La azafata interrumpe mi lectura con una pregunta:
“¿quiere que le encienda la lámpara?” En ese instante
me doy cuenta de mi cuerpo inclinado sobre el libro y
la oscuridad de la cabina. Le contesto que sí.
Luis Avilés
MAYO; a principios del mes, en el norte de Ohio, las clases en la Universidad de Bowling Green terminaron el 30 de abril. Corregidos exámenes y trabajos finales, encaro el mes de mayo con tiempo y deseos de saldar cuentas viejas, viejísimas, con un clásico de la poesía boricua, Hugo Margenat (1933-57), cuyas OBRAS COMPLETAS (1974) no había leído: