Caribe Hoy
La propuesta de Rosselló es de cadenas, yugos y ahogamientos
En los anales de nuestra historia se cuenta que cuando los españoles llegaron a colonizar nuestra Isla, los taínos creían que ellos eran dioses inmortales y toleraron con paciencia sus atropellos.
El jueves pasado se celebró en Puerto Rico el día de la abolición de la esclavitud. Lo irónico de la celebración este año es, que el día antes, el gobernador Ricardo Rosselló, volvió a encadenar y someter al yugo a los trabajadores puertorriqueños y puertorriqueñas, con la llamada reforma laboral que anunció. De modo que este año celebramos simbólicamente el final de nuestra abolición y el comienzo de una nueva esclavitud laboral. Los asalariados dejarán de recibir bonos de navidad, y los días de fiesta y enfermedad se verán reducidos a siete cada uno, entre otros recortes.