En memoria de Domingo Ernesto

(Piro) Mantilla

y Roberto Rohena

“Nunca se supo quien fue su madre

porque la ingrata la abandonó

una viejita lo vio en la calle

y con cariño lo recogió.”

(Canción “El escapulario”, Roberto Roena y su Apollo Sound)

Crecí escuchando y bailando salsa. Con apenas doce años, me colaba en los bailes, porque acompañaba a mis hermanas y sus amigas, a las fiestas patronales de todos los pueblos sureños, para ver tocar a nuestras orquestas preferidas. Apenas era una preadolescente y junto a ellas, no dejábamos recoveco sin recorrer, para escuchar a los mejores exponentes de la salsa gorda. En la década de los ’80, no me perdía ni un baile de muñecas. Eso sí, Mamy Naty me dejaba ir, siempre y cuando cumpliera con unas reglas: “no puedes maquillarte, no puedes bailar boleros y mucho menos, bailar con quienes usaran tenis.” A mis cincuenta y siete años, no comprendo lo de los tenis. No obstante, ella hacía una excepción con dos buenos amigos, que siempre llevaban puestos sus tenis converse blancos. Con ellos dos sí podía bailar porque visitaban nuestra casa y ella los conocía.

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A mis estudiantes

Los primeros años de mi vida era mi abuela quien me criaba pues mis padres y mi abuelo trabajaban. De ella aprendí que el temor de Dios era el principio de la convivencia en armonía con los seres humanos que me rodeaban. Amarás a tu prójimo, no mentirás, no robarás, el resto de los mandamientos y las parábolas y sermones de Cristo, por no dejar de mencionar los salmos y los proverbios que eran su prédica de mujer sabia.

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Una motita de algodón blanco, que surcó los aires,llegó a mi vida el 17 de diciembre de 2010. Su pelusa era blanca como la nieve y la textura suave, igual que la seda. Cuando vi por primera vez esa hermosa mota blanca quedé enamorada. Repito hubo amor a primera vista cuando nuestras miradas se cruzaron. Me atrapó su ojo azul y el otro marrón claro. No sabía cómo llamarlo y consulté con mi sobrina Adriana Sofía. Ella decidió nombrarlo El Duque, porque su clase y elegancia se notaron desde que era un bebé. La pequeña mota de algodón era traviesa, todo lo mordía y en efecto, hubo que confinarlo al pasillo que da a la terraza. Sin embargo, por más que se colocó una pequeña puerta removible, para separarlo de los muebles, él se impulsaba con mucha fuerza, siendo apenas un pequeño cachorro, y caía en mi falda. Desde ahí empezó esa conexión entre nosotros,porque siempre quise tener un Husky siberiano.

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Desde el viento que canta en las palmeras
practico la ternura con los vientos alisios,
estos aires balsámicos que curan mis heridas,
que cruzan los océanos y conocen mi orilla.
que me envuelven de seda con su tacto invisible,
que rozan a mi piel y mecen a mis penas,
hasta dejarlas quietas, calmadas, que no duelan.

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Un día el gato Milkha llegó maullando a la casa.

Se acercó muy cuidadoso y me invitó a acariciarlo.

Amo a los gatos y me di cuenta que a este minino

le hacía mucha falta comer, pues estaba muy flaco.

Solo tenía su piel y sus huesos y un poco de miedo…

Pobre Milkha, mi gato, porque él me adoptó.

Le dije que en casa nunca había leche porque

nací alérgica a ella y como si supiera, maulló con coraje.

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Vivíamos en una casa de madera grande, que se impregnaba de un rico olor a habichuelas guisadas, cada vez que mi abuela las preparaba. Su ritual consistía en dejarlas en agua la noche anterior, para que se ablandaran. Luego, Mamy Naty, iba al patio a recoger culantro, chincha, orégano fresco, ajíes dulces que, junto a los ajos y cebolla, machacaba en el pilón de madera, que tanto había usado. El sofrito para los puertorriqueños es parte de su tradición gastronómica. 

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Mientras desayuno, me asaltan pensamientos relacionados a todo lo que ha sido mi
proceso de recuperación post Covid-19 y me doy cuenta que, ante la agenda corta
vidas de ese agente demoniaco, luché y sigo luchando. Respiro profundamente.
Agradezco inmensamente a las personas que oraron por mí (familia, amigos y
conocidos) y a mi médico de familia que me conoce desde mi temprana adolescencia,
por su apoyo incondicional, por las recetas para poder respirar bien y por la
alimentación suplementada que llevo.

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