunes?

Política


Desde el primer día en que surgió la controversia pública en torno al video de dos supuestos agentes de la policía realizando un acto sexual íntimo el país, y sobre todo la prensa corporativa, se ha ido en brote en torno a la moral consumista de dicho evento. Es decir, se trata de un buen chisme, morbo, el cual nos gusta a todos y todas, pues contiene imágenes expresas de relaciones sexuales íntimas, y más que nada los implicados lo hicieron vestidos como policías, y a saber si lo hicieron en horas laborables. Se trata, desde esta lógica perversa de un escándalo, donde ya todos han tomado posición, y piden la expulsión de los supuestos policías del cuerpo, y más que nada las sanciones criminales que correspondan. Esto es a fin de cuentas el debate dominante.

Dicho lo anterior, también desde el primer día, el debate tomó una dirección mucho más balanceada, cuando la directora ejecutiva de una de las principales organizaciones feministas del país, Taller Salud y su directora Alana Feldman, se expresó en torno a este incidente. En particular, la señora Feldman sugirió que no se debía concentrar todo en criminalizar a la mujer policía, pues esto era parte de reproducir una conducta machista. Esta postura cambio el debate, logrando, y sin lugar a dudas, muchos comentarios radiales y de prensa; fueron cautelosos en cuanto a referirse jocosamente de la mujer, y no comentar el rol del hombre.

De otra parte, el debate se ha calmado, cuando la Policía de Puerto Rico indicó que estaba investigando, y como parte de su investigación, se debían respetar los derechos de las partes concernidas. Esto incluye el privilegio y confidencialidad a no exponer su nombre.

Ahora bien, ¿Cuál es la responsabilidad de WhatsApp y su propietario, Facebook? Hace apenas menos de dos semanas, Facebook, la principal red social del mundo compró a la pequeña aplicación de comunicación simultánea WhatsApp. La compró por el impresionante valor de $19 mil millones de dólares. Las redes sociales son de forma limitada globales. Realmente hablando, sus mercados son locales, por lo cual Facebook y WhatsApp se preocupan por los comportamientos que los boricuas en la isla y la diáspora tengan. En particular, que les interesa, que se está comunicando, y sobre todo lo que cultural y antropológicamente hablando les provoca movimiento y crea tendencias de comunicación. Estas redes sociales son cualquier cosa menos ingenuas. Por lo tanto, me pregunto: ¿Cómo es que la red social donde se comunicó la información que avergüenza tanto a la mujer como al hombre del video, no es responsable por la exposición?

Las redes sociales de corte corporativo, son las que realmente se benefician de este escándalo. Cada vez que usted las toca (hit), usted enriquece las arcas de su propietario principal Mark Zuckerberg. El mercado de Puerto Rico, para impulsar la aplicación de WhatsApp, necesitaba de este maremoto. Ahora sí que la misma es conocida, y será utilizada. La mejor publicidad que ha tenido ha sido esta semana.

Pero nada de esto pasaría, si las redes sociales fueran responsables por los actos que provocan al publicar toda información sin corroborar. Las redes sociales no son la prensa, por lo cual no pueden tener la misma protección que los sistemas mediáticos y periodistas. El estado de derecho debe ser claro en torno a los derechos y obligaciones que tenemos todos en la democracia en que vivimos. Las redes sociales no pueden gozar de un nivel de impunidad por lo que publiquen distinto al hombre y la mujer de a pie. ¡Cero impunidad para Facebook y WhatsApp!