Política

(San Juan, 1:00 p.m.) Puerto Rico se fundó dentro de las murallas de la Isleta de San Juan.  Fuera de las murallas quedaba la “isla”.  Dentro de las murallas, todo era libre albedrio, alegría y mas que nada bienestar. Esto según la lógica de la iglesia católica y los feligreses que vivían amurallados. Ahora bien, ¿Cómo explicar la masacre de cinco personas en Toa Baja, donde el convicto federa Félix El Cano Delgado, era el dueño administrador?

Es curioso, pero desde su fundación en el 1967, el Partido Nuevo Progresista ha estado asociado a actividades delictivas. La primera generación de activistas, que ayudaron en la fundación de dicho partido, se asociaban de forma cuestionable en las actividades delictivas del país.  Muchos de ellos, hoy desaparecidos de la política isleña, fueron agresores de activistas del movimiento independentista. Para ellos, las murallas o su falta, los ayudo a llegar al poder.

Ante este cuadro del PNP, donde el Canito Delgado, convicto federal aunque no sentenciado, se vincula en un negocio en la “frontera” entre el bajo mundo y el nuevo mundo. Este era dueño de un negocio y lo administraba, que hubo indicaciones de estar vinculado al narcotráfico. Por ende, para los que se crearon fuera de las murallas, no hay diferencia entre los mundos de la legalidad e ilegalidades.

(San Juan, 9:00 a.m.) La última opción que le queda a Puerto Rico para alcanzar la independencia se llama Donald Trump. Esto como que alguien lo sabe, pero no todo el país.  Por lo tanto, debemos de reflexionar que de llegar a la presidencia de los EE.UU.  hay que interpelar a Trump de forma inmediata, para pedirle una declaración bilateral de independencia para la isla.

Algo sabe el Partido Nuevo Progresista (PNP) que nos impulsa a pensar que ellos luchan por quedarse en le poder, como forma de adelantar su proyecto estadista.  Pero, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) algo debe saber también, cuando propuso la alianza con el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), pues bajo el sello del PIP, y de estos ganar la gobernación, se sigue impulsando la independencia.  

(San Juan,1:00 p.m.) Puerto Rico es una nación colonial, que vive divorciada de la realidad de su metrópoli, los EE.UU.  Por lo tanto, las primarias en los EE.UU por la selección de los candidatos a presidencia del Partido Republicano y Partido Demócrata, pasan desapercibidas en Puerto Rico.  Nadie las sigue, nadie las entiende.  Lo que sí es claro, es el miedo, terror o temor, que Donald Trump, precandidato republicano, provoca en el pueblo de Puerto Rico.

(San Juan, 1:00 p.m.) Hay un refrán popular que dice que más sabe el diablo por viejo que por diablo.  Los partidos políticos históricos, el Partido Popular Democrático (PPD) y el Partido Nuevo Progresista (PNP), tal parece que tienen amarrada las próximas elecciones por su manejo del Código Electoral del país. Mientras el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), quien no es parte de esa vieja escuela, pese a haber sido fundado en el 1946,  sabe cumplir con el código en discusión, pese a sus diferencias con los otros partidos. El resto, entre partidos nuevos y emergentes o candidatos independientes, yace el problema.

Al final de la jornada de apertura, 43 candidatos independientes se habían propuesto para las elecciones del 2024.  Esos radicaron sus papeles el 2 de enero.  Luego entraban ciertos términos, y todo indica que no cumplieron. Hoy, al vencimiento del segundo termino para cumplir con los requisitos de participación, solo quedan ocho candidatos independiente corriendo. El resto, desaparecieron. 

(San Juan, 1:00 p.m.) Los Estados Unidos se están desmoronando. Es algo inevitable que tiene a todo el pueblo americano, no al de Puerto Rico, preocupado.  Les preocupa la edad y falta de memoria del presidente Joe Biden. Les preocupa que Donald Trump los lleve a un tipo de fascismo democrático.  Terrible ambos ejemplos, lo interesante es la distancia emocional de los boricuas con su metrópoli.

Joe Biden no fue acusado ayer de llevarse papeles de la presidencia a su residencia.  El fiscal especial no lo hizo, por algo distinto, porque lo vieron al presidente como una persona frágil, con memoria débil.  ¿En serio?

Mientras ayer, Donald Trump, se apuntó varias victorias, una de ella, que la Corte Suprema que escuchó los argumentos de uno de sus casos, el de Colorado y no tenerlo en la papela, le dio la razón consistentemente en la serie de preguntas que hicieron los jueces a los abogados y abogadas. Es decir, todo indica que Trump tiene que estar en totas las papeletas electorales, y que será el candidato del Partido Republicano. Eso le causa pavor al 50 por ciento de la población americana, y no saben que hacer. ¿Vendrán a vivir a Puerto Rico?

Por lo cual, nosotros como boricuas, y ante nuestra indiferencia a ellos, lo que debemos de hacer es intentar en todo momento, separarnos de la lógica americana. Crear un propio destino que nos permita vivir como gente distinta que somos a ellos. Es momento de irnos. ¿No les parece?  Pensemos. 

(San Juan,1:00 p.m.) Puerto Rico es una nación colonial, que vive divorciada de la realidad de su metrópoli, los EE.UU.  Por lo tanto, las primarias en los EE.UU por la selección de los candidatos a presidencia del Partido Republicano y Partido Demócrata, pasan desapercibidas en Puerto Rico.  Nadie las sigue, nadie las entiende.  Lo que sí es claro, es el miedo, terror o temor, que Donald Trump, precandidato republicano, provoca en el pueblo de Puerto Rico. 

Trump es simplemente un candidato más, el cual ha sabido capitalizar en su forma de ser, impetuosa y patriarcal, para buscar su candidatura, y un regreso a la presidencia.  Su control hoy de la política en los EE.UU. es casi total.  Es la principal imagen de los medios de comunicación, y su tiempo en portada excede a todos los otros candidatos políticos o noticias de entretenimiento. Todo es Donald Trump.