Hay películas que se ven por razones prácticas. En parte, porque son la última tanda, te permite hacer otras cosas y llegas y aún no ha empezado la película.  Eso pasó aquí.  También, porque uno de los actores del filme, ha estado malito de salud, y tiene consistencia de ser un buen tipo. En apoyo, para que le sigan pagando el plan médico, no hay para más.

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Fui a verla porque no hay más nada. Luego de la huelga de los guionistas, así como la de los artistas, no hay ni películas en video cassette disponibles. Uno apoya a la clase artística de los EE.UU., pero el efecto neto es que nos quedamos sin películas. ¡Nada de cine coreano, por favor!

Haunted Mansion (Dir. Justin Siemen, EE.UU., 2023) es un relanzamiento de una vieja película de Disney, basada en un cuento de Walt Disney. La misma, pudo haber sido exitosa en el pasado, pero en la actualidad, en un mundo que ya cambió, es como anacrónica. Sobre todo que la hacen en Luisiana, buscando la relación con el vudú americano, y es un fiasco.

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La fui a ver sin ninguna expectativa. Es más, en este medio, El Post Antillano, ya se había publicado una reseña, y en parte fui a verla por eso. También por recomendación de otros y otras, que alegaban que se trata de una película promocionando la vuelta al cine. Luego de verla, me quedé más confundido.  Ojo, que yo quiero hacer el bien, pero no por eso todos los fondos financieros se los damos, y no quiero sonar sarcástico, al  Hospital del Niño, como hacen los del  partido en el poder hoy en Puerto Rico cuando quieren manipular fondos públicos y no dárselos a proyectos comunitarios originados por la izquierda.

Sound of Freedom (Dir. Alejandro Monteverde,  EE.UU., 2023), narra la historia de Tim Ballard (actor Jim Caviezel), un antiguo agente federal, que se comprometió a detener el tráfico infantil de América Latina a los EE.UU., en particular interviene en Colomba.  Hasta ahí, todo bien, algo así como donar dinero al Hospital del Niño. Ahora bien, luego que uno investiga sobre la película, la misma, incluyendo al propio personaje real de Tim Ballard, están hartamente ligados con el grupo oculto-secreto de QAnon en los EE.UU.

QAnon es un grupo, cuya vida cierta se desconoce, vinculado a la extrema derecha americana. Personas como Donald Trump hoy, son altamente apoyados por este grupo. Tim Ballard, el personaje real, preside la fundación OUR (Operation Underground Railroad).  La misma promueve el “bien” para los niños y niñas que son parte de la trata humana alrededor del planeta. Dicho esto, sus financieros son personas de reputación dudosa, vinculados al grupo QAnon.  Ballard lo ha negado consistentemente, aunque habla como si fuera un devoto de la organización, pues utiliza los mismos argumentos.

Lo peor que el director ejecutivo de la película, es decir el que la financió, fue Andrew McCubbins, mormón de Utah, acusado de fraude al gobierno federal, por esquema en Medicare por un valor de $89 millones de dólares. Esto vinculado entonces  a otros financieros o personas que se vinculan con Ballard, como el Nazareth Fund, del cual es también su director, y es auspiciado abiertamente por Glenn Beck, financiero e ideólogo de QAnon.

Dicho todo lo anterior, mi problema con la película, no es hacer el bien por los niños y niñas, sino la línea invisible que uno lo está haciendo porque son “hijos de Dios”.  Por ende, esta película versa a partir de la vida de un agente federal, que fuera de la jurisdicción y sin justificación alguna se metió en Colombia, presumiblemente bajo el Plan Colombia del presidente Bill Clinton, y dejó a su esposa y seis hijos, para proteger niños y niñas víctimas de a trata humana. Al hacerlo, violentó la soberanía nacional de Colombia, las leyes y reglamentaciones federales y más que nada, su deber fiduciario como empleado público de los EE.UU. 

Todo lo anterior se hizo a sabiendas que es parte de una narrativa colonial, donde el “hombre blanco” está legitimado de intervenir en los países del tercer mundo, donde el hombre y la mujer negros, literal en cuanto a la película se refiere, necesitan ser educados y transformados.  
Ahora bien, en Puerto Rico la película ha sido adoptada por el partido de derechas Proyecto Dignidad.  En los EE.UU, la Iglesia de Jesucristo de los últimos dias, tambien la ha apoyado, Para mi esto es bien complicado, pues normalmente esos sectores y uno no coinciden en nada, incluyendo como se aborda el problema social de trata humana, el racismo, la comunidad LGTBQ+ y el aborto. 

Pues bien, usted la ve si quiere. Recuerde, que hasta el actor Jim Caviezel cree en el tema de QAnon en la vida real, por lo que su aparición al final, es propaganda desde su ideología. A su discreción.

Tengo problemas con películas que nos devuelvan a la era de grandeza del imperio americano, como lo fue la década de 1950.  Es patético estar vinculados a esa época. Quedarnos ahí es validar muchas de las decisiones recientemente emitidas por la Corte Suprema de los EE.UU., las cuales desean perpetrar la desigualdad para la comunidad LGTQ+, los afroamericanos, y sobre todo, los migrantes.  No nos gusta ese tipo de filme.

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La fui a ver, pues sonaba interesante. Luego de dedicarle una etapa de mi vida a Irlanda, en particular Irlanda del Norte, porque no ir a ver una película solo para disfrutarme el acento.  Luego, surge el tema de la reconciliación, viniendo de la boca del cura redentor, y chas, me cautivó la película.  Entonces habría que verla una y mil veces más.

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La fui a ver, pues sigo de lleno a ese director de cine, el cual me parece de lo más culto en teoría social o teoría crítica haciendo cine.  Tiene un registro cinematográfico de primera.  Un genio.  Por lo que ver sus películas siempre es un lujo. En esta ocasión revalidé mi pensamiento sobre su trabajo, simplemente es excelente, pese a las complejidades de la película y su ya recalcada sobre extensión.  Los genios no son perfetos. Así es la cosa.

Oppenheimer (Dir. Christopher Nolan, EE.UU., 2023), narra la historia de J. Robert Oppenheimer (actor Cillian Murphy), físico teórico que desarrolló a partir de la teoría de Albert Einstein, su propia versión sobre los átomos, lo cual le permitió en el laboratorio de los Álamos, desarrollar una bomba atómica.  Esto bajo el proyecto Manhattan de la carrera, nunca terminada, de la dominación militar del planeta.

La película se mueve entre las narrativas de la academia, las del pentágono y las de la vida personal de Oppenheimer, quien a través de todo el filme se encuentra expuesto a un proceso administrativo para expulsarlo de la escuela de ciencia y tecnología nuclear americana.  Mientras su supervisor inmediato, Lewis Strauss (actor Robert Downey, Jr.), un hombre mediocre intelectualmente hablando,  pero con grandes amigos, el cual le hace a Oppenheimer la vida imposible, pese a que es su jefe inmediato en la Universidad de Princeton.
La película se de en el contexto del fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando los EE.UU. entre 1942 y 1945, está ejerciendo toda su ciencia y poder para desarrollar un tipo de armamento que nos brindara la paz.  En este mundo, Oppenheimer/Murphy, no sin contradicciones pues el poder seduce, participa con grandes reservas. Al ver 100 mil personas muertas en Japón, ¿se alcanzó la paz?

La película se desarrolla en un tratamiento técnico y argumentativo muy sofisticado. Pese a que el guión, escrito por el propio Nolan, a veces resulta muy pesado, aunque no deja de ser interesante para conocer las distintas facetas del genio de Oppenheimer.  Este era un genio divino que podía transitar entre el amor más tierno para su esposa Kitty Oppenheimer (Emily Blunt) y/o reciprocar humanidad para su amante de toda la vida, Jean Tatlock (actuación Florence Plugh).

Lo que si logra exponer con suma claridad es la vinculación de los liberales y sectores de izquierda al Partido Comunista de los EE.UU., y la represión vivida. Ojo, que esto fue antes de la era del senado McCarthy.  No obstante, fue una era terrible, de la cual fue víctima el propio Oppenheimer.

Hay que verla para entender como fue la persecución de la izquierda en los EE.UU.  Simplemente algo horrible.  Pero también para ver la técnica empleada por Christopher Nolan en este filme, el cual es candidata ya  todos los premios habidos y por haber. Tiene un elenco de primera, con actores y actrices que han casi todo ya ganados los máximos galardones de su carrera, y si no, estarán por ganarlos a partir de esta película.

Para el genio de Christopher Nolan, gracias por esta película, que sin lugar a dudas, es un soberano lujo.

La fui a ver por el actor.  El más cotizado. El hijo de la perfección en la actuación robótica.  Un gran actor, no hay duda. Un tipo que a l os 61 años, parece y  actúa como uno muchacho de quince.  En fin, es hijo y producto de Hollywood. Lo único, es que cree en un mundo de derechas en el cual nosotros no creemos.

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Esta es una de las película muy compleja, que nos lleva a los bordes.  Uno tiene que decidir. No es fácil.  No es simple. Tan provocadora es, que tiene dos versiones.  La israelí y la norteamericana. Usted escoge, pero para entender esta película usted debe ver ambas versiones, no obstante, me quedo con la israelí. ¿Por qué? Porque se trata de una película que nos ofrece el contexto político del cuido al infante, y la urgencia de pensar, como mínimo, poéticamente la cuestión nacional [la identidad o imaginario de los judíos/israelíes que no creen en el maltrato a los palestinos/árabes].

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