[Nota editorial: Presentación del libro: Ché Paralitici, Historia de la lucha por la independencia de Puerto Rico. Una lucha por la soberanía y la igualdad social bajo el dominio estadounidense. San Juan: Publicaciones Gaviota, 2017. Casa Norberto, Plaza las Américas, sábado 29 de abril de 2017].
Le estoy muy agradecido al profesor, colega historiador y buen amigo José Paralitici (Ché), por haberme solicitado presentar su más reciente libro, Historia de la lucha por la independencia de Puerto Rico. Es motivo de gran regocijo el logro de esta obra y, a su vez, que sea patrocinada por Publicaciones Gaviota y forme parte de la inauguración de la librería Casa Norberto, en Plaza las Américas. La celebración, pues, es doble.Crítica literaria
Rompe Saragüey (2016): la novela de Lavoe
Pues el que me quiera castigar o controlar,
debe saber que tengo los poderes para volar,
y con eso, como el Todopoderoso,
como el Cristo Negro de Portobelo,
o como Changó, nadie, pero nadie, me podrá parar.
Rompe Saragüey
Ediciones Aguadulce, una propuesta editorial de la novísima literatura boricua
Agradezco a Cindy Jiménez-Veras el envío de esta primicia de libros de poemas como un “ramillete” o “juego floral”, a la antigua, de versos que me llegan por correo regular. De primera instancia pienso que son publicaciones de la novísima literatura boricua, autores/as que he conocido personalmente en las entregas de los últimos dos festivales de la palabra en San Juan, a quienes he visto de pasada en cócteles y actividades sociales, pero a quienes no he tenido el gusto de leer. Al examinar los cuadernos de colores vivos (azul celeste, amarillo mostaza, rojo, azul pavo, rosado, verde, blanco y negro) como periplo de palabras, me doy cuenta que la propuesta de Ediciones Aguadulce no es sólo caribeña sino transatlántica e internacional.
La literatura de: Zulma Oliveras Vega, Ana María Fuster Lavín y Carmen Rita Rabell
Sueño de alta mar
Duermo ola
que me moja
al lado de las olas
en la cresta
entre las piernas algas
Notas en torno Juan Hernández, en ocasión de un libro (Partes I y II)
David Albarran me ha pedido copia de la columna “Juano Hernández, el olvidado”, que publiqué en El Nuevo Día en julio de 1988. Su petición coincide con la lectura del libro “Genial Juano Hernández: de vagabundo a estrella de Hollywood”, de Miluka Rivera, que investiga la vida y la carrera de ese extraordinario actor puertorriqueño que después de sobresalir en la versión cinematográfica de “Ïntruder in the Dust” del Premio Nóbel de Literatura de 1949 William Faulkner, hizo otros 19 films en Hollywood.
El pedaleo de Elizam Escobar
Pero si uno no toma la verdad-en-el-arte seriamente,
¿de qué vale, entonces, ser artista?
EE
Diacronía. A toda velocidad, se aleja del presente con la soga al cuello, pedaleando como un ateo que ha visto la muerte de cerca, demasiado cerca: “Yo me río. Y no es que lo sepa, no, / yo voy poco a poco / por las sombras” (“Tal vez fueron los niños,” 1983).
Huye, por supuesto, del poder. Máquina de tiempo (1993), autorretrato del pintor-poeta-teórico en dos ruedas: “El arte debe surgir de la vida real” (Los ensayos del artificiero, 1999).Carajo: “¡TRUMP!.....”
El ocaso se ha llenado de rosas.
Yván Silén
Cuando la poesía aprieta la realidad, el calor interno que se produce, retórico, calcina las metáforas callejeras de la literatura, “Zona de carga y descarga” (Rosario Ferré), tatuándolas en la piel. Canícula. El cambio climático exacerba la poesía; estro, efluvio de papel que exuda tinta, muchas veces contaminada de colonialidad y por eso de subalternidad.