En esta Navidad, 

a los niños masacrados de Gaza 

por el nuevo Herodes (Netanyahu) y 

su imperio (EEUU y UE) 

¿Cómo es posible que la mayoría de una nación (étnica), como los judíos, que nos recuerdan a cada rato el “holocausto” que sufrieron a mano de los fascistas alemanes, pueda apoyar a una dirección política (sionista) que repite los mismos métodos genocidas contra el pueblo palestino? ¿Qué explica que alguien que habla del sufrimiento que padecieron de los habitantes del Gueto de Varsovia replique y justifique exactamente el mismo campo de concentración en que Israel ha convertido a la Franja de Gaza?  

¿Cómo los descendientes judíos de las víctimas del nazismo, calificadas de “subhumanos” por Hitler para justificar su asesinato, repiten desde el gobierno israelí los mismos adjetivos contra los palestinos para pretender “legitimar” su genocidio?  

¿Los medios de comunicación de masas de todo el mundo, controlados por el lobby judío, que a cada rato sacan a relucir las cámaras de gas con que el gobierno alemán exterminaba a los asquenazis, ahora usan esas imágenes para callar cómo las tropas israelíes queman con fósforo blanco a la población gazatí, bombardean casas de civiles, matan niños a mansalva, destruyen hospitales y disparan a periodistas y ambulancias? 

El llamado “holocausto judío”, junto a otros genocidios (contra gitanos, rusos, ucranianos, etc.), que supuestamente fue la base para la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos hace 75 años, ha dejado de tener sentido.  

Nadie debería hablar de algún holocausto o genocidio, sin atenerse y exigir el respeto a los principios de esa declaración, cuyo artículo 1 dice: Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. 

Sacar a relucir a relucir el llamado holocausto para luego justificar los mismos métodos fascistas contra los palestinos significa que ese hecho ha sido convertido en instrumento ideológico del nacionalismo judío, cuya forma extrema es el sionismo, un equivalente del nacionalismo alemán, cuya variante extrema es el nazismo. 

Los nacionalismos son la ideología de la modernidad usada como instrumento de legitimación política por las clases gobernantes. El nacionalismo ha sustituido en gran parte a la religión, o la ha supeditado, como instrumento de dominio mental sobre los pueblos. Las ideologías nacionalistas toman elementos parciales y aislados de la realidad para, a partir de allí, hacer creer a la gente que pertenecen a un pueblo o nación diferenciado de los demás seres humanos. Los que hablan tal idioma, viven en tal territorio, poseen tales costumbres, se constituyen en una unidad frente a los que no poseen esas características. Esas características supuestamente les hacen diferentes y hasta opuestos a los demás. Hasta justifica odiarles y hacerles la guerra. 

Como dice Benedict Anderson el nacionalismo es una ideología construida en el siglo XIX que ha servido de amalgama a los estados modernos. Una amalgama construida sobre mitos históricos. Cada nacionalismo escarba en el pasado algunos hechos de manera arbitraria, los cubre de una narrativa épica, los eleva a epopeya y los ordena de manera que parezcan que un determinismo histórico (teleología) que desemboca en la “nación moderna”, sea la que sea.  

Por supuesto, como bien dijo Ernest Renan, “la esencia de una nación está en que todos los individuos tengan muchas cosas en común y también que todos hayan olvidado muchas cosas”. Es decir, las ideologías nacionalistas borran de su memoria histórica lo que no conviene a sus mitos. 

Anderson también cita a Gellner: “… nacionalismo no es el despertar de las naciones a la autoconciencia, inventa naciones donde no existen”.  

Lo cual viene a pelo con el mito del “antisemitismo” por el cual cualquier crítica a la política racista y genocida de Israel se le denuncia como si se tratara de una persecución antijudía (antisemitismo). Pero resulta que la mayoría de los judíos ortodoxos que emigran a Israel como colonos y matan palestinos, no son semitas. Son askenazis, un pueblo europeo que, en la Edad Media, se hizo judío, pero no son descendientes de los hebreos del Antiguo Testamento. 

En cambio, los palestinos, como los árabes en general, al igual que los judíos sefarditas, sí son semitas, descendientes (míticos) de Abraham, a través de su hijo Ismael, si nos atenemos a la Biblia. Los judíos askenazis, por la vía de la ideología sionista, han sido convencidos de que ellos son semitas y los palestinos no, cuando la verdad histórica sería completamente la opuesta. 

Lo que es inadmisible es que los gobiernos alemán y francés, que deben saber de historia, por culpa de la mala conciencia nazi que les queda a los alemanes, y los crímenes cometidos por Francia en Argelia, pretendan prohibir las banderas palestinas como emblemas “antisemitas”. Con esto los gobiernos europeos no se libran de su responsabilidad moral con los fascistas que los gobernaron y sus actos, sino que están renovando esa ideología racista ahora contra palestinos en particular y contra árabes y musulmanes en general. 

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El primer europeo en pisar de manera oficial, luego de comenzado la llamada empresa colombina en 1492, territorio continental del actual Estados Unidos, fue Juan Ponce de León, quien salió de las costas de San Germán, en Puerto Rico, un 13 de marzo de 1513, en busca, según la leyenda, de una fuente de la juventud. Ponce de León llegó a la península de la Florida en 1513. Aunque el mito nos habla de la fuente de la juventud, la realidad es que Ponce de León, en 1512, recibió una cédula real para ir a explorar y colonizar las islas de Bimini (actual zona occidental de Bahamas). Recordemos, que al igual que los demás conquistadores del momento, Ponce de León tenía el mandato de seguir explorando y colonizando nuevas tierras. Esta cédula nos demuestra la confianza que la Corona tuvo en la figura de Ponce de León, ya que anterior a ser considerado, Bartolomé Colón había solicitado esta empresa. Las diferencias de la familia Colón con Fernando de Aragón y la postura de Ponce de León a favor del monarca, dieron a este último una ventaja.

Antes de continuar, se debe señalar que, según Garcilaso de la Vega, un esclavista, cazador de nativos, Diego de Miruelo, por accidente había llegado a la península de la Florida, aproximadamente entre 1510 a 1511, mientras se encontraba en una de sus correrías por las Bahamas.Esto reforzó la idea de emprender una expedición a la zona.

Regresando a la expedición de Ponce de León, estaconsistió en tres embarcaciones y unos 65 hombres(algunas fuentes hablan de 200). El 2 de abril de 1513 avistan las costas continentales atlánticas y al día siguiente desembarca en un lugar que desconocemos, pero que algunos localizan al norte del actual Daytona Beach. Los exploradores continuaron su exploración hacia el sur de la península y luego bordearon parte de la costa occidental, ya en el actual Golfo de México. Ponce de León regresa a Puerto Rico y decide ir a Castilla para asegurar sus derechos sobre las nuevas tierras.

En el ir y venir de los acontecimientos, no es hasta el 1521 que Ponce de León tiene la oportunidad de zarpar nuevamente hacia la Florida. Se debe mencionar que, en el tiempo transcurrido entre el primer viaje y el segundo, la península de Florida fue visitada por cazadores de nativos con el motivo de esclavizarlos, dado a la necesidad de mano de obra para el funcionamiento del sistema económico colonial y a la justificación de que el nativo salvaje era caníbal.

Este segundo viaje fue todo un desastre para el conquistador de Boriquén. Ponce de León zarpa el 20 de febrero de 1521 con dos embarcaciones y unos 200 acompañantes. Tan pronto llegan a la Florida comienzan el proceso de establecer un asentamiento, pero los nativos, cansados de las continuas correrías de los cazadores castellanos, la embisten contra el nuevo grupo de invasores. En uno de los enfrentamientos, Ponce de León es herido con una flecha. Dentro del mito se habla de que esta estaba envenenada como si una flecha regular no pudiera ser la causa de una infección que lleve a la muerte al herido, tal como pasó con el primer gobernador de San Juan Bautista (hoy Puerto Rico). Los conquistadores tuvieron que regresar a Cuba y en julio del mismo año Ponce de León muere.

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El asalto al Capitolio federal estadounidense el 6 de enero de 2020 puede ser visto como un intento de golpe de estado o insurrección realizado por un grupo de individuos y organizaciones que consideraban que el presidente Donald Trump debía quedarse en el poder. Las teorías de cómo se realizaron los eventos de ese día son varias. Existen los que consideran que llamar insurrección a lo que pasó es una exageración. Para estas personas, lo que hubo fue una manifestación pacífica con ciertos desaciertos gracias al mal manejo realizado por los efectivos de seguridad del Capitolio. A su vez, otros justifican mencionando, y aun creyendo, que las elecciones le fueron robadas a Trump.

Independientemente su creencia sobre lo que ocurrió el 6 de enero de 2020 en Washington D.C., no se puede negar que fue un acontecimiento donde se utilizó la violencia para lograr los objetivos que deseaba cada bando. Esto contracta con el mito de que la gobernanza estadounidense se rige por un orden establecido basado en leyes que son justas e imparciales, que imposibilitan actos de violencia dentro de sus instituciones. Claro, el golpe de estado no se completó, tampoco el presidente Trump pudo mantener su posición como primer mandatario de la República de los Estados Unidos.

Ahora bien, ¿tenemos evidencia de otros atentados o intentos de desestabilización política dentro de los Estados Unidos en su historia? o ¿estos acontecimientos solo ocurren en los llamados países del tercer mundo? La realidad es que al hacer una búsqueda dentro de la historia estadounidense podemos encontrar una serie de revueltas o intentonas de golpes de estado y remoción de gobiernos por uso de la fuerza en esferas federales, estatales y municipales. Pasaremos a nombrar algunos de ellos, y quizás, más adelante los reseñemos con mayor profundidad.

Cronológicamente hablando, una de las supuestas primeras conspiraciones para tomar el gobierno fue la que se dio en Newburgh (New York) entre oficiales del Ejército Continental —fuerza armada de las colonias británicas en Norteamérica en su guerra de independencia— en marzo de 1783, dado a la falta de paga a los militares. Sobre este evento hay un debate histórico en cuanto a cuáles fueron las expectativas y si en realidad hubo una intención más allá de la protesta. No se puede negar el desencanto que muchos militares tuvieron por el hecho de que el Congreso no desembolsó el dinero a tiempo para saldar su deuda y la importancia de la intervención de George Washington, general en jefe de las fuerzas, para evitar una rebelión. Años luego, entre agosto del 1786 a febrero de 1787 se da la Rebelión de Shays, nuevamente, el detonante fueron los problemas económicos y sociales que se estaban dando en la recién formada nación. En el siglo XX, específicamente entre 1933 a 1934, y surgido de la testificación realizada por el general Smedley Butler(Infantería de Marina) se conoció de una supuesta conspiración entre dueños de grandes empresas para derrocar al presidente Franklin D. Roosevelt e instalar un gobierno fascista en los Estados Unidos.

 En las esferas estatales también ocurrieron levantamientos y enfrentamientos que en términos de pérdidas humanas y económicas fueron mayores que las mencionadas en los párrafos anteriores. En Rhode Island, entre 1841 a 1842, Thomas Wilson Dorr, no solamente trató de tomar el gobierno, sino que creó un sistema de gobernanza paralelo que tuvo que ser enfrentado por el gobierno estatal, sin la ayuda del gobierno federal. Entre abril y mayo de 1874, en Arkansas, se dio una guerra civil entre el gobernador republicano (Elisha Baxter) y un pretendiente a la gobernación del mismo partido (Joseph Brooks). Las intenciones de este segundo fueron frustradas, aunque la cantidad de víctimas mortales sobrepasó las 200 personas. Ese mismo año, en septiembre, un grupo de supremacistas blancos conocidos como la Liga Blanca tomó la ciudad de New Orleans (Luisiana), por lo cual tropas del gobierno federal tuvieron que intervenir y recapturar la ciudad. En 1931, nuevamente en Luisiana hubo una disputa por la gobernación que terminó con la movilización de la Guardia Nacional del estado. Tan reciente como el 2020, un grupo de extrema derecha, conocido como The Wolverine Watchmen, planificó el secuestro de la gobernadora, Gretchen Whitmer, y el derrocamiento del gobierno estatal de Michigan; sin embargo, la conspiración fue descubierta por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI en sus siglas en inglés).

 

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El asalto al Capitolio federal estadounidense el 6 de enero de 2020 puede ser visto como un intento de golpe de estado o insurrección realizado por un grupo de individuos y organizaciones que consideraban que el presidente Donald Trump debía quedarse en el poder. Las teorías de cómo se realizaron los eventos de ese día son varias. Existen los que consideran que llamar insurrección a lo que pasó es una exageración. Para estas personas, lo que hubo fue una manifestación pacífica con ciertos desaciertos gracias al mal manejo realizado por los efectivos de seguridad del Capitolio. A su vez, otros justifican mencionando, y aun creyendo, que las elecciones le fueron robadas a Trump.
 
Independientemente su creencia sobre lo que ocurrió el 6 de enero de 2020 en Washington D.C., no se puede negar que fue un acontecimiento donde se utilizó la violencia para lograr los objetivos que deseaba cada bando. Esto contracta con el mito de que la gobernanza estadounidense se rige por un orden establecido basado en leyes que son justas e imparciales, que imposibilitan actos de violencia dentro de sus instituciones. Claro, el golpe de estado no se completó, tampoco el presidente Trump pudo mantener su posición como primer mandatario de la República de los Estados Unidos.
 
Ahora bien, ¿tenemos evidencia de otros atentados o intentos de desestabilización política dentro de los Estados Unidos en su historia? o ¿estos acontecimientos solo ocurren en los llamados países del tercer mundo? La realidad es que al hacer una búsqueda dentro de la historia estadounidense podemos encontrar una serie de revueltas o intentonas de golpes de estado y remoción de gobiernos por uso de la fuerza en esferas federales, estatales y municipales. Pasaremos a nombrar algunos de ellos, y quizás, más adelante los reseñemos con mayor profundidad.
 
Cronológicamente hablando, una de las supuestas primeras conspiraciones para tomar el gobierno fue la que se dio en Newburgh (New York) entre oficiales del Ejército Continental —fuerza armada de las colonias británicas en Norteamérica en su guerra de independencia— en marzo de 1783, dado a la falta de paga a los militares. Sobre este evento hay un debate histórico en cuanto a cuáles fueron las expectativas y si en realidad hubo una intención más allá de la protesta. No se puede negar el desencanto que muchos militares tuvieron por el hecho de que el Congreso no desembolsó el dinero a tiempo para saldar su deuda y la importancia de la intervención de George Washington, general en jefe de las fuerzas, para evitar una rebelión. Años luego, entre agosto del 1786 a febrero de 1787 se da la Rebelión de Shays, nuevamente, el detonante fueron los problemas económicos y sociales que se estaban dando en la recién formada nación. En el siglo XX, específicamente entre 1933 a 1934, y surgido de la testificación realizada por el general Smedley Butler (Infantería de Marina) se conoció de una supuesta conspiración entre dueños de grandes empresas para derrocar al presidente Franklin D. Roosevelt e instalar un gobierno fascista en los Estados Unidos.
 
En las esferas estatales también ocurrieron levantamientos y enfrentamientos que en términos de pérdidas humanas y económicas fueron mayores que las mencionadas en los párrafos anteriores. En Rhode Island, entre 1841 a 1842, Thomas Wilson Dorr, no solamente trató de tomar el gobierno, sino que creó un sistema de gobernanza paralelo que tuvo que ser enfrentado por el gobierno estatal, sin la ayuda del gobierno federal. Entre abril y mayo de 1874, en Arkansas, se dio una guerra civil entre el gobernador republicano (Elisha Baxter) y un pretendiente a la gobernación del mismo partido (Joseph Brooks). Las intenciones de este segundo fueron frustradas, aunque la cantidad de víctimas mortales sobrepasó las 200 personas. Ese mismo año, en septiembre, un grupo de supremacistas blancos conocidos como la Liga Blanca tomó la ciudad de New Orleans (Luisiana), por lo cual tropas del gobierno federal tuvieron que intervenir y recapturar la ciudad. En 1931, nuevamente en Luisiana hubo una disputa por la gobernación que terminó con la movilización de la Guardia Nacional del estado. Tan reciente como el 2020, un grupo de extrema derecha, conocido como The Wolverine Watchmen, planificó el secuestro de la gobernadora, Gretchen Whitmer, y el derrocamiento del gobierno estatal de Michigan; sin embargo, la conspiración fue descubierta por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI en sus siglas en inglés).
 
A los actos ya comentados, debemos incluir los intentos de derrocamiento que se produjeron en gobiernos municipales. Entre 1886 a 1887, dos facciones del Partido Demócrata lucharon por el control del gobierno del condado de Fort Bend, en Texas. En 1898, la ciudad de Wilmington en Carolina del Norte fue escenario de una lucha de poder entre supremacistas blancos y una coalición de negros y blancos que se llamó Partido Fusionista. En ambos ejemplos, las facciones supremacistas, que no gobernaban, terminaron derrocando a los gobiernos integracionistas, sin que el estado o el gobierno federal interviniese. Al igual que los ejemplos ya presentados hay otros que podremos discutir luego.
 
Imagen de insurgentes escapando de tropas federales en Springfield (1787) de C. Kendrick, publicada en Edward Sylvester, The People’s History of the World, v. vi. (imagen de dominio público).

Lcdo. Víctor García San Inocencio

A continuación analizo un extracto de un artículo de opinión escrito por el independentista (PIP) Lcdo. Víctor García San Inocencio en un periódico digital de referencia en Puerto Rico. Hago esta crítica porque me pareció incongruente el planteamiento del Lcdo. García San Inocencio en esa parte del escrito. Al parecer intenta limpiarle el rostro a un político corrupto, cuando por otro lado García San Inocencio (en otra columna condena al Presidente de El Salvador Nayib Bukele por “violación de los derechos humanos de delincuentes encarcelados”. Esta última aseveración no se discutirá aquí.)

He aquí lo que dice el licenciado García San Inocencio, en su artículo antes mencionado, refiriéndose al político corrupto Ángel Pérez Otero recientemente enjuiciado a cinco años de prisión. “El representante Pérez Otero era un legislador trabajador, estudioso, diligente, respetuoso y buen compañero. Hijo de la pobreza y del trabajo, sin negarlo u olvidarlo, como le sucede a tantos, Ángel se preocupaba por los desposeídos, por las personas a quienes continuamente les pisoteaban la dignidad y sus derechos. Quizás él, más que ninguno de sus compañeros, conocía mejor la parábola del Buen Samaritano y se esmeraba por hacer el bien desde su cargo, haciendo las cosas bien, teniendo el respeto de no pocos y la consideración de muchos.”

Aunque García San Inocencio usa el pretérito “era” al referirse al político estadista, para mí todavía lo es hasta tanto se rehabilite, y el futuro es incierto. Aun así, en mi parecer usa palabras bonitas, pero ignominiosas para quien no se las merece. Si el señor Ángel Pérez Otero, exalcalde de Guaynabo, enjuiciado recientemente por corrupción a cinco años de presidio,  hubiera sido un “trabajador, estudioso, diligente, respetuoso y buen compañero” estoy más que seguro que hubiera luchado por los derechos inalienables de los trabajadores puertorriqueños que han perdido sus sacrificios de toda una vida y están perdiendo sus beneficios a causa de un gobierno inoperante e insensible a estos humanos puertorriqueños. El exalcalde de Guaynabo no tiene ningún historial de ser un luchador a favor de los pobres ni de los trabajadores. Lo que hizo, de ser algo justo, fue debido a su deber como exrepresentante o exalcalde para ese compromiso se eligió. Y no para cometer fechorías.

Cuando un servidor público (político) no se olvida de lo que fue, de donde vino, y se preocupa “por los desposeídos” a quienes se les “{pisotea} la dignidad y sus derechos”, no les ultraja la confianza en ser electo ni les roba. Ángel Pérez Otero es un ultrajador de la dignidad de un pueblo noble. Un político que roba es una persona egoísta.

Identifica, el licenciado independentista, al exlegislador corrupto como un “Buen Samaritano”. ¿Un “Buen Samaritano”? ¿“Por hacer el bien desde su cargo”? El único bien que hizo el político PNP fue beneficiarse como un mal samaritano. Un buen samaritano no se lucra ni roba. Un buen samaritano es una persona que da lo que tiene para beneficiar a los menos beneficiados, no le quita a los desposeídos para lucrarse. Irónicamente, Ángel Pérez Otero hizo tan mal las cosas que fue a parar a la cárcel.

Estoy convencido que el Lcdo. García San Inocencio está tratando de limpiarle la cara sucia a un individuo que no merece misericordia. Y se olvida de los atropellos que han cometido los líderes del Partido Nuevo Progresista (PNP) contra los independentistas puertorriqueños. Quien olvida los hechos históricos será víctima de peores consecuencias. Aquí no hay espacio para escribir todos los abusos que ha cometido el movimiento estadista que, por todos los medios, ha intentado aniquilar a los independentistas y al movimiento libertador de Puerto Rico. Voy más allá, la misión del PNP es desaparecer toda la estructura cultural de PR y extinguir al puertorriqueño.

Yo no estoy en contra de los estadistas. Pero de los estadistas decentes que de acuerdo a sus convicciones piensan que es lo mejor para PR. Personalmente tengo familiares y amigos y conocidos que creen en la estadidad, pero no son corruptos. Por tal motivo merecen mis respetos, y los quiero porque a su vez son mis hermanos puertorriqueños. Que diferenciamos en ideales y en modelos políticos que sean lo mejor para nuestra Patria es irrelevante. Ellos expresan sus opiniones, de acuerdo a lo que se les ha enseñado, y yo expreso las mías de igual forma. Yo pienso que ellos están mal, y ellos piensan que soy yo el que está mal. Sin embargo, de todos los que conozco, ninguno es un pillo, ni yo lo soy. Ahí radica nuestro respeto mutuo.

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El pasado 11 de enero de 2024, tropas de la Guardia Nacional de Texas, bajo mando estatal, ocuparon y tomaron control de las facilidades de Shelby Park en la ciudad de Eagle Pass, Texas, la cual colinda con la ciudad de Piedras Negras en México. Shelby Park, nombrado en honor al general confederado Joseph O. Shelby, fue creado como un parque público administrado por el municipio, que estaba siendo utilizado por la Patrulla Fronteriza estadounidense para detener y procesar a los inmigrantes indocumentados que cruzaban el Río Grande en el área.

 

La orden de cerrar y tomar control del parque fue realizada por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, quien argumenta que el estado está pasando por un momento de crisis debido al alto flujo de inmigrantes. Esta movida es parte de la llamada Operación Estrella Solitaria, que es una acción conjunta de organismos estatales dirigidos a mantener control de la frontera con México. En las cifras presentadas por el gobierno de Texas, el 27 de enero de 2024, la operación ya había detenido a sobre 496,000 inmigrantes y a casi 39,000 criminales a un costo promedio anual aproximado de 2,000 millones de dólares y la muerte, al momento, de al menos 100 personas, incluyendo 10 guardias nacionales.

 

A continuación, una narración de los acontecimientos relacionados a la toma de Shelby Park. El 10 de enero de 2024, con autorización del gobierno estatal, el parque es cerrado y no se le permite el paso a la Patrulla Fronteriza federal. El 11 de enero, la Guardia Nacional de Texas asume el control del parque. El 12 de enero, una familia de una madre (33 años) y dos menores (varón y hembra de 8 y 10 años respectivamente) murieron ahogados cruzando el río debido a que las autoridades texanas prohibieron el paso al equipo de rescate de la Patrulla Fronteriza. Luego de este incidente se desató un proceso legal donde la Corte Suprema federal determinó, el 22 de enero, en votación 5 a 4 que la Patrulla Fronteriza podía remover las barricadas de concertina que las autoridades texanas habían colocado. Dos días luego, el 24 de enero, el gobernador Abbott reafirmó el derecho del gobierno de Texas de proteger su frontera ante la incapacidad del gobierno federal de afrontar esta situación que es considerada por el gobierno de Texas como una invasión de inmigrantes. Para el 26 de enero, ya 25 gobernadores republicanos, como algunos legisladores federales,habían declarado su apoyo a Abbott. Entre estos, Florida y Oklahoma estaban dispuestos a enviar tropas (Guardia Nacional) de sus estados para apoyar a Texas.

 

En los últimos días (27 al 30 de enero) la situación ha continuado tensa entre las autoridades federales y las estatales. De parte del gobierno del presidente Joe Biden se hace presión para que todo regrese a la normalidad, mientras que el gobierno de Abbott, en sus últimas declaraciones, argumenta en contra de la posibilidad de que el gobierno federal federalice las tropas de la Guardia Nacional, lo cual las separaría del poder estatal.

 

Debemos mencionar que las Guardias Nacionales son milicias que pueden cumplir una doble función: estatal como federal. Los gobernadores estatales tienen la facultad de movilizarlos según sus necesidades (en Puerto Rico se ve esta situación en momentos críticos como el paso de huracanes u otros desastres), no obstante, el gobierno federal también tiene la potestad de federalizarlos, acción que los separaría completamente de cumplir cualquier orden estatal. En el caso de Texas, este estado cuenta en su rama ejecutiva con un departamento que atiende los asuntos de defensa y militares, el cual es conocido como el Texas Military Department. Bajo esta institución se controlan a nivel estatal las Fuerzas Militares Texanas, las cuales están integradas por dos componentes de la Guardia Nacional (aéreo y terrestre) y la Guardia Estatal (antigua milicia texana). Este último le pertenece al estado, aunque recibe fondos federales.

 

El choque de poderes que se está apreciando en esta situación es uno no visto desde la Guerra Civil de 1861-1865. Algunos profetizan una eventual separación de Texas al sistema federal, no obstante, estando a nueve meses de las elecciones, existe la posibilidad de que las acciones del gobernador Abbott van dirigidas a minar la autoridad federal, a la vez, golpean las intenciones del presidente Biden a ser reelecto y vigoriza aun más el que el candidato, y pasado presidente, Donald Trump pueda regresar a la Casa Blanca.

 

Referencias:

 

Cacciotore, Luca.”States Supporting Texas Against the Biden Administration Over Border Invasio. Texas Scorecard. Austin, Texas, 30 de enero de 2024.https://texasscorecard.com/federal/states-supporting-texas-against-the-biden-administration-over-border-invasion/

 

Cuevas, Eduardo. “Mexican family’s death at border looms over ongoing Justice Department standoff with Texas. USA Today. McLean, Virginia, 20 de enero de 2024. https://www.usatoday.com/story/news/nation/2024/01/20/drowning-rio-grande-migrants-texas-border-patrol/72268305007/

 

Flores, Rosa et al. “What we know about the drowning of 3 Mexican migrants near Eagle Pass, CNN online. Atlanta, Georgia, 16 de enero de 2024. https://edition.cnn.com/2024/01/15/us/what-we-know-about-the-drownings-of-3-migrants-in-eagle-pass-texas/index.html

 

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Este año se conmemoran 200 años de la firma del acta de la independencia de Centroamérica, hecho acaecido en la Ciudad de Guatemala, capital del en ese entonces Reino de Guatemala, situación celebrada por los gobiernos de la región bajo la tónica patriotera, que como bien han planteado los maestros del marxismo, no es más que un discurso para engañar al obrero.

El presente artículo tiene como objeto centrarse en los hechos que llevaron a las principales familias criollas a declarar la independencia un 15 de septiembre de 1821, centrándose en un suceso que cierta historiografía burguesa califica falsamente como pacífica.

Antecedentes

Para el momento en que los principales grupos dominantes declaran la independencia del Imperio de España, éste estaba resquebrajado, pese a los intentos de la casa real de los Borbones por evitarlo. Esta realizó una serie de reformas para centralizar el ejercicio del poder tanto en la península como en las colonias, donde para este caso, pese al control que se tenía en la Real Audiencia (el poder político y militar), los criollos -descendentes de colonizadores españoles- mantenían el control de los Ayuntamientos, sobre el todo de la recién fundada Nueva Guatemala de la Asunción, las capitales provinciales como las alcaldías mayores y en las menores.

Hubo una constante disputa por el control de los recursos económicos, de los favores políticos, así como un conflicto permanente en la aplicación de la legislación emanada del Consejo de Indias, que llevó a la monarquía a iniciar la centralización desde esta misma. El Objetivo era disminuir o limitar el poder de los criollos, realizando en la segunda mitad del siglo XVIII las denominadas reformas borbónicas.

El tema principal que afectaba a la monarquía era lo relacionado a los ingresos fiscales, los cuales recaían sobre todo en las comunidades indígenas y en los criollos o blancos, aunque éstos desde control en los Ayuntamientos aprovechaban una serie de situaciones para evadir su responsabilidad. Las reformas borbónicas en Centroamérica consistieron en un control más directo del cobro de los distintos impuestos como alcabalas, diezmos, estancos y otros. Para tal fin, ampliaron la capacidad de cobro a nivel local en 1771, acompañado de una reorganización administrativa, con la creación de las intendencias en 1781.

Pese a eso, la situación de los ingresos no mejoró en los años siguientes, además del contrabando de productos ingleses, lo cual llevó a distintas guerras entre otras cosas, entre Inglaterra y España y que después de 1801, ésta fue obligada a permitir el ingreso de mercancías legales inglesas. Pero el contrabando fue una forma masde enriquecimiento, sobre todo de un sector de los criollos asentados en la capital del reino, que comerciaban con los ingleses, quienes desde la en ese entonces Honduras Británica (Belice), parte de la costa Misquita y en cierto tiempo en las Islas de la Bahía, inundaban la región de mercancías, sobre todo telas.

De los comerciantes que se fueron enriqueciendo por el contrabando tenemos el clan Aycinena, el cual fue parte de una camada de migrantes que vinieron en la primera mitad de siglo XVII, los cuales desplazaron o se convirtieron en parte de los primeros colonizadores, descendientes de los invasores; estos al inicio fueron aliados de la corona, pero después fueron competidores, sobre todo con otros colonos mas cercanos al monopolio comercial de Cádiz que combatían el comercio inglés, legal e ilegal. Estos nuevos colonos terminaron manejando también una cuota grande de control en el comercio con España.

Sectores sociales

Los Aycinena y otras familias asentadas en la capital, así mismo controlaban el intercambio con las élites productoras de añil en El Salvador, de minería en Honduras y de ganado en Nicaragua, imponiendo precios y ferias de comercio, lo cual generaba el descontento con estas élites locales. La corona trató de remediar eso, por medio de ferias reales y cajas de apoyo financiero (proto bancos) pero sin mucho éxito, debido a que los criollos capitalinos tenían mayor posibilidad de otorgar crédito, ademas de la acuñación de la moneda, la cual era escasa y fuente de disputa con las autoridades de la Audiencia.

Estos distintos grupos propietarios además usufructuaban el trabajo ajeno de las tierras y las minas, tanto por medio de la hacienda enfeudada, el repartimiento de los pueblos de indios, sobre todo en Guatemala y el incipiente trabajo asalariado en El Salvador con la producción de añil o en las provincias alejadas como Nicaragua y Costa Rica.

Las principales familias criollas en el momento de la independencia eran además de los Aycinena lo siguientes: Vidaurri, Larrazábal, Carrillo, Juarros, Barundia, Urrela, Isarri, Arrivillaga, Beltranena, Batres, Pavón, Álvarez, Asturias, Melón y Palomo. Ellas conformaron el Consulado de Comercio, una instancia que buscaba el control del comercio y de las aduanas, instancia formada en la lógica de las reformas borbónicas.

El desmembramiento del poder español

Una serie de factores agobiaban a España, afectada económicamente por las guerras contra otras potencias como Inglaterra y Holanda y la cada vez mayor penetración de estas en sus colonias, repercutiendo en los ingresos en materia de comercio. Según Rodolfo Cardenal, factores tales como el contrabando inglés, el aumento del poder criollo, la movilización revolucionaria de Hidalgo primero y después Morelos en México, y las propias movilizaciones populares en el reino, obligaron a la monarquía a cambiar al capitán general, asumiendo Bustamante y Guerra en un momento de crisis política por la invasión francesa a España de 1808.

Bustamante, quien asume la presidencia de la audiencia en 1812, primero trató de realizar una serie de medidas reformistas para limitar el poder criollo, sobre todo en consonancia con la línea liberal de las Cortes de Cádiz, que eliminaron el tributo indígena y trabajo obligatorio de estos, así como intentar impulsar un programa de distribución de la tierra. Pero después de 1815 y la derrota de la invasión de Napoleón Bonaparte en la península, la corona dio giro nuevamente absolutista y tras los levantamientos en El Salvador, Nicaragua y la intentona de Belén en Guatemala, pesó más la línea represiva.

Los sucesos de España y México, entonces, son clave para explicar la trayectoria del proceso hacia la independencia. Con respecto a la metrópoli, tras la invasión francesa y la abdicación del rey se instala una Junta Central Suprema y Gubernativa en 1808, que reconocerá los derechos de gobernar del heredero, Fernando VII hijo del depuesto rey, pero en su ausencia la soberanía regresaba al pueblo. Esto implicó en América que los criollos de distintos lugares establecieran juntas de gobierno que fueron desembocando en movimientos independentistas.

En 1810 se crea en España un consejo de regencia que nombró a Fernando VII, pero bajo un gobierno constitucional, pues las juntas españolas impusieron la conformación de las Cortes Constituyentes en Cádiz, ciudad no ocupada por Bonaparte; estas gobernaron entre 1811 y 1814. Las cortes reconocieron a los americanos como ciudadanos; así, las colonias enviaron diputados, cargo cooptado por las familias criollas. Los representantes centroamericanos fueron Antonio Juarros, José Ayicenena y Manuel Penados.

Estas cortes impusieron una nueva instancia administrativa sobre las intendencias, las cuales fueron las diputaciones, creando en el reino tres de estas: la de Chiapas, cuya capital estuvo en Ciudad Real, la de Sacatepéquez cuya capital fue la ciudad de Guatemala e incluía Quetzaltenango, Chimaltenango, Tegucigalpa, San Salvador, Sonsonate y Comayagua y la de León, con sede en esa ciudad y conformada Granada, Rivas, Masaya, Cartago y San José.  Esto provocó más conflictividad interna por las rivalidades entre ciudades.

Bastamente y Guerra entorpeció la legislación de las Cortes de Cádiz, sobre todo en lo tocante a las diputaciones, porque con razón sabía que éstas fortalecían el poder de los criollos, ya que le disputaban a la Real Audiencia el control de las finanzas, la administración de justicia, el real patronato, entre otras cosas. Aunque, por otro lado, promulgaban medidas que afectaban los intereses económicos de los criollos como vimos, en lo relacionado al trabajo indígena y otras como la libertad de prensa e imprenta, hábilmente usada por los bandos criollos de cara a la independencia.

Levantamientos populares

Una serie de levantamientos sacudieron al reino sobre todo en el primer lustro de la década de 1810, que, aunque no con un claro matiz independentista, mostraban los reclamos de diversos sectores, sobre todo en las provincias.

En noviembre de 1811, se genera el levantamiento de San Salvador, impulsado por mestizos y por elementos del bajo clero, ante intentos de cambios en los obispados locales desde Guatemala. Este motín adquirió un matiz también contra la presencia de colonos recién llegados y contra las autoridades españolas en la Intendencia. Fue secundado por una serie de levantamientos en diversas ciudades de la provincia, pero fue en Zacatecoluca donde alcanzó mas fuerza.

Tenia una serie de exigencias populares que afectaban a mestizos y mulatos, como rebajar impuestos anuales, suprimir estancos, disminuir el monto de la alcabala, por ejemplo. Al final un sector de los criollos dirigido por Manuel José Arce y el Padre Matías Delgado mediatizó el movimiento, logrando cambiar las autoridades de los ayuntamientos por gente afín a estos. Por su parte, otro sector mas radical y con origen plebeyo logró posicionarse en Zacatecoluca con Pedro Pablo Castillo a la cabeza, que en 1814 intentó otro levantamiento, ya con visos independentistas.

En enero de 1811 había ocurrido otro en León, protagonizado por mestizos, que exigía igualmente, demandas en materias de rebajas de impuestos y disminución de los precios de productos de consumo popular; logrando destituir al intendente y al administrador de rentas. Lo cual fue aprovechado por un sector de los criollos dirigidos por el obispo de esa ciudad, controlando los ayuntamientos.

Posteriormente se registró otro en 1812 en Masaya y Granada, donde la fuerza principal fueron los pueblos indígenas, los cuales exigieron la abolición del tributo y los repartimientos hacia la Intendencia de León, lo cual tuvo el respaldo de mestizos y criollos, quienes controlaban los respectivos ayuntamientos con sus propias demandas relacionadas a impuestos y el costo de productos. Bustamante mandó tropas contra Granada, la cual resistió heroicamente durante cierto tiempo hasta que la ocuparon, llevando a una serie de presos hacia Guatemala y al castillo de Omoa en Honduras.

Esto provocó que una serie de personajes ilustres de origen criollo, mestizo e indígena conspiraran en diciembre de 1813, reunidos en el Convento de Belén de Guatemala, entre los cuales se encontraban los hermanos Bedoya, Pedro Molina, Fray Juan Nepomuceno, Tomas Ruiz de origen nicaragüense, Francisco Barrundia y Antonio Mateo Marure; además de los lideres indígenas Manuel Tot de Cobán y Manuel Cárdenas de Quetzaltenango, quienes iban a levantar a los pueblos en estas regiones.

El objetivo era liberar a los presos nicaragüense de Granada, cambiar a los españoles de las instituciones y declarar la independencia; estos estaban inspirados en el programa del ejército de Morelos de México. Pero la conjura fue delatada y muchos de los conspiradores apresados; sectores criollos simpatizaron hasta cierto punto, lo cual hizo reaccionar a Bustamante contra los intereses de estos.

A esto se agrega que en España la guerra de independencia había derrotado a los franceses y nuevamente Fernando VII en el poder abjuró de la constitución y eliminó las Cortes de Cádiz. Así, el presidente de la Audiencia, Bustamante, expulsó a los criollos del Consulado de Comercio, intentó controlar masel contrabando con Belice y obligó al clan Aycinena a pagar impuestos a la corona.

Después de 1815 se generaron levantamientos en pueblos mayas como Patzicía, Comalapa y Santa María Chiquimula, contra el cobro abusivo de impuestos y el control político de autoridades mestizas, en lo que Cardenal califica como un movimiento nativista, pero dirigido por actores aculturizados y vinculados al mundo español, sobre todo comerciantes e intelectuales, contrarios a otros actores tradicionalistas como los principales con presencia en las cofradías.

La Independencia

Los Aycinena lograron en España que Fernando VII, deseoso de tener mejor relación con la aristocracia criolla, cambiara al presidente de la Audiencia y capitán general, asumiendo primero Urrela en 1818 y un año después el segundo de este, Gabino Gaínza. De ahí se fueron generando dos bandos: los beneficiarios del libre comercio con los Aycinena a la cabeza y Pedro Molina con su periódico El Editor Constitucional denominados “cacos” por un lado; por el otro, comerciantes que mantenían relaciones con Cádiz, dirigidos por José Cecilio del Valle de origen hondureño, con su periódico el Amigo de la Patria denominados “gazistas”, con el apoyo de las élites criollas provinciales y de importantes sectores artesanales, opuestos a las consecuencias del librecambismo.

En un ambiente de libertades y con la creación de los primeros proto-partidos, las llamadas tertulias políticas, se realizan elecciones para los ayuntamientos y las diputaciones en 1821, las cuales son ganadas por los gazistas las primeras, y las segundas por los cacos. Eso coincide con tres sucesos; en España el levantamiento de García Riego que obliga a Fernando VII a reconocer nuevamente la constitución de Cádiz y la convocatoria a cortes, el segundo, repercutiendo en Guatemala en el levantamiento indígena de Atanasio Tzul de Totonicapán, que exige la eliminación del tributo, el trabajo forzado y el repartimiento nuevamente.

El tercer suceso fue el Plan de Iguala o la de las tres garantías (religión, independencia, unidad) de Agustín Iturbide, un ex realista representante de los sectores criollos conservadores en México, que en alianza con sectores radicales que habían combatido en los ejércitos de Hidalgo, Morelos y Guerrero, declararon la independencia, asumiendo Iturbide como emperador de México. Esto fue bien visto por los criollos guatemaltecos, pero fueron los Ayuntamientos de Ciudad Real, Tuxtla Gutiérrez y Comitán en Chiapas, quienes primero reconocieron a Iturbide, presionando a Guatemala.

De tal forma que reunidos los gazistas y cacos, los primeros, menos entusiastas de la independencia por ser más temerosos del libre cambio, declararon la independencia de España. El acta, como es sabido redactada por del Valle, argumentaba que para evitar que el pueblo la declarase por su cuenta, los criollos la declaraban. Esto producto del temor a una serie de hechos y movilizaciones de otros sectores opuestos al poder criollo de la capital. Al acto asistieron 49 notables, es decir acaudalados y cabezas de instituciones, de los cuales 17 eran clérigos y ganó la independencia con 23 personas a favor y 7 en contra.

Se conformó una Junta Provisional Constitutiva hasta la elección de un nuevo congreso que instauraría una nueva forma de gobierno y una ley fundamental. En ese proceso los Aycinena y los sectores de Del Valle se alinearon, desplazando a Molina y Barrundia, antiguos aliados de los primeros. Sin embargo, tal congreso ya no se convocó por la anexión a México en enero de 1822, ya que rápidamente la nueva junta de gobierno con Gainza a la cabeza, reconoció a Iturbide como emperador.

Esto generó una serie de sucesos de reconocimiento en su mayoría a la anexión de parte de los ayuntamientos, sobre lo cual Pinto Soria califica que estos no eran para nada republicanos. Pero aprovecharon para buscar de limitar el poder de Guatemala, como León o Comayagua; así como Omoa y Trujillo principales puertos, al grado de enfrentarse militarmente con Guatemala, igual que San Salvador, que junto a Chiquimula se enfrentó a aquélla. La minoría, como Tegucigalpa, a la cual la unía los beneficios de la explotación de plata, apoyó a Guatemala, igual que Granada y Masaya por su rivalidad con León. Mientras otros más alejados como Cartago, San José y Heredia estuvieron atentos a lo que pasaba, pero en sí San Salvador fue el único que se opuso a la anexión a México.

Iturbide envió tropas hacia Centroamérica, al mando de Vicente Filízola el cual se convirtió en gobernador militar en 1823, enfrentándose a San Salvador, logrando derrotarlo. Sin embargo, la división administrativa que hizo creando tres provincias, Chiapas, Costa Rica y Sacatepéquez, no satisfizo a nadie. El levantamiento contra Iturbide, conocido como el Plan de Casa Mata en México, ante el desconocimiento de Iturbide del Congreso de ese pais, finalizó con la anexión.

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Se cumplen tres años desde que ocurrió el asalto al Capitolio estadounidense el 6 de enero de 2021. Ese día, un mitin convocado por el presidente Donald Trump motivó a miles de sus seguidores a presentarse en la Explanada Nacional (National Mall) para apoyar al mandatario, quien fue derrotado, el 4 de noviembre de 2020, en sus aspiraciones a la reelección y que consideró esta derrota como parte de un fraude electoral realizado por sus oponentes.
El presidente Trump desde el inicio de la campaña electoral estadounidense en 2016 había estado argumentando sobre la alta posibilidad de ser derrotado gracias a un fraude electoral. Con esto, alentaba a sus seguidores a no bajar la guardia, a la vez que creaba el camino para explicar un posible revés. Su derrota ante Ted Cruz, en el estado de Iowa, en las primarias del Partido Republicano, fue considerado por Trump como parte del esquema dirigido a que él no fuera el candidato presidencial de ese partido. Luego, al ganar las elecciones de 2016, mediante el voto del Colegio Electoral, ya que perdió el voto popular, Trump alegó que su adversaria, Hillary Clinton, había recibido más de 4 millones de votos ilegales, mayoritariamente inmigrantes sin derechos.
Curiosamente, en las elecciones de 2012, Trump había indicado que el sistema del Colegio Electoral era un desastre para la democracia, aunque este le favoreció en el 2016. El sistema de Colegio Electoral es un sistema indirecto de seleccionar al presidente estadounidense que fue diseñado para dejar la elección del primer mandatario en manos de un reducido número de electores, quienes serían seleccionados por las personas que por ley estaban hábiles para votar en cada estado.
Este sistema fue establecido en el segundo artículo de la Constitución de los Estados Unidos; y aunque se ha reglamentado en varias ocasiones para actualizarlo a las circunstancias específicas del tiempo, en esencia limita el voto a los estados y evita el que los ciudadanos tengan la potestad de elegir al principal funcionario del país de forma directa. De hecho, este sistema tiene cinco resultados adversos a lo que debería ser la democracia de la que tanto se aletea. En las elecciones de 1824, 1876, 1888, 2000 y 2016, la persona elegida por el Colegio Electoral no obtuvo el voto mayoritario de los ciudadanos. Situación que lleva a muchos a pensar que el sistema debe ser cambiado, si es que se quiere seguir una vía de mayor grado democrático. De este tema podríamos hablar en otro artículo. 
 
Regresando al 6 de enero de 2021, en el mitin Trump y varios de sus acólitos se dirigieron a público, y aunque fue negado por ellos posteriormente, provocaron que esto se movilizaran hacia el Capitolio con la intención de detener el proceso donde se certificaba al candidato presidencial electo. Sobre dos mil individuos asaltaron el Capitolio desde aproximadamente la 1:00 p.m., y tuvieron que ser desalojados por las autoridades policiacas de la institución, el Distrito de Columbia y efectivos provenientes de otros estados. A eso de las 5:40 p.m. las facilidades fueron aseguradas. En un plazo de 36 horas, y como hechos directos al incidente, cinco personas murieron, 174 oficiales de seguridad fueron heridos, al igual que cientos de manifestantes. En los siguientes meses, al menos cuatro oficiales se suicidaron por supuestas situaciones relacionadas al 6 de enero. Las perdidas monetarias del asalto se estimaron en 2.7 millones de dólares. Desde el evento se han sometido cargos judiciales a más de 1,200 personas, incluyendo a Donald Trump, quien en la actualidad es uno de los candidatos presidenciales del Partido Republicano.
En un artículo anterior, “Los Estados Unidos y su conflicto interno”, publicado en El Post Antillano el 15 de enero de 2021, y en Akelarre: historia y ficción el 3 de enero de 2022, argumenté sobre cómo este país tiene las condiciones idóneas para una eventual segunda guerra civil. Los conflictos raciales y sociales, en ciertos momentos, se exasperan de tal modo que se dan manifestaciones violentas que hacen pensar que en cualquier momento el polvorín estalla. No obstante, se ha podido manejar una diversidad de situaciones cuyo desenlace hubiera sido un conflicto mayor. Actualmente, las discrepancias raciales y sociales continúan; las luchas entre conservadores y liberares se atenúan; el fundamentalismo cristiano y el racismo se niegan a ceder su espacio; y no hablar de los diversos conflictos globales que llevan al imperio a invertir grandes sumas de dinero en situaciones que no necesariamente les podrían favorecer.
 
 
Foto utilizada
Imagen: Gases lacrimógenos a las afueras del Capitolio. Foto de Tyler Merbler, tomada el 6 de enero de 2021, en Flickr con licencia CC2.0.

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