Sufrió derrotas en Corea, Vietnam, Cuba, Afganistán y Siria. Mientras que en Irak y en Libia, si bien dejó a esos dos países totalmente destruidos, tampoco pudo adjudicarse una victoria. En Yugoslavia tuvo un triunfo parcial, pues logró destruirla y dividirla, pero no pudo someter del todo a Serbia.
No obstante, a los arcones de la guerra y a la industria armamentista yanqui le tiene sin cuidado si se triunfa en un conflicto bélico o no; su objetivo es el lucro, y éste siempre lo tienen asegurado. Y si además obtienen una zona donde expandir su influencia política, militar y económica, mucho mejor. Un imperio belicista como el norteamericano, necesita siempre llevar la guerra, tanto interna como externa, a otras naciones para mantener su economía y su poder hegemónico. Claro está, siguiendo siempre el mismo patrón de aprovecharse del más débil. Lo que explica, sin lugar a dudas, el origen del conflicto en Ucrania. Allí, el imperio, frente a su debilitamiento por el auge de China y la influencia y desarrollo económico, militar y tecnológico de Rusia, armó a las fuerzas neonazis ucranianas e instigó el golpe de estado contra un gobierno legítimamente elegido. Su objetivo, empujar a los ucranianos a una guerra de desgaste con Rusia para debilitarla y destruir los lazos históricos que unían a ambas naciones. Su percepción triunfalista era comprensible, “Si pudimos destruir a la poderosa Unión Soviética, ¿cómo no vamos a poder destruir a Rusia, su remanente, cuando tenemos a nuestro lado 9 de sus 15 repúblicas?”
La posición geográfica de Ucrania como sus recursos naturales son codiciados tanto por la OTAN como por las industrias multinacionales. Además, el control de Ucrania le proveería del acceso a los yacimientos gasísticos y petroleros del Mar Negro y del Mar de Azor y una ventaja estratégica militar sobre Rusia. La movida era genial, le aseguraba abundantes beneficios sin ningún riesgo de envolverse en un conflicto directo contra una potencia nuclear.
Sin embargo, las cosas no han salido como añoraban. Las provincias de Crimea, Luhansk y Donetsk, de mayoría ruso parlante, celebraron y ganaron los referéndums para unirse a Rusia, y ésta las integró a su territorio. Al hacerlo, los países de la OTAN perdieron prácticamente todo el acceso a los dos mares antes mencionados y a gran parte de los recursos naturales y agrícolas de Ucrania.
¿Cuáles han sido hasta el momento los resultados del conflicto?
1– Se hace palpable la impotencia y debilidad de la OTAN y su anacronismo en un mundo que se mueve hacia la multipolaridad.
2– Rusia está más fuerte que antes: expandió su territorio, tiene muchos más recursos tanto minerales como de tierras agrícolas productivas y un control absoluto de las costas del Mar Negro y Mar de Azor.
3– El conflicto bélico le ha permitido a Rusia poner a prueba sus capacidades militares, profesionalizar sus ejércitos y, a la vez, ha sido un aliciente para impulsar y afinar el desarrollo, experimentación y prueba de armamento de última generación.
4– Ha habido un mayor acercamiento y solidaridad económica, militar y tecnológica entre Rusia, China, Irán y la India, significativamente entre las primeras dos naciones.
5– Las sanciones contra Rusia le impiden a los países de la Unión Europea beneficiarse del gas y petróleo barato ruso, lo que ha debilitado la economía de la Unión; situación que a mediano y largo plazo beneficia las economías de los países emergentes, en particular de China y de la misma Rusia.
6. Aunque a corto plazo, Estados Unidos obtiene pingües beneficios de la guerra por su venta de hidrocarburos, armas y equipos electrónicos tanto a Ucrania como a los países de la OTAN; a mediano y largo plazo, pagará un alto precio por su descomedida avaricia. Como hemos visto, dada las circunstancias imperantes, la inflación sigue creciendo y la economía europea ha sufrido una gran desaceleración.
Un hecho que repercutirá en una disminución significativa de los intercambios comerciales entre Europa y Estados Unidos, que a la vez desatará una reacción en cadena en muchos otros países. Cuadro muy indicativo de que aumentan proporcionalmente las probabilidades de que Estados Unidos caiga pronto en una recesión.
7–Estados Unidos, pescando en aguas turbias, ha pretendido beneficiarse del debilitamiento de Europa como resultado de las sanciones a Rusia y del conflicto entre China y su provincia rebelde, Taiwan. Para lograrlo ha ofrecido exorbitantes incentivos a industrias de alta tecnología de microchips, automóviles eléctricos, energía renovable y otras tantas. Sin embargo, a todas luces la intención es sólo una quimera. El costo de energía, de cumplimiento de estándares y salarios en Estados Unidos son de los más elevados en el mundo, condición que ha entorpecido y seguirá entorpeciendo significativamente su capacidad competitiva. No es accidental que la nación haya pasado en unas décadas de una economía de producción a una de consumo; consumo que representa dos terceras partes (2/3) del producto interno bruto (PIB). Ningún incentivo podrá cambiar esta realidad, por lo que muy pocas industrias se aventurarán a mudarse al territorio continental estadounidense.
8– El conflicto bélico en Ucrania ha influido significativamente a que se agudicen las contradicciones de la política imperial norteamericana. En muchos países la defensa de la soberanía nacional manifestada en el rechazo y denuncia de la intervención del gobierno norteamericano en sus asuntos internos, ha cobrado una relevancia nunca antes vista. El mundo real, no el mundo estrecho occidental que nos vende la propaganda sensacionalista, ha podido ver, tal cual es, la naturaleza de ese imperio y de los viejos imperios europeos. Siempre prestos a aprovecharse de los demás para vivir a sus expensas. Lo que induce a que cada vez un mayor número de países huya de su influencia. Ya se escuchan en los foros internacionales las voces resolutas de África y América latina como entidades totalmente independientes.
9– Como resultado de las sanciones que ha impuesto Estados Unidos a Rusia a raíz de la invasión a Ucrania, se ha venido debilitando el predominio del dólar como divisa dominante en el intercambio global. Rusia optó por atar el rublo al oro, lo que incrementó su valor contrario a lo esperado. Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Rusia venden su petróleo en otros cambios, además del dólar. Se ha incrementado el número de naciones que negocian en sus propias divisas y han surgido varias monedas digitales para reemplazar la estadounidense. También ya se está hablando de la creación de una moneda común africana y otra latinoamericana.
10– Se hace patente el descontento de la población tanto de Europa como de Estados Unidos donde la inflación galopante y la recesión, sin lugar a duda, lo agudizarán. Estados Unidos, como podemos observar, buscaba socavar el desarrollo y crecimiento de Rusia, y siendo ésta la mayor proveedora de hidrocarburos, su influencia sobre Europa. Razones por las cuales instigó el golpe de estado en Ucrania y el posterior desenlace bélico. Sin embargo, al buscar imponer su poder indiscutible, sus ejecutorias fueron contraproducentes y precipitaron el debilitamiento de las columnas que sostenían el mundo unipolar, y por tanto, su poder e influencia en los demás países. La alta inflación interna, la inminente recesión y el descontento y posible caos en la sociedad norteamericana son algunos de los resultados.
No es posible ganar una guerra contra un adversario tan poderoso como Rusia con una Ucrania dividida, un comediante como protagonista militar, un desprestigiado ejército neonazi, unos ineptos y corruptos líderes europeos y una propaganda fraudulenta. Se necesita mucho más que eso, pero el precio a pagar sería el exterminio de la humanidad con una guerra nuclear, y no creo que los extremistas gringos con su jauría de la OTAN sean tan tontos para aventurarse a hacerlo.
La Guerra de Ucrania –dígase la guerra de la OTAN contra Rusia– cuenta con todos los elementos para convertirse respecto a Estados Unidos y Europa en un “turning point”, punto de viraje, punto de no regreso. Demarca el derrumbamiento del occidente unipolar imperialista -invasor y saqueador-, acostumbrado a vivir de la riqueza de otros a quienes ha condenado a una subsistencia de penurias. Otro mundo multipolar se levanta a nuestros pies con nuevas reglas de juego en el ámbito internacional. Un mundo donde ese occidente imperialista quedará rezagado y condenado a un gradual achicamiento económico e influencia política a nivel mundial.
Dado los resultados y consecuencias futuras de la Guerra en Ucrania, incuestionablemente, a Estados Unidos se le puede aplicar el dicho: “Fue por lana y salió trasquilado”.
En cuanto a nuestro estado colonial, ¿Podrá Puerto Rico anexarse a un imperio acorralado? Solamente en la mente de aquéllos y aquéllas que abandonan su ser puertorriqueño para transformarse, fantasiosa y momentáneamente, en el otro, puede caber esa posibilidad. Si en los momentos de su pleno apogeo -mayor grandeza y expansión imperial- nunca se contempló la anexión de Puerto Rico, menos se hará ahora en su acelerado declive. Solamente existe un camino, la independencia, y como nación libre, nuestra integración al concierto de naciones libres y soberanas del mundo.
