Sin lugar a duda, Estados Unidos es la nación más poderosa del mundo en términos armamentísticos, en alianzas militares y en el número de bases militares alrededor del planeta; 800 bases en unos 70 países y una alianza, la OTAN, integrada por 29 naciones. Sin embargo, lo que parece a simple vista como una gran ventaja estratégica, paradójicamente, en términos circunstanciales, es una desventaja. La súper expansión tiene sentido cuando sobran los recursos para sostenerla, pero cuando se está en declive con una contracción económica de larga duración como la que sufre el imperio estadounidense, es insostenible. Situación que se agrava más todavía cuando entra en juego de manera simultánea una inflación creciente que obliga al gobierno a aumentar desproporcionalmente el presupuesto militar en detrimento de la sociedad en su conjunto. Experiencia similar ha sido una de las causas principales de la caída de los imperios. Aquí aplica el refrán popular, “El que mucho abarca, poco aprieta.”