Estamos en pleno verano. El calor es asfixiante y las lluvias de mayo no quisieron llegar. Nuestras represas y embalses están peligrosamente bajas. Estamos a punto de menos nada para que se comiencen los racionamientos de agua. Y los polvos del Sahara solo nos dejan mayor calor y resequedad. A parte de ello, el área sur-oeste de Puerto Rico no ha parado de temblar desde que inició el año. Año de pandemia, de cambios políticos y protestas sociales.
Mi mente vuela a las profecías de Nostradamus, quien en 1555 publica su libro “Las Profecías”, compuestas por 942 cuartetas poéticas que se supone predicen eventos del futuro. Para este año 2020, entre otras cosas, predijo desastres naturales, muchos incendios, poderosos huracanes y tornados, terremotos en América, elevadas temperaturas, aumento brusco del nivel del mar, crisis económica, guerra entre dos potencias mundiales. ¿Será la guerra económica entre Estados Unidos y China?
Michel de Nôtre-Dame, latinizado a Nostradamus, fue un médico, farmacéutico y astrólogo francés. Nació en 1503 en San Remy, Provenza, Francia. Sus antepasados eran judíos, de la tribu de Isacar, pródiga en adivinos. Ante las amenazas plasmadas mediante un edicto en 1480, de que los judíos que no se convirtieran al catolicismo perderían todas sus riquezas, su bisabuelo, Abraham Salomón, se convirtió al catolicismo y adoptó el apellido Nôtre-Dame.