Fogón Caribeño

Una opción para Noche Buena cena de 8 personas

Todas las navidades, mi cocina se llena de botellas vacías, corchos, potes y envases, todo lo necesario para preparar, curar, empaquetar las mezclas de ese año para regalar y saborear.

Tacna y Agadir. Dos viejos y lejanos escenarios de confrontaciones coloniales europeas, en el continente Sudamericano, una, y en el Norte de África la otra. Perú y Marruecos. En el primero, y con los ingleses controlando el tablero de juego, sus vasallos chilenos se apoderaron de las salitreras de Bolivia y Perú en 1883. Y luego Agadir, en las costas Atlánticas de la otrora colonia francesa (y española) donde el Kaiser Wilhelm II de Alemania hacía, en 1911, un segundo mise en scene para humillar a su entones archienemiga, Francia, con el fin de acercarse a Inglaterra en una alianza estratégica-militar. Su movida falló, como luego todo el mundo vio en la Primera Guerra Mundial, pero 101 años después se me antojó reescribir esa confrontación en la cocina y ¿qué mejor excusa tenía que las cuatro hamburguesas de cordero que me habían llegado de Tacna?

Es interesante y versátil como podemos combinar diferentes ingredientes para poder crear un plato con diferentes historias, sabores distintos y como buen puertorriqueño “criollisar” cualquier plato típico de cualquier país. En esta columna quise traerles una receta italiana típica, pero con el toque que nos distingue a nosotros. Con este plato usted podrá tener y disfrutar lo mejor de dos mundos.

Las navidades en Puerto Rico son súper especiales… hey, me gustan los villancicos navideños americanos y la nieve, pero eso no es lo que yo acostumbro asociar con las Navidades.

A partir de esta primera semana de diciembre, el Perú no contará con cuatro “héroes de la gastronomía nacional”. En la tarde del viernes 30 de noviembre, los chefs Iván Kisic, María Huamani, y la pareja compuesta por el australiano Jason Nanka y la peruana Lorena Valdivia, perdieron la vida en un accidente de tránsito en el departamento de Ayachucho, cerca de la ciudad de Huanta, al sur de Lima.

Desde niños nuestros padres nos decían, “No se habla con la boca llena”, pero la cultura y los buenos modales de mantener la boca cerrada cuando se come en la mesa no ayuda a sostener una conversación. Las tapas, comida típica de España, es un refuerzo para ese momento de charla y compañía. En Sevilla se destaca por la variedad de jamones, quesos y mariscos que se ofrece en una porción moderada para que te veas en la obligación de degustar y compartir diferentes tapas a la vez.

Lo peor que me pasó en La Paz fue no comer más salteñas. Descubrí demasiado tarde que estas empanadas pequeñas y alargadas, rellenas de carne con su rico caldo, solo se sirven de desayuno. ¡Y mi intención era comerme una en cada almuerzo y cena! Las busqué en los cafés cercanos a la Iglesia San Francisco, en cuanto puesto ambulatorio de comida en La Paz y hasta en un café de Copacabana que lo anunciaba en su puerta. En todos estos lugares recibí respuestas negativas.