A las 7 de la mañana, hora del Reino Unido, los colegios electorales en Escocia abrieron. Se inició un proceso de consulta popular, originado por el Partido Nacional Escocés, el cual dirige el gobierno de dicho territorio, para auscultar con la población un voto a favor de la independencia. De salir victoriosa dicha opción, se pondría fin a más de 300 años de vinculación, voluntaria, entre el Reino de Escocia y el Reino de la Gran Bretaña. Los sondeos que abrieron esta mañana indicaban que el no tiene una leve ventaja, la cual varía entre 51/49 a 52/48. No obstante, los votantes indecisos se han reducido de un 14 por ciento de los electores a un 5 por ciento.
Política
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Entre los EE. UU. y Puerto Rico se acabaron las reglas, se permiten los golpes bajos
Si alguna vez en los Estados Unidos hubo cautela en el mundo mediático publicitario para no mostrar hostilidad hacia grupos étnicos tales como los latinos, entienda usted que esta cautela se la llevó el viento. El viernes un oscuro grupo de cabildeo llamado el American Future Fund pautó un anuncio de página entera en el prestigioso (y muy republicano) periódico The Wall Street Journal. El infame anuncio acusó al Gobierno de Puerto Rico de ser un gobierno corrupto que a través de acciones ilegales rehusa pagar su deuda externa.
Escocia, Catalunya y Puerto Rico: consensos en el camino hacia la independencia
Un rasgo interesante de los procesos catalán y escocés es que, pese a la coincidencia en el tiempo –y parcialmente el marco geopolítico macro: la Unión Europea-, las lógicas y las estructuras políticas e institucionales son bastante diferentes. Comparar además esos dos países con lo que sucede o ha ocurrido en otras latitudes, entre ellas Puerto Rico, pudiera quizás resultar también esclarecedor.
Escocia y Catalunya, 300 años después: ¿caminos paralelos? ¿encrucijadas similares?
Puerto Rico y el mundo que se avecina: Escocia y la yihad
No nos llamemos a engaño. El mundo frente a nosotros, ese que en esta semana tendrá eventos cruciales, afectará el destino nuestro, aquí en Puerto Rico, en el Caribe. Como bien hemos apuntado en este diario, El Post Antillano, algo ha pasado que las relaciones de diálogo y fuerza con la metrópoli, Washington, han cambiado. El pasado no es como el presente. Pero de igual forma habrán de cambiar y, tal vez, de forma aún más radical si no le prestamos atención a los eventos internacionales de esta semana.
EDITORIAL: No a la agresión contra Puerto Rico
Nuevamente, como ha sucedido a lo largo del presente año, la prensa comercial de los EE. UU. publica un anuncio en el cual describe que Puerto Rico, bajo la presente administración de Alejandro García Padilla, ha sucumbido en convertir a la Isla en un nido de políticos corruptos, en la tradición de lugares perversos, según ellos, como América Latina y, en particular, como Venezuela. Deploramos y repudiamos dicho anuncio. Nos parece que el mismo, en adición a representar una cosmovisión racista y prejuiciada en torno al otro u otra latinoamericano, es además un asalto contra la dignidad colectiva e individual de los puertorriqueños.