Puerto Rico está en deuda: ¿Para cuándo el Museo Nacional de la Salsa?

Política

El calendario de actividades del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), la casa rectora del quehacer cultural del país, nos informa que en marzo se celebra el Día Nacional de la Salsa. De forma sencilla, se hace alusión a este dato, sin compromiso alguno, pero dejando constancia que el hecho ocurre. Es curioso, desde que la Dra. Liliana Ramos Collado llegó a la dirección del ICP en el 2013, ha habido cambios interesantes en la gestión cultural del país.

No sin contradicciones, no sin contratiempos, pero la Dra. Ramos Collado ha intentado actualizar el quehacer cultural, musical y creativo del país, y le ha dado espacio a voces históricamente marginadas o invisibilizadas. Este es el caso de los exponentes de reagetton, quienes finalmente han sido reconocidos por el estado. Así también lo fueron los editores y editoras de libros independientes, para quien el ICP en conjunto con el Departamento de Estado, reconocieron la contribución que hacen los “indies”.

Ahora bien, desde 1955 cuando se fundó el Instituto de Cultura Puertorriqueña, ¿qué se ha hecho para destacar y honrar el principal género de música popular en el país, la salsa? Nos parece que casi nada, de forma institucional a partir del estado central, se ha hecho.

Esto es lo curioso a la muerte de Cheo Feliciano, el pasado 17 de abril de 2014, la cual ha sido asumida por el estado, tanto central, como por el Municipio de San Juan y el Municipio de Ponce, para honrarlo en este fin de Semana de Santa. Lo que resulta es que Puerto Rico siendo uno de los principales, sino la principal plaza de producción salsera del continente, no tiene un museo que honre el género musical llamado salsa. Lo más curioso es que las iniciativas en Puerto Rico, como en Nueva York, o en la ciudad de Cali, Colombia, para gestar este tipo de museo han resultado ser esfuerzos marginales o privados.

En el caso de Puerto Rico, la constitución de un Museo Nacional de la Salsa, no puede ser relegado a un municipio o a una estación de radio, o sectores independientes y privados. Es una tarea del gobierno central, para honrar, entre otros, al sonero mayor, Ismael Rivera y su compadre, el primer líder de orquesta salsera, del cual salieron todos los demás músicos: Rafael Cortijo. Estos dos exponentes originales de la música salsa, son para Puerto Rico, lo que Benny Moré es para Cuba, Chavela Vargas para México o Carlos Gardel es para Argentina. Es decir representan, Rivera y Cortijo, la identidad de una nación.

Dicho Museo Nacional debe constituirse en la principal atracción turística para actividades del llamado turismo cultural o diplomacia cultural. Por ende, el rol del gobierno central, a través del ICP, se hace ineludible.

Ahora bien, ¿dónde debe elegirse el Museo Nacional de la Salsa? Solo dos ciudades han producido la mayor cantidad de salseros en Puerto Rico. Los barrios pobres de San Juan, en particular desde Tras Talleres hasta Villa Palmeras, recogen la mayor cantidad de cantantes y músicos salseros en todo Puerto Rico. De otra parte la otra ciudad es Ponce, de donde viene curiosamente el propio Cheo Feliciano, a quien honramos en su velorio en el Coliseo Roberto Clemente hoy sábado y mañana domingo.

Entonces, lejos de crear museos regionales sin sentido claro, como una propuesta aún por realizar en el Municipio de Guaynabo que intenta crear el Museo de la Salsa Rafael Ithier, sólo porque el líder del Gran Combo cursó su octavo grado en una escuela de dicho municipio, es imperioso darle dirección central a este proyecto. Posiblemente, municipios como San Juan, Ponce, Guaynabo, e inclusive Loiza, de donde han surgido muchos salseros, podrían crear Casas Culturales Salseras, en las cuales la gente podría juntarse a confraternizar y escuchar salsa en vivo. Tal vez habría que seguir el modelo de la Casa de la Trova Cubana, en Santiago de Cuba.

En fin, que el entierro de Cheo Feliciano, nos provoca a exigir que la Salsa sea tratada, con la misma rigurosidad que la música clásica es tratada en Puerto Rico. Que de la misma forma que hoy tenemos el Museo Pablo Casals, también debemos de afirmar y construir el Museo Nacional de la Salsa.