Con la muerte de Jenaro “Tuto” Marchand no es sólo Puerto Rico quien pierde a uno de sus luminarias sino a la región entera del América Latina. A Tuto, después de una batalla con el cáncer de por lo menos 15 años, se lo llevó esa enfermedad en la madrugada del domingo a sus 82 años.
Los fanáticos puertorriqueños y sobre todo los apoderados de la Liga de Baloncesto Superior Nacional, que causa locura en el público puertorriqueño, lo recordarán por su mano de hierro como presidente de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico por más de 10 años. Tuto dirigió la federación desde los días de los inmortales Raymond Dalmau y Rubén Rodríguez, para nombrar a solo dos de las luminarias del aro que hubo en su era. Únicamente Tuto hubiese podido establecer orden y adelantar la liga, a veces con la diplomacia del abogado que fue por casi 50 años y a veces con un puño en la mesa. Si bien es cierto que su más renombrado logro fue como vicepresidente de la región de las Américas de la Federación Internacional de Baloncesto, es por su presencia de puro hierro en el baloncesto local que lo recuerdan los puertorriqueños. Debo decir que su etapa en la federación internacional de las Américas coincidió con era de José “Piculín” Ortiz, posiblemente el centro y forward más logrado que ha dado el baloncesto puertorriqueño.