La memoria es una puta complaciente
Dulce, pero siempre cobra
Con lágrimas
algunas risasLa memoria es una puta complaciente
Dulce, pero siempre cobra
Con lágrimas
algunas risasUn monolito mecánico,
en su marcha de círculos concéntricos,
acecha mi litoral onírico con su olfato epistémico;
por entre las rejillas del subconsciente cibernético.
He aprendido, tarde admito, a soltar amarras,
a cambiar de anteojos, de ruta y de destino;
a no aferrarme por nostalgia a la esperanza
o, por ausencia de piedras, al camino.
Tristes armas si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Miguel HernándezMaldigo vivir en cuerpo de hombre atrapado,
desearía existir donde jamás aborreciera.
Anhelo libre ser y no apresado,
en sollozos aclamo, esta figura desapareciera.Acepté en mi corazón la incertidumbre pertinaz de la vida,
igual que acepto mi sombra cuando estoy de espaldas a la luz,
y le perdí el temor a la muerte.