Los ejércitos rugen, aplastan y engullen firmamentos y chiringas.
¿Quién suena el lúgubre badajo de la noche?
El meta verso se acomodó en el fuego.
La carcajada del genocida está en el rostro de Wall Street.
El cabrón Pentágono baila y ríe, ríe y fornica con la corbata del banquero.
El inmolado está en la hoguera.
Marchas, pancartas y embajadas.