Columpiarse en el suspiro de una boca pintada de humo… esa es la imagen que retengo en mi memoria cuando termino de leer este magnífico libro de Marielis Acevedo Irizarry. Una poesía que se columpia entre dos islas, Puerto Rico y Manhattan. Una mujer que se desliza de los brazos seguros de un padre bajo el árbol de cereza de su niñez, para navegar el mundo erguida. Esta es la voz de una mujer que se asume libre, y desde su pasión poética, nos lo devela en la mirada de las inmigrantes, en los ojos perdidos de algunas en el tren, desde su arrebatada pasión por un hombre que no sabe que es amado, ese que no llega, pero el mundo ha hecho el amor con mi sombra, nos dice.
Caribe imaginado
Finales de verano y comienzo de…¿ qué ?
Actitud
Finding Dory nos dice: “rescatar, rehabilitar y liberar” [¿a Puerto Rico?]
Para despejarme un poco de todo esto que nos está pasando de lo que muchos predijeron, de lo que algunos quisieron evitar con sus buenas ideas y no fueron escuchados, me doy una escapada al cine. En esta ocasión, fui a ver Finding Dory (2016), la secuela de la ya famosa Finding Nemo (2003), con la intención de ver algo diferente, pero no, no pude relajarme. La frase más importante de la película y la que no puedo dejar de relacionar con Puerto Rico, era: “rescatar, rehabilitar y liberar”.
A CUBA Y FIDEL
29 de julio del 2013
Bóveda infinita en azul imponente.
Césped inmenso, encendido lagarto.
Sierra Cresta de gallos bravíos.
Ahora carpinteros pájaros.
Enjambre digno de humanos.
Bosque guardián de Inriri-Cajuvial.
Partera de cambios.
Sobre todo del gen solidario.
Espora que viaja al mundo.
Que se adapta para mejorarlo.
Camagüey, Cuba. 29 de julio 2013.
CARTA A FIDELLa crianza de cuervos 3
Hilda S. mira por la ventana como quien desea creer en los milagros, pero sin tener fe. Las sombras que golpean las cortinas, le traen recuerdos y perfumes florales. Fue enfermera del antiguo régimen nazi y de allí salieron todos sus conocimientos en el arte de formar una familia fuerte y bien alimentada.
Perfume de Indias
Las colonias generan grandes dramas trágicos donde se va perdiendo el sentido de ser libre, autosuficiente y valioso, al punto de que algunos colonizados pierden también, entre otros sentidos, el sentido del olfato. Ese que nos habla y nos dice cuando huele a gato encerrao…
Cuando tu sonrisa es la misericordia esperada
Cuando la matriarca de la familia, Doña Pepita, enfermó de vieja, su hija, mi madre, se retiró del trabajo para cuidarla. Incluso se mudó con ella. Ya encamada, duró unos cuatro meses antes de su partida. Mi madre la cuidaba, ahora en su casa, donde se le instaló lo necesario para que estuviera lo más cómoda posible y con aire friíto. Recuerdo verlas interactuar y mientras mi abuela le decía: “No estoy para postre”, mi madre le respondía con un ademán amoroso como el que se resigna ante lo inevitable.