Etiopía es un país localizado en la porción este del continente africano. Se encuentra en la región conocida como el “cuerno de África”. Tiene una extensión territorial de 1,104, 300 kilómetros cuadrados; es decir, Etiopía es aproximadamente 121.29 veces el tamaño de Puerto Rico. Se considera el vigésimo séptimo país más extenso del mundo y el segundo más poblado de África. Su superficie es similar a la que cubre el Estado Plurinacional de Bolivia.
 
Etiopía es un Estado que formó parte de la Sociedad de Naciones surgida tras el Tratado de Versalles en 1919; suscribió la Declaración de las Naciones Unidas en 1942; fue fundador de la sede de las Naciones Unidas en África y fue también miembro fundador de la Organización para la Unidad Africana (OUA). Actualmente es miembro de la Unión Africana (UA).
 
La región de Eritrea, que formó parte de Etiopía como Estado político, proclamó su independencia en 1993 tras la realización de un referéndum. Las demarcaciones fronterizas entre Etiopía y Eritrea fueron de inmediato una fuente de conflictos entre ambos Estados. Con la división geográfica resultante de dicha independencia, Etiopía perdió su acceso al Mar Rojo. Como resultado de las discrepancias entre los dos Estados, luego de Eritrea anexarse el 6 de mayo de 1998 la ciudad y la región de Badme, surgió la guerra de secesión por parte de Eritrea. La guerra se desarrolló entre 1998 y 2000. Se estima que las muertes en el conflicto para ambas partes ascendieron a entre 53 mil y 300 mil personas. Cerca de 650 mil personas fueron desplazadas de sus hogares.  
 
El 12 de diciembre de 2000, las partes en el conflicto, como parte del proceso de paz, acordaron en Argel someterse a un arbitraje internacional vinculante para dilucidar cuál de las dos partes tendría la soberanía sobre la ciudad de Badme y sus inmediaciones. El dictamen resultó favorable a Eritrea. Si bien existe en la frontera una zona desmilitarizada bajo la supervisión de los llamados “cascos azules” de la ONU, cada país mantiene cerca de dicha zona cuantiosas tropas de combate. Se estimaba para el año 2007, en el caso de Etiopía,  la ubicación de100 mil efectivos y en el caso de Eritrea 120 mil.
 
Actualmente Etiopía mantiene sus fronteras, al norte con Eritrea y Yibuti; al sur con Kenia, Uganda y Somalia; al este con Eritrea y Somalia; y al oeste, con Sudán y Sudán del Sur. De acuerdo con el censo efectuado en el año 2007, el país contaba con 73,750,932 habitantes, estimándose sin embargo, al presente, en 98,665,000 habitantes.
 
 Su producción principal es agrícola teniendo como principal producto el café. Sin embargo, Etiopía cuenta con importantes recursos minerales que incluyen oro, tantalio, mármol, potasa, hierro y gas natural. Para tener acceso al Mar Rojo, dadas las pésimas relaciones que mantiene con  Eritrea, el país tiene que utilizar los puertos de su vecino Yibuti.
 
Antiguamente lo que antes fue Etiopía y Eritrea, se conoció como  “reino de Abisinia”. Su referencia como reino en la antigüedad se remonta a crónicas escritas por Homero, el autor de la Ilíada y la Odisea, cuando le llamó “Memnon” o “el que se mantiene firme”. También la región es mencionada en el Antiguo Testamento,  ello en referencia a la Reina de Saba y al Rey Salomón. Hacia el Siglo IV de nuestra era, en el año 333 d.C., se introdujo en el país el cristianismo. Se considera a Etiopía como la segunda nación en adoptar esta religión después de Armenia que lo había hecho en el 301 d. C. Actualmente las denominaciones cristianas (católicas, ortodoxas y protestantes) se estima representan el 65% de la población, mientras los musulmanes representan el 32%. El restante porciento lo comparten diferentes creencias religiosas ancestrales.
 
En el año 1895 Etiopía fue invadida por tropas provenientes de la región de Eritrea, entonces ocupada por los italianos. En el año 1931 Tafari Makonnen, conocido más adelante como Haile Selassie, se proclamó emperador de Etiopía. En el año 1935, sin embargo, fue destronado tras una nueva invasión desde el territorio de Eritrea por parte de Italia, el que ya se encontraba bajo el mandato de Benito Mussolini. A raíz de lo anterior, Etiopía y la región de Eritrea, pasó a llamarse Abisinia.
 
Tras la derrota italiana en la Segunda Guerra Mundial, Haile Selassie regresa al trono. Más tarde, en 1952, las Naciones Unidas aprobaron la federación entre Etiopía y Eritrea en un Estado político unificado. En 1974 Selassie fue derrocado por oficiales militares de baja gradación dentro de las fuerzas armadas. Asumió el poder en 1977 Derg Mengistu Haile Mariam, de orientación socialista, fundándose la República Democrática Popular de Etiopía. Tras otra guerra civil, en mayo de 1991 Meles Zenawi, jefe del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE), toma el poder. Eventualmente bajo su gobierno, Etiopía abandona la vía socialista.
 
El 23 de agosto de 1995 entró en vigor un texto constitucional, ratificado mediante consulta electoral el mes anterior. Bajo el sistema de gobierno vigente en Etiopía, el Poder Legislativo lo configura una “Cámara de Representantes Populares”, integrada por 547 diputados electos por términos de cinco años y una “Cámara de la Federación” compuesta por 153 miembros, elegidos por votación universal indirecta por los representantes de las regiones; un Poder Ejecutivo, donde figura un presidente elegido por ambas Cámaras por un término de 6 años, aunque quien realmente dirige el país es el Primer Ministro, escogido por el partido mayoritario en la Cámara de Representantes Populares. Este gobierna el país con un mandato de cinco años. Finalmente, el Poder Judicial lo ejerce la Corte Suprema Federal, un Tribunal Superior y Tribunales de Primera Instancia.
 
 Zenawi falleció estando en el poder el 20 de agosto de 2012. El Frente de Liberación Popular de Tigray (conocido por sus siglas en inglés como FLPT), formó parte de la estructura de gobierno de Etiopía hasta el año 2019. En ese momento se intensificaron sus diferencias con el gobierno central, las que adquirieron eventualmente la confrontación armada. Para entonces, el FDRPE junto al Partido Democrático Oromo, el Movimiento Democrático Nacional Amhara y el Movimiento Demócrata Popular del Sur de Etiopía, fundaron bajo el liderato de Abiy Ahmed Ali el Partido de la Prosperidad.
 
 El 4 de noviembre de 2020 las fuerzas armadas de Etiopía lanzaron una ofensiva militar contra el FPLT. La orden  fue emitida por el Primer Ministro, Abiy Ahmed Ali luego de que dicha organización atacara una instalación militar del gobierno central. Ali ocupa la posición de Primer Ministro desde el 2 de abril de 2018.  El 11 de octubre de 2019 el mandatario etíope recibió la distinción de “Premio Nobel de la Paz” bajo la premisa de su alegada reconciliación como dirigente de Etiopía con Eritrea.
 
El día 7 de noviembre de 2020 el parlamento del gobierno central aprobó la creación de un gobierno interino para Tigray, declarando ilegal al gobierno provincial y procediendo a destituir varios de sus integrantes.
 
Los combates en la región de Tigray continuaron desarrollándose en los días siguientes e incluso al presente tanto por vía aérea como terrestre. Decenas de órdenes de arresto fueron emitidas por el gobierno central contra mandos militares provinciales acusados de traición. Miles de personas han fallecido al presente en el conflicto.
 
Tigray es una provincia de Etiopía, como lo fue antes Eritrea, localizada en la porción norte del país. A raíz de las tensiones no superadas por los acuerdos de paz de 2000 entre Etiopía y Eritrea, la primera mantiene en las zonas fronterizas con la segunda, incluyendo la provincia o región de Tigray, gran cantidad de efectivos militares. Se indica que en la región de Tigray, las fuerzas armadas del gobierno central han llevado a cabo matanzas por consideraciones étnicas contra residentes de la etnia tigray. Esto ha reforzado el sentimiento independentista entre los pobladores de la región de Tigray que hoy impulsan, como antes ocurrió con Eritrea, una nueva secesión del país proclamando su independencia.
 
Varias ciudades en Tigray, luego de intensos combates, fueron capturadas por el gobierno central. Para finales del 2020 el gobierno de Etiopía ya había ocupado el 60% del territorio de la provincia de Tigray. Sin embargo, el FLPT y su aliado el Frente de Liberación Oromo (OLA por sus siglas en inglés), reivindica la ocupación de varias ciudades, señalando que sus efectivos se encuentran a 400 kilómetros de Addis Abeba, la capital de Etiopía. Junto con la ofensiva militar contra el FLPT, el gobierno central  impuso por seis meses en la provincia de Tigray el estado de emergencia.
 
Dentro de toda la situación provocada por el conflicto, Eritrea aprovechó el proceso armado interno de Etiopía para adelantar la ocupación de porciones del territorio de Tigray, es decir, de suelo etíope.
 
Se indica también que en medio de la situación, el gobierno de Sudán del Sur ha provisto albergue a dirigentes del FLPT. Esto ha provocado una respuesta militar por parte de Etiopía, desplazando grandes contingentes de soldados hacia la frontera de Sudán del Sur, lo que a su vez también ha hecho este país respecto a Etiopía. Recordemos que hace apenas una década, Sudán también fue objeto de un conflicto interno secesionista respaldado por los Estados Unidos que culminó en la creación de Sudán del Sur. Los orígenes del conflicto estuvieron allanados por el control de recursos naturales, principalmente el petróleo ubicado en lo que hoy es Sudán del Sur, así como divisiones religiosas.
 
Se informa también de la muerte de tropas somalíes entrenadas por Eritrea en su territorio, las que combaten en Tigray respaldando al  FLPT en contra del gobierno central de Etiopía. A la participación de efectivos militares de Eritrea en el conflicto, se suma también incidentes que involucran a efectivos militares de Sudán del Sur en suelo etíope.
 
Funcionarios de la Unión Africana intentaron mediar sin resultados en el actual conflicto armado. Por su parte, la ONU llegó a acuerdos con el gobierno de Etiopía para proveer ayuda humanitaria a miles de personas desplazadas por el conflicto.
 
En Etiopía abundan diferentes grupos étnicos. Se estiman en 11 los grupos principales entre los cuales se encuentran los “tigray”. El país se divide en 10 regiones (provincias) y dos ciudades. Estas gozan de gran autonomía, incluyendo la capacidad para sostener sus propias milicias y policía. En estas regiones el componente étnico provincial presenta serios problemas con el gobierno central. Históricamente hablando, tales diferencias han llevado a guerras civiles donde el gobierno central se enfrenta a agrupaciones armadas, como es al presente el caso de Frente de Liberación del Pueblo de Tigray.
 
Cuando las autoridades regionales de Tigray, con la oposición del gobierno central de Etiopía, celebraron el pasado año en el mes de septiembre elecciones generales regionales, el gobierno central no reconoció su resultado poniendo así fin a sus relaciones con el gobierno regional. Desde entonces el conflicto entre el gobierno central y las autoridades regionales en Tigray ha degenerado en un conflicto armado, cada vez de mayor proporción. El conflicto ya ha provocado el desplazamiento de 1.6 millones de personas, incluyendo cerca de 60 mil personas que optaron por buscar refugio en el vecino Sudán. Se estima en 5.5 millones de personas, más del 90% de la población total de Tigray, el número de aquellos que padecen actualmente desnutrición o inseguridad alimentaria. Se considera que de dicha cantidad, al menos 2 millones de personas, están al borde de una hambruna.
 
En medio de estos sucesos, la página electrónica CoverAction Magazine, en su edición del 9 de diciembre de 2021, las periodistas  Ann Garrison y Ann Fitz-Gerald, bajo el título Biden  Deploys National Guard: It’s’Dejà Vu All Over Again’ as Goverment Hawks and Corporate Media Play Up Ethiopian Atrocities in Tigray, indican que 12 días después de que apareciera un titular de Bloomberg el 11 de noviembre indicando “La guerra civil en Etiopía es un problema que las tropas de E.U. pueden ayudar a resolver”, el presidente Joe Biden anunció la movilización de mil efectivos de las Guardias Nacionales de Virginia y Kentucky hacia Fort Bliss en Texas, para entrenamiento previo a su próximo desplazamiento a la frontera etíope.
 
Ciertamente, la participación de efectivos de la Guardia Nacional en conflictos armados de los cuales los Estados Unidos son parte no es nueva. De hecho, tanto en Iraq como en Afganistán, y antes durante la Guerra del Golfo en 1991 y luego en Iraq en 1993, muchas unidades de la Guardia Nacional y de la Reserva fueron activadas y movilizadas. Sin embargo, uno se pregunta si los Estados Unidos no debería aprender de sus propias experiencias. Está históricamente establecido que pequeñas intervenciones llevan a grandes intervenciones.
 
Indican las autoras que si bien medios occidentales estuvieron señalando en los pasados cuatro meses que la capital de Etiopía, Addis Ababa, podría caer pronto en manos de Frente de Liberación del Pueblo de Tigray respaldado por los Estados Unidos, también señalan que en el terreno de combate, dentro de la región Tigray, las tropas del gobierno han tenido algún avance infligiendo fuertes bajas a las tropas del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray y recuperando territorio. Mientras el parlamento etíope calificó a principios de 2021 al Frente de “organización terrorista”, algunos funcionarios estadounidenses muestran su simpatía con el FLPT, calificando al gobierno de Etiopía de ser un Estado que ha incurrido en el delito de genocidio hacia la población Tigray.
 
Es un secreto a voces que desde hace ya tiempo el Comando de África de los Estados Unidos ha venido desarrollando distintos niveles de participación en esfuerzos militares en conjunto con las fuerzas armadas de países africanos afines a la política exterior de los Estados Unidos. Lo anterior incluye las llamadas “operaciones especiales”. Conflictos actuales como los de Yemen, el Norte de Siria en la región curda, y operaciones adicionales por parte de fuerzas de los Estados Unidos estacionadas en Kuwait, Qatar, Jordania y otras localidades en la región del Medio Oriente y África, nos dice que la visión global militar de los Estados Unidos no ha perdido su razón de ser luego de la toma de Afganistán por el Talibán, o la salida de su personal de combate de Iraq.
 
El imperialismo estadounidense, como un pulpo, se mueve a través de sus diferentes tentáculos. Lo que ocurre en Etiopía hoy, es sólo el reflejo de esta realidad.

Creo que la mayoría de los puertorriqueños deben reclamar la independencia de Puerto Rico. Sirve para satisfacer la necesidad de aliviar la desesperanza y la fatal realidad. Vivimos tiempos de incertidumbre económica en lo local y lo internacional. Eso nos debería obligar a tener el control de nuestro destino como pueblo. Sí, somos un pueblo geográfica, étnica y culturalmente distinto al de los Estados Unidos. Esos elementos, antes mencionados, son los que se recogen para definir que es un pueblo para el derecho internacional. Esos elementos están siempre presentes en nuestras vidas y nos acusan de ser un pueblo; “boricua pa’ que tú lo sepas”.

En un reciente artículo publicado en el periódico Primera Hora, bajo el título “El País Que Todos Queremos” por Osman Pérez Méndez (11/16/2022), se recopilan dos cuadros que se proyectan para el 2047, uno el que seremos y otro al que debiéramos aspirar. Pintan un cuadro trágico para el 2047, que no hace falta esperar ni un día más excepto para que se alcancen números aún peores, tanto en lo económico como en lo climático, pero con menos puertorriqueños y más extranjeros. Lo irónico es que ellos señalen que se pueden alcanzar resultados diferentes y hasta opuestos sin mencionar siquiera que ocurran cambios en nuestra relación colonial con los Estados Unidos.

Al parecer, según los profesores consultados, en la colonia todo es posible y se puede ir del infierno al cielo sin cambiar nada en nuestra relación política. En realidad, de lo que depende, según estos profesores, es de cómo utilicemos sobre 80 mil millones de fondos federales que hay aprobados. Eso hace suponer que eso de cómo utilizar esos fondos lo decidimos nosotros. Para que tengan una idea, en Haití cuando ocurrió el terremoto, los norteamericanos le asignaron 8 billones para su rescate y de esos menos de medio billón llegó a manos del gobierno haitiano. Pero si de ejemplos recientes se trata, miren la contabilidad de 52 mil millones aprobados para ayudar a Ucrania y de 37 billones más que están en camino. A Zelensky solo le faltan nuestros profesores para que le den idea de cómo se pueden utilizar esos dólares.

Y es que resulta cuando menos incómodo ver como intelectuales puertorriqueños pierden de vista que este desastre es el resultado de un proceso colonial. Eso quiere decir que se gestiona, por muchos medios, el mantenernos en un estado de dependencia y efectivamente divididos. Por eso habrá que añadirle que están divorciados de la realidad porque estos profesores se van al extremo, como los economistas, para hacer proyecciones “Ceteris Paribus”, es decir todo lo demás se queda igual. Claro, pueden proyectar unas aspiraciones para solucionar un problema que pueden describir muy bien pero no saben de dónde les viene. Quizás por eso pueden fantasear con las ideas de cómo utilizar asignaciones federales, que según su diagnóstico es parte del problema, sin explicar cómo hacer para desaparecer las causas.

Hay razones políticas de peso para reclamar nuestra independencia. “Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.” Así lo establece el primer inciso del artículo primero del “Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos” en vigor desde 1976 y firmado por 173 países. El mismo pacto fundamenta ese derecho en el segundo inciso que dice eso será; “Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional.” Los puertorriqueños necesitamos y debemos tomar la decisión de iniciar ese proceso de libre determinación como lo establece la resolución 1514 XV de las Naciones Unidas.

¿Cómo debemos iniciar ese proceso de libre determinación? Debemos comunicarle al mundo y al gobierno de Estados Unidos, nuestro deseo, irreversible e irresistible, de lograr nuestra independencia como pueblo. Esa iniciativa debe nacer de nuestra asamblea legislativa que es el órgano que representa a todas las vertientes políticas de mayoría y minoría en Puerto Rico. Se debe levantar un legislador, o legisladora, puertorriqueña y presentar esa resolución haciendo esa proclama. Lo deberá hacer cuantas veces sea necesario hasta su aprobación en ambas cámaras.

La importancia de ese acto es obvia. Además, se acaba el cuento de que los puertorriqueños no estamos unidos para resolver nuestro problema colonial. Por otro lado, se debe incluir en esa resolución algo que es de interés para todos los puertorriqueños que desean acabar con la desidia de los norteamericanos de resolver nuestra condición colonial. Eso es pedirle que cumplan el deber de informar al Comité para la Descolonización de la ONU, bajo el artículo 73 del capítulo XI de la Carta. 

Colocar a Estados Unidos en el deber de informar es útil a todos los puertorriqueños por igual. Esto permitirá que los norteamericanos se vean, presionados por la comunidad internacional, obligados a comprometerse no solo con nosotros sino con los demás pueblos del mundo a cumplir con estos informes para demostrar el alcance obtenido por Puerto Rico en las áreas económicas, sociales y educativas.

La independencia no fantasea con los fondos federales. Sabemos que es el estado colonial de dependencia la causa del actual estado de la economía sin crecimiento, con la fuga de profesionales, el desplazamiento poblacional, el rentismo financiero, la especulación con los bienes inmuebles, el despojo de los haberes del gobierno y la privatización de los servicios esenciales. Eso mantiene un pueblo en el hacinamiento con miles de hogares donde conviven más de una familia. Miles viviendo en la precariedad de sueldos de hambre, miles que buscan tener más de un empleo, miles que viven en la ilegalidad de tener subsidios gubernamentales, pensiones de seguro social y a la vez empleos fuera de nóminas o pequeñas empresas de ventas de todo tipo de productos caseros y artesanales para reunir el pan nuestro y poder pagar por todas las facturas y para hacer de tripas corazones y vender el desayuno para comprar el almuerzo. La colonia es también ver como una clase política entregada, a intereses imperiales, le impone a todos la responsabilidad de pagar las deudas del desgobierno colonial.

Ser independientes asume, no supone, que somos nosotros los que vamos a transformar esa realidad con los recursos de nuestro pueblo, con nuestro trabajo y con nuestro ingenio. Tenemos los hombres y mujeres capaces para lograrlo y a eso le añadimos las herramientas de la soberanía que nos permiten entrar al juego y el acceso al libre intercambio con otros países como resultado lógico de ese mismo hecho. Serán nuestras decisiones y nuestras acciones las que enfrentarán los escollos del coloniaje. Romper con la dependencia como el adicto en frío y lograr las alianzas de negocios que faciliten el crecimiento y fortalecimiento de nuestra economía. Existen numerosas oportunidades para enfrentar la crisis energética, el abaratamiento de costos de transporte y de mercancías, acceso a mercados nuevos e intercambiar recursos, así como acceder a nuevas tecnologías. Todo dentro del marco real y posible de la independencia. 

El fallo de inconstitucionalidad emitido por la Corte Suprema de Justicia de Panamá, del 28 de noviembre de 2023, constituyó la consumación de una gran victoria popular contra el abusivo contrato minero con First Quantum Minerals (FQM). Esta decisión es la legitimación judicial de lo que ya el pueblo panameño había expresado en las calles: ese contrato era ilegítimo por cuanto constituía un atraco a la nación, consumado en una conspiración entre la trasnacional canadiense y un gobierno corrupto, con la complicidad de los grandes medios de comunicación, los gremios empresariales y partidos políticos tradicionales.

Es una victoria del pueblo organizado y resistiendo en la calle, no de la “Corte”:

Tanto el sentido del fallo, declarando la inconstitucionalidad del contrato, como la celeridad completamente inusual como actuaron los magistrados y magistradas, fue producto de la presión popular que no dejó las calles, ni levantó los cierres y mantuvo los bastiones de lucha. El pueblo organizado, dirigido por las dos alianzas (Pueblo Unido por la Vida Digna y ANADEPO), que se mantuvo firme y movilizado es el que produjo el milagro de una resolución positiva y expedita del máximo tribunal de justicia. No se olvide que el fallo anterior tardó 20 años y 5 años más en ser publicado.

Esta es una victoria de los compañeros y compañeras indígenas de todas las comarcas, pero especialmente de los Ngäbe-Buglés, que mantuvieron firmes los cierres en Tierras Altas, Horconcitos, San Félix, Tolé, Viguí, en Changuinola y diversos sitios de Bocas del Toro. Es un triunfo de los gremios docentes que sostuvieron los bastiones del río David, Santiago, Aguadulce y Penonomé. Es una conquista lograda gracias los bastiones de Pacora, de Colón, de Arraiján, de Chorrera, de la Iglesia del Carmen y tantos lugares, sostenidos por educadores, obreros de la construcción, jóvenes y pobladores. 

Tienen buena parte del mérito de este triunfo los estudiantes universitarios organizados y los vecinos de Viejo Veranillo que, junto a los trabajadores universitarios, sostuvieron el bastión de la Transístmica cerrado por un mes. Por supuesto, les tocan honores también a las decenas de miles de jóvenes y a las familias que acudieron disciplinadamente a la Cinta Costera y a la Corte a exigir la derogación de la Ley 406.

Esta victoria tiene una deuda particular con la firmeza de los moradores y pescadores de Donoso, vecinos de la mina, que impusieron el cierre marítimo al puerto minero. La derrota judicial de FQM se la debemos a la entereza de los docentes y sus gremios, que se sostuvieron en lucha pese a las amenazas del MEDUCA. Este triunfo le debe mucho a los dirigentes y afiliados al SUNTRACS cuya firmeza ayudó a sostener la lucha, pese a las campañas difamatorias de los medios de comunicación, gremios y funcionarios del gobierno.

Esta victoria tiene una deuda perenne con las familias de los compañeros caídos defendiendo sus bastiones: Agustín Morales, atropellado en Buena Vista Colón el 26 de octubre; Tomás Milton Cedeño García, atropellado en San Lorenzo, el 1 de noviembre; Abdiel Díaz e Iván Rodríguez, baleados en Chame el 7 de noviembre, por un abogado vinculado a intereses mineros.

En fin, este fallo no significa que la Corte halla dejado de ser un instrumento de los sectores del poder político y económico, que nombran a los magistrados, para sostener la impunidad y la corrupción imperantes en el país. No. La Corte no ha cambiado. Fue el pueblo el que con su lucha en las calles los obligó a declarar la inconstitucionalidad.

Necesitamos un gobierno honesto que defienda al país frente a las amenazas de la empresa:

Tal y como habíamos advertido anteriormente, daba lo mismo la derogación de la Ley 406  que la declaratoria de inconstitucionalidad, porque la empresa iba a demandar de todos modos, lo cual ya hizo, para que un tribunal foráneo defienda sus intereses. También ha tramitado ante el Ministerio de Trabajo el despido de 7,000 obreros. Está claro que ni a los gerentes canadienses, ni los accionistas internacionales, ni a los abogados, políticos y comunicadores panameños al servicio de FQM, les importa en absoluto con lo que opine el pueblo de Panamá ni sus tribunales. 

A los dueños de FQM sólo les interesa seguir saqueando los recursos minerales del país a cambio de casi nada. Ellos quieren seguir robándose el cobre y otros minerales panameños de manera impune porque las autoridades corruptas y vendepatrias de 5 gobiernos, sus Asambleas y jueces se lo han permitido. Los dueños de FQM están convencidos de que en Panamá seguirán gobernando políticos venales y títeres cuyos hilos mueven desde Morgan y Morgan. 

Esa esperanza de los saqueadores de FQM se funda en que casi todas las propuestas electorales de mayo de 2024 son tributarias de intereses mineros: José Gabriel Carrizo (abogado de Petaquilla Gold), Rómulo Roux (socio de Morgan y Morgan); Ricardo Martinelli (en 2011 intentó reformar Código Minero a costa de muertos y heridos); Martín Torrijos (uno de los expresidentes que no hizo nada frente al contrato); Ricardo Lombana (cuyo vicepresidente Michael Chen avaló el contrato en nombre de la Cámara de Comercio de Colón) y Melitón Arrocha (ocupó cargos ministeriales en tres gobiernos pro minera). 

Sólo dos candidatas a la Presidencia de la República se opusieron a la Ley 406, Zulay Rodríguez y Maribel Gordón, pero solo esta última ha estado en las calles acompañando la lucha contra el contrato minero.

Quienes lucharon denodadamente contra la destrucción ambiental y el robo de FQM deben pensar muy bien por quién van a votar en las elecciones de 2024, porque todo lo alcanzado con la lucha se puede perder si se elige un gobierno compuesto por funcionarios penetrados por los intereses mineros y el poderoso bufete de Morgan y Morgan. Funcionarios corruptos no defenderán consecuentemente el interés nacional frente a FQM.

La lucha contra el extractivismo es una lucha contra la globalización capitalista:

No basta elegir un gobierno honesto, hay que elegir uno que también tenga una comprensión de que enfrentar a FQM es una lucha contra un modelo económico extractivista, por el cual las empresas transnacionales de los países capitalistas (G-7), saquean los recursos naturales de los países dependientes o semicoloniales. 

Enfrentar a FQM es enfrentar un sistema internacional injusto, hecho para legitimar el saqueo económico y la donación política de nuestros países. Las leyes internacionales, los tribunales que deben dirimir estos litigios, los acuerdos de “libre” comercio, las instituciones como la Organización Mundial de Comercio (OMC), los organismos de crédito (Banco Mundial, FMI, BID), las calificadoras de riesgo, etc., trabajan para sostener ese modelo económico expoliador.

No podemos ser inocentes y creer que se respetará el derecho de una pequeña nación como Panamá. Hay que ser conscientes de los problemas que han tenido naciones hermanas cuando han querido controlar sus recursos nacionales y protegerlos de los depredadores capitalistas internacionales: sanciones, golpes de estado, sabotajes, etc.

Por eso se requiere que la vanguardia del movimiento popular panameña, generadora de esta victoria que celebramos, asuma como siguiente paso la consolidación de una alternativa que lleve a un cambio político institucional profundo, con una Asamblea Constituyente originaria. Se requiere trabajar por un gobierno que tenga la actitud, los argumentos y la estrategia para llevar la lucha contra FQM y el extractivismo a un terreno que rebasa las fronteras nacionales y que obliga a alianzas con países hermanos que enfrentan los mismos retos que Panamá.

Para derrotar definitivamente los antinacionales intereses mineros se requiere que la vanguardia que capitaneó esta victoria asuma conscientemente la construcción de proyecto de transformaciones que sea parte de la lucha por “otro mundo posible”, distinto a la globalización capitalista.

En Páramos del amor: escrituras del VIH y sida en la poesía puertorriqueña (2023), Daniel Torres Rodríguez combina ensayos, entrevistas y poemas de escritores gais que han convertido el sida en estética literaria. Desde esta combinación de géneros publicado por la Editora Educación Emergente, se traza una cronología de la enfermedad en las letras puertorriqueñas desde la década de los setenta hasta el presente. A través de esta cronología, se ofrece un análisis de las obras de Víctor Fragoso, Manuel Ramos Otero, Alfredo Villanueva Collado, Joey Pons, Moisés Agosto-Rosario, Ángel Lozada y Eïrïc R. Durändal Stormcrow. Para acercarse a estos autores, se toma en cuenta la importancia del sexilio. Los autores examinados emigraron a los Estados Unidos influenciados por la represión sexual en Puerto Rico. En los Estados Unidos, encontraron un anonimato y una apertura que no tenían en la isla ante el privilegio de unas expectativas impuestas por el patriarcado y que discrimina preferencias sexuales que no estén fundadas con el fin de procrear.

Desde el título del libro, se examina las escrituras sobre el VIH y sida como terreno por explorar. Por lo tanto, además de cronología, Páramos del amor… podría leerse como un intento de cartografía. Sin duda, se dibujan mapas literarios para guiar al lector. Al principio, el crítico nos remite a un lugar frío y desamparado. Un páramo cuenta con una superficie llana, poco fértil y desértica. Esta imagen se conecta con la reproducción sexual del sexo gay que no permite la progenie o con el sentimiento de desolación que muchos gais infectados con sida experimentan ante la inminencia de su muerte. Sin embargo, se aborda esta literatura con un oxímoron: los páramos están llenos de amor. Dentro de la aflicción, se abre un espacio para crear una estética que celebra el deseo por el cuerpo masculino y que se enfrenta a la enfermedad desde la escritura. Tanto los poetas como el crítico reconocen que la experiencia dolorosa del VIH y sida puede convertirse en fuente de inspiración. Las palabras no pueden sanar el cuerpo enfermo, pero mantienen vivo el acto creativo.

Al trazar una cronología de la enfermedad en estos poetas, se delinea a su vez el desarrollo de la literatura gay en Puerto Rico. Desde estas dos coordenadas, el crítico hace una doble contribución con Páramos del amor… a las letras puertorriqueñas. Por un lado, el uso de la metáfora de una enfermedad evoca a los autores del siglo XIX que intentan diagnosticar al país. Si bien podríamos tomar como referencia las “Crónicas de un mundo enfermo” de Manuel Zeno Gandía, muchos escritores no olvidan que la enfermedad y sus metáforas forman parte de la literatura anterior a Susan Sontag y su clásico estudio AIDS and Its Metaphors (1989). Por otro lado, el análisis de Torres Rodríguez muestra cómo escribir sobre lo gay se hace con más comodidad y aceptación que en el pasado. Ya no estamos frente a escritores que deben hacerse paso para desarrollar un tema, sino que nos encontramos con escritores que han recorrido un camino y que, ahora, pueden criticar los aciertos y desaciertos de las generaciones anteriores.  

Páramos del amor: escrituras del VIH y sida en la poesía puertorriqueña es un texto que celebra la diversidad. Al reunir ensayos, entrevistas y poemas de escritores gais que se enfrentan al virus, el libro llega a nosotros como collage para recordarnos que, a pesar de compartir una experiencia única, cada uno de estos escritores se acerca a la enfermedad y a su preferencia sexual desde un punto de vista particular. Hay visiones, voces, y reacciones distintas. Además, al trazar una cronología de la enfermedad, el estudioso está consciente de que esta cronología no es lineal. Por ejemplo, al estudiar la escritura de Manuel Ramos Otero, Torres Rodríguez se desplaza al pasado para explorar la obra de Víctor Fragoso y al futuro para analizar los textos de Alfredo Villanueva Collado. Se dibuja un mapa que se mueve en el espacio y en el tiempo. Por tanto, lo que une a este libro y a los autores examinados son los puntos de encuentro, las conexiones y convergencias que se pueden trazar entre homosexualidad, sexilio y enfermedad.

La diversidad está presente en la estructura misma del libro. El texto se divide en tres partes que aglutinan un género distinto. En la primera parte, “El síndrome bajo análisis”, se incluye un prólogo, cuatro ensayos de crítica literaria y un ensayo sobre representaciones artísticas de Néstor Millán. Con el prólogo, se presenta el tema además de ofrecer un contexto del origen del libro. Desde la primera oración, el lector sabe que tiene en sus manos un estudio crítico que resalta la experiencia personal. El primer ensayo, “La inmunidad en la lógica de la poesía del síndrome: Poemas de la lógica inmune de Joey Pons y Moisés Agosto-Rosario”, es la ampliación del prólogo al libro que se menciona en el título. Se examina esta poesía y se conecta con la décima puertorriqueña. En el ensayo “Imágenes retrovirales en la lírica boricua del VIH y sida”, se explora cómo aparece la enfermedad en una serie de poemas. Escribir sobre el sida no es un acto aislado, sino una red que une a escritores gais. En el siguiente ensayo, “De la metáfora silenciosa de Víctor Fragoso a la metáfora contagiosa de Manuel Ramos Otero y a la poética de la ira de Alfredo Villanueva Collado”, se identifica una posible lectura del virus en la escritura de Víctor Fragoso además de identificar coincidencias entre su escritura, la de Manuel Ramos Otero y Alfredo Villanueva Collado. El ensayo “El síndrome de Lázaro: Moisés Agosto-Rosario, Ángel Lozada y Eïrïc R. Durändal Stormcrow”, continúa rastreando la representación literaria del VIH y sida en generaciones más jóvenes. Para concluir, la sección se cierra con un ensayo sobre el arte de Néstor Millán.

En la segunda parte, “Ellos tienen la palabra: Entrevistas a los poetas”, se incluye una variedad de textos. Además de las entrevistas a Alfredo Villanueva Collado, Joey Pons, Moisés Agosto-Rosario y Eïrïc R. Durändal Stormcrow, se añade un comentario a una carta inédita de Manuel Ramos Otero y  una “Oda al SIDA” de Ángel Lozada. Todas las entrevistas se presentan con una breve introducción que selecciona las ideas principales de los escritores. Aunque cada autor fue entrevistado individualmente, el lector tiene la sensación de presenciar un debate. Alfredo Villanueva Collado hace énfasis en el aspecto político de la literatura gay y pone en contexto su desarrollo en la década de los setenta. Para este autor, la insistencia en el tema de la nacionalidad hizo que no se les diera más atención a voces interesadas en escribir sobre lo sexual. Perteneciente a una generación más joven, Joey Pons se centra en las nuevas tendencias y el desplazamiento de la literatura gay por el interés en la literatura queer. Miembro de la misma generación, Moisés Agosto-Rosario celebra la existencia de un espacio visible para la literatura gay. Por su parte, Ángel Lozada utiliza la escritura misma para reflexionar la conexión entre lo gay y el VIH. Finalmente, Eïrïc R. Durändal Stormcrow resalta la familiaridad con que ahora nos acercamos a esta literatura y hace un llamado a apoyar nuevas voces. Tal como hace Torres Rodríguez, estas entrevistas funden crítica literaria y experiencia personal.

Finalmente, en la tercera parte, “Poesía del síndrome”, se ofrece una selección de poemas de Víctor Fragoso, Moisés Agosto-Rosario, Joey Pons, Ángel Lozada y Eïrïc R. Durändal Stormcrow. Lamentablemente ni los herederos de Manuel Ramos Otero ni los de Alfredo Villanueva Collado respondieron al pedido del crítico para publicar tres poemas de cada poeta en esta parte. La inclusión de los poemas analizados en el libro facilita el acceso a los textos. Muchos de estos poemarios no se encuentran en librerías o solo son accesibles a través de bibliotecas. Consciente de los lectores, Torres Rodríguez comparte los versos en su totalidad para que podamos leerlos sin su interpretación y, a la misma vez, para incluir el objeto de estudio que apoya su análisis. De este modo, la estructura tripartita del libro empieza desde la mirada del crítico, pasa a través de las voces de los autores y culmina con la palabra misma. Dicho de otro modo, crítica, opinión y texto nos permiten auscultar cómo la literatura gay ha logrado crear una estética de la enfermedad a través de la poesía.

Páramos del amor: escrituras del VIH y sida en la poesía puertorriqueña es un conjunto de voces. A través de las letras, podemos oír a los escritores con sus opiniones, pero también a los enfermos que se refugian en sus versos. Sin embargo, hay una voz indirecta que aparece a lo largo del texto: la voz del autor del libro. Además de darle unidad al volumen, esta voz de Torres Rodríguez aparece para dar testimonio de la relación que ha tenido con estos autores. Igualmente, selecciona epígrafes al principio de cada ensayo tanto para atraer como para guiar el acto de lectura. Aunque los autores son los que escriben, Torres Rodríguez se convierte en orfebre de la palabra. Sabe usar los materiales a su disposición y, por tanto, también podemos ver el goce por las letras desde su posición de lector.

Con armonía, Torres Rodríguez se luce como crítico y escritor. Durante 40 años, se ha dedicado al estudio de la poesía virreinal y contemporánea publicando libros y ensayos académicos. Ha estudiado la anti-poesía conversacional hispanoamericana, con especial interés en la escritura del poeta mexicano José Emilio Pacheco, y la poesía gay en Puerto Rico. Además, ha publicado novela, ensayo, cuento y poesía. Amén de una sólida carrera literaria, Daniel Torres Rodríguez se acerca a esta poesía desde la hermandad que lo une con aquellos que se dedican a la palabra. El crítico no esconde su excelente calidad humana y su capacidad para ser solidario con el otro. En su análisis del VIH y sida, no hay discrimen, juicio o culpa, sino camaradería con estos autores y un reconocimiento a su escritura sin alejarse de su compromiso intelectual. Los lectores futuros podrán juzgar la calidad de sus textos, la rigurosidad de su trabajo y la contribución a la disciplina.

Finalmente, Páramos del amor: escrituras del VIH y sida en la poesía puertorriqueña es un texto que se convertirá en punto de referencia para los interesados en el tema de la escritura del VIH y sida en las letras puertorriqueñas. Tal como hace Torres Rodríguez en los ensayos y los autores en las entrevistas, la presencia de la enfermedad en la literatura gay puertorriqueña debe examinarse cada década para entender cómo las actitudes han cambiado. Sin duda, este trabajo cuidadoso dará paso a seguir identificando textos que elaboran una estética del virus y a motivar a otros escritores a que escriban sobre sus experiencias. Del mismo modo, apuesto a que este libro se convertirá en fuente de inspiración para que más voces femeninas se atrevan a desarrollar el tema o a que estudiosos se animen a rastrear las imágenes retrovirales en nuestras escritoras puertorriqueñas.

La poética del VIH y el sida en la literatura puertorriqueña que se nos presenta es una invitación a leer al otro infectado, marginado y exiliado. A través de versos, estos autores gais se han acercado a la enfermedad desde el acto de creación. Sin duda, ellos han recorrido un camino duro semejante a los páramos o desiertos secos y desamparados. Daniel Torres Rodríguez ha trazado un mapa en el tiempo para acercarnos a ellos y recordarnos que no hay nada más poderoso que el amor.

Treinta tantos años atrás, cuando Estados Unidos invadió Panamá, el mundo vivía una coyuntura histórica de cambio de signo político; la Guerra Fría agonizaba, aunque no nos dábamos cuenta. Semanas antes habían empezado en Europa Oriental y la República Democrática Alemana las movilizaciones que culminaron con la caída del Muro de Berlín y, meses después, con la desaparición de la Unión Soviética y el llamado Bloque Socialista. 

Aunque no éramos conscientes de ello, se estaba produciendo una derrota social y económica para la clase trabajadora mundial, gracias por causa del modelo neoliberal; y una derrota ideológica y política para el movimiento comunista, la cual se hizo extensiva a todos los proyectos de “izquierda”. Una derrota relativa, por supuesto, pero derrota, al fin y al cabo. 

No vimos venir la nueva coyuntura. Tan es así que la revista internacional de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT-CI) editorializó, en diciembre de 1989, que una invasión a Panamá era imposible. 

Influidos por esos criterios erróneos, la noche del 19 de diciembre, el Comité Ejecutivo del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de Panamá estuvo reunido hasta tarde analizando los informes sobre una posible invasión, pero se descartó la idea. Nos despedimos hasta el año nuevo. Poco después de llegar a nuestras casas las bombas despejaron todas las dudas.

La época de los Acuerdos de Paz en Centroamérica:

La coyuntura 1989-90 también implicó un cambio de época en Centroamérica. Veníamos de 20 años de guerras civiles contra las dictaduras militares apoyadas por el Pentágono, cuyo cénit fue la victoria de la Revolución Sandinista en 1979, que abrió diez años a un gobierno del FSLN presidido por Daniel Ortega y los 9 comandantes. Aunque esa revolución fue sitiada, como todas, y agredida por Estados Unidos (recordemos el escándalo Irán-Contras), su triunfo dio impulso a los procesos revolucionarios en Honduras, El Salvador y Guatemala.

Sin embargo, contra todo pronóstico, aquel diciembre de 1989 se gestaba una nueva fase que inició con una gran ofensiva militar del FMLN en San Salvador, la cual terminaría no con la victoria tan esperada, sino en una mesa de negociaciones que puso fin a la guerra e incorporó a los exguerrilleros a la política nacional, por supuesto, sin que se cumpliera ninguno de los objetivos políticos y sociales que habían guiado la lucha armada. 

Los Acuerdos de Paz se extendieron a Guatemala también y abrieron una época de 20 años de estabilidad política basada en gobiernos seudodemocráticos y neoliberales, con los guerrilleros devenidos en partido político. 

Para decepción de muchos, en paralelo se dio la derrota electoral del FSLN en Nicaragua y la asunción al poder de doña Violeta Chamorro, al frente de una coalición de derechas, con lo cual se cerró el ciclo revolucionario abierto en 1978-79.

Panamá, del acuerdo neoliberal EEUU-Noriega a la invasión

Panamá venía de una década de crisis política creciente, acicateada desde arriba por una lucha por el control del liderazgo militar, luego de la muerte del general Omar Torrijos, en 1981; y desde abajo, por la resistencia a la aplicación de políticas neoliberales, que se expresó en una oleada de huelgas y movilizaciones, especialmente a partir de 1984, cuando EE UU y los militares impusieron mediante el fraude electoral a Ardito Barletta, funcionario del Banco Mundial.

Aunque el general Manuel A. Noriega recibió como apoyo del Pentágono la asistencia militar para crear un ejército (las Fuerzas de Defensa) que sustituyera al norteamericano a medida se concretaba la reversión del canal con el cumplimiento de los Tratados de 1977, cuando la crisis iba en escalada y la figura del general concitaba el repudio popular, Washington empezó a pedirle, al principio muy cuidadosamente, que pusiera fecha a su jubilación. Pero en febrero-marzo de 1988 se produjo la ruptura entre ambos aliados (EE. UU.-Noriega), misma que se formalizó en sanciones económicas muy duras para el país.

Según el periodista Bob Woodward, la decisión definitiva de invadir Panamá se tomó luego de las fracasadas elecciones presidenciales, en mayo de 1989. En ese momento se planeó una estrategia para rediseñar las instituciones políticas del país y probar nuevos criterios con los cuales hacer la guerra en el extranjero y superar el llamado Síndrome de Vietnam.

En Panamá se estrenaron métodos y armamento que serían habituales en las dos Guerras del Golfo y en Afganistán.

El sofisticado armamento del ejército estadounidense utilizado en la invasión a Panamá incluyó los últimos adelantos tecnológicos alcanzados por ese país en el «arte» de hacer la guerra, y que luego serían usados masivamente en la guerra del Golfo Pérsico: bombarderos Stealth F-117, bombas de 2,000 libras, misiles Hellfire, helicópteros y lanzamisiles Blackhawk, Apache AH-64 y Cobra, aviones de asalto A-37, cañones de fuego rápido de 30 mm, vehículos HMMWV (Hummer) con  ametralladoras de alto calibre, fusiles M-16 con mirilla infrarroja. 

Diversos organismos de derechos humanos, entre los que podemos mencionar a la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (ALDHU), consideraron que tal despliegue de capacidad bélica, muy superior al armamento de las Fuerzas de Defensa panameñas, no sólo era injustificado, sino que era violatorio de la Convención de Ginebra (Protocolo I, título III, sección I) que «prohíbe expresamente el empleo de armas, proyectiles, materias y métodos de hacer la guerra que causen males superfluos o sufrimientos innecesarios».

La manipulación de la verdad y el control a la prensa, la principal arma de EEUU:

Pero lo más novedoso de la invasión consistió en el control de la prensa, que impidió a los periodistas acceder a las zonas de conflicto para que no reportaran situaciones de violación a los derechos humanos y crímenes contra civiles, una de las causas del repudio generalizado a la guerra de Vietnam. Por eso la inexistencia de imágenes directas del combate y la prevalencia de tomas lejanas o posteriores. 

El periodista que mejor documentó con imágenes la invasión, el español Juantxu Rodríguez, fue sospechosamente asesinado por las tropas norteamericanas con un certero tiro en la cara, en la puerta de su hotel, en una zona en la que no había combates.

Desde el primer momento de la invasión, la mentira y la manipulación de la verdad fue una estrategia clave del gobierno de George Bush y sus aliados en los medios de comunicación. Este método se ha vuelto clave en todos los conflictos en que interviene Estados Unidos, militar o políticamente, desde Venezuela a Bolivia, en el último período. En Panamá sirvió para amedrentar a las víctimas y sus familiares imponiendo la mentira de que todos eran norieguistas y delincuentes.

Panamá: 30 años de régimen oligárquico y neoliberal gracias a la invasión

Frecuentemente explicamos a los jóvenes que la invasión no fue algo malo que le pasó a gente que no conocieron. La invasión y sus consecuencias se han padecido por treinta años: 

Un régimen político antidemocrático controlado por cuatro partidos que a su vez son manejados por un par de grupos económicos; 

Una política neoliberal de privatizaciones, apertura de mercado y reformas laborales impuestas por el Convenio de Donación de julio de 1990; 

Un título constitucional sobre el canal de Panamá que lo ha colocado fuera del alcance del pueblo panameño y sus organizaciones sociales y en manos de una oligarquía depredadora;

Unos “acuerdos de seguridad”, como el Salas Bequer, que son una burla de los Tratados de 1977 y una continuidad de bases militares extranjeras en el país.

Treinta años ha costado en Panamá que la gente empiece a comprender la esencia antidemocrática y corrupta del régimen actual y todos sus órganos del Estado. Una nueva generación se ha levantado contra el lavado de cara que quieren hacer con las reformas constitucionales que no cambian nada. Luchando por verdaderas transformaciones, la juventud ha ganado la calle y rodeado la Asamblea Nacional.

Treinta años también han tardado decenas de familiares y de víctimas de la invasión en atreverse a salir del ostracismo y narrar los horrores que han vivido el 20/12/89. Tres décadas no han sido suficientes para que la sociedad panameña procese mental e intelectualmente el trauma de la invasión, aún cuando se la han dedicado ensayos, poemas y novelas, documentales y hasta películas.

El signo de los tiempos está cambiando y en América Latina ha empezado un ascenso revolucionario

El tiempo y la historia no se detienen. Si “el mundo cambió” en 1989-90, ahora, treinta años después, está volviendo a cambiar. Si bien aún no se ha cuajado en una revolución triunfante, como las de hace un siglo (rusa, mexicana, etcétera) no hay dudas de que la globalización neoliberal capitalista está en crisis, de que una nueva generación de jóvenes en todos lados (como ocurrió en 1968) se ha lanzado a luchar y cambiar el mundo, y de que cada vez más personas comprenden que el capitalismo está destruyendo con miseria a los trabajadores y con polución a la naturaleza, como señalara Carlos Marx.

Desde los millones que se movilizan para salvar al planeta del cambio climático, de los que la joven Greta es el símbolo central, pasando por las luchas de los chalecos amarillos y los trabajadores en Francia, las movilizaciones juveniles en Irak y, en especial, en América Latina, con la juventud chilena, colombiana y costarricense a la cabeza, así como también la masacrada juventud hondureña y nicaragüense, y los indígenas ecuatorianos y bolivianos. En fin, una nueva generación ha echado a andar.

Panamá no escapa a ello y así lo demostraron las movilizaciones contra la reforma constitucional de 2019. Acá continuamos la lucha que empezó el 20 de Diciembre de 1989 contra la ocupación del imperialismo yanqui y las consecuencias sociales y económicas de la última invasión.

Se ha llevado a cabo en La Habana, Cuba, entre los días 18 y 19 de noviembre, la Cuarta Conferencia “La Nación y la Emigración”. Se produce la misma en el 45 Aniversario de los acercamientos iniciados en 1977 por jóvenes cubanos salidos de país fueron el preludio al viaje de la Primera Brigada Antonio Maceo. Este esfuerzo inicial desembocaría un año más tarde, en 1978, en el inicio de los Diálogos, y más adelante, en tres conferencias  llevadas a cabo en 1994, 1995 y 2004.

La Primera Conferencia de la Nación y la Emigración se llevó a cabo en los días 22, 23 y 24 de abril de 1994 con la participación de 200 cubanos residentes en 77 países; la Segunda Conferencia en noviembre de 1995 con la participación de 332 invitados provenientes de 34 países; y la Tercera Conferencia en mayo de 2004 con la participación de 521 representantes de origen cubano residentes en 49 países. En esta Cuarta Conferencia se acreditaron 361 participantes provenientes de 50 países.

         Como parte de los paneles de discusión compartidos entre cubanos residentes en el exterior y las autoridades cubanas se incluyeron temas como: (a) los vínculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior, incluyendo la política migratoria y la política en general sobre el tema por parte de las autoridades cubanas; (b) el tema de la cultura y la identidad; (c) el Desarrollo Económico y las Inversiones; y  (d) la comunicación social y las tecnologías.

         De acuerdo con el discurso pronunciado por el Ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, estos eventos destacan la importancia que reviste para el gobierno cubano “la necesidad de restablecer lazos con aquellos cubanos que por diversas razones habían salido del país, en especial a los Estados Unidos, y que, con independencia a su inclinación política, tenían el deseo de regresar o establecer contacto con la Patria y sus familias.”

         En su discurso también hizo referencia a cómo, las tres Conferencias previas, “permitieron el acercamiento, ampliar la composición de los participantes en el diálogo procedentes de varios países, no sólo de los Estados Unidos.” Se logró con ello “diseñar con mejor estructura y mayor institucionalidad la política de acercamiento e inserción de los entonces emigrados en la vida nacional.”

         El presidente cubano, Miguel Díaz Canel por su parte, destacó en su intervención el efecto emocional que apenas unas semanas antes tuvo cuando junto a su familia, había vuelto a ver el documental titulado “55 Hermanos”. El filme se refería a la visita hecha a Cuba en 1977 por la Brigada Antonio Maceo, compuesto dicho contingente por jóvenes cubanos que, desde la emigración, iniciaron los acercamientos con la Revolución Cubana. Entre ellos destacó los casos de dos mártires de este proceso, nuestro siempre recordado Carlos Muñiz Varela y José Eulalio Negrín Santos, ambos asesinados por la contrarrevolución cubana.

         Valorando estos eventos que unen a los cubanos en Cuba con aquellos que residen en el exterior, señaló que una de las virtudes que han tenido los encuentros es que “no depende de las relaciones, los contactos o incluso la opinión de otros gobiernos. ¡Este es un ejercicio estrictamente cubano, entre cubanos y para los cubanos!”

         Díaz Canel en su denuncia al Bloqueo impuesto a su país por los Estados Unidos, destacó que en los primeros 14 meses de la Administración de Joseph Biden, sus efectos sobre Cuba habían producido una afectación diaria estimada en $15 millones diarios, producto de más de 200 sanciones adoptadas contra el país. Destacó igualmente que ante los esfuerzos del gobierno de los Estados Unidos por aislar a Cuba, desde la sociedad civil, en 57 países, se levantan hoy 138 asociaciones de cubanos  en apoyo y solidaridad con la Revolución Cubana. Afirmando “la fórmula martiana de una Cuba con todos y para el bien de todos”, dejó claro que en ese “todos” no tienen cabida “los que conspiran contra la nación para agredirla y ofenderla, los que piden invasión y licencia para matar a su propio pueblo, ni aquellos que manchan la Bandera de la Estrella Solitaria con la vocación anexionista de convertirnos en el Estado 51 de la Unión americana, y acosan y agreden a los artistas y deportistas que nos representan en escenarios y eventos internacionales”.

         Muy significativa fue la intervención en el programa “Mesa Redonda” que transmite la televisión cubana del Director General de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior (DACCRE), Ernesto Soberón Guzmán. Entre lo que destacó en los pasados años, se encuentran la participación de cubanos residentes en el exterior en el proceso de consulta llevado a cabo en torno al pasado anteproyecto de Constitución, en el cual indica, participaron cubanos en más de 130 países expresando sus opiniones de las cuales el 40% ellas “quedaron reflejadas en el texto.” Igualmente, señaló la participación de cubanos residentes en el exterior en la discusión del recientemente aprobado Código de Familias.

         El coronel Mario Méndez Mayedo, Jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior, mencionó cómo Cuba había ido actualizando su política migratoria. Para ello tomó la experiencia de la Revolución Cubana dividiéndola en varios períodos: (a) 1959-1969, donde a partir de 1961 se comienza a establecer, aunque de manera restrictiva, los permisos de entrada; (b) 1970-1979, donde se propicia la reunificación familiar mediante visados por razones humanitarias y se autoriza la entrada por grupos. Es dentro de este período que se propicia el primer diálogo con cubanos residentes fuera de Cuba; (c) 1980-1989,  donde se genera el Permiso de Residencia en el Exterior y autorizaciones de viajar a varones mayores de 60 años y mujeres mayores de 55 años; (d) 1990-2012, así como desde el 2013 en adelante, se eliminó el permiso de salida y carta de invitación, se extendió hasta 24 meses la estadía en el exterior, se amplió la salida de familiares, la salida de menores y las causales de reasentamiento; se desregularon las salidas de menores de forma legal, la entrada al país por razones humanitarias, se estableció la edad de 18 años para gestionar pasaportes y se amplió el tiempo de visitantes  cubanos al país; en 2016 se permitió la entrada y salida de pasajeros y tripulaciones en buques mercantes y de pasajeros.

En el año 2018 de autorizan las entradas y salidas de cubanos residentes en el exterior en embarcaciones de recreo; la entrada de cubanos que salieron ilegalmente (salvo los salidos por Guantánamo); en 2023 extender por 10 años la validez de los pasaportes a cubanos de 16 años y de 5 para menores de edad.

De acuerdo con el funcionario, entre 2013 y 2022 han viajado al exterior 7.7 millones de cubanos; en 2022 salieron 864,019 cubanos y en lo que va de 2023, 904,568. Se estima que el acumulado de una década para el año 2023 alcance 9 millones de salidas.

Elier Ramírez Cañedo, en su libro titulado Cuba y su Emigración, 1978: Memorias del Primer Diálogo, recopila una serie de eventos relacionados con las primeras tres Conferencias “La Nación y la Emigración”. Sobre la Primera Conferencia destaca algunas medidas adoptadas por el gobierno cubano, entre ellas: (a) la creación de la Dirección de Atención a los Cubanos Residentes en el Exterior, la cual posteriormente pasaría a llamarse “Dirección de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior (DACCRE), adscrita al Ministerio del Exterior; (b) Eliminación del requisito de esperar 5 años para poder visitar Cuba a cubanos que emigraron legalmente; (c) autorización a. jóvenes cubanos residentes en el exterior a estudiar postgrado en Cuba; (d) publicación de revista Correo de Cuba, dirigida por cubanos en el exterior; (e) eliminación de tener que hospedarse en hoteles a los emigrados que visiten familiares; (f) reducción  hasta 18 años de la edad mínima para viajes personales al exterior; (g) ampliación de 6 a 11 meses de estadía para viajes temporales al exterior; (h) flexibilización en causales de repatriación a mayores de 60 años o menores de 16 desvalidos; y  (i) eliminación de permiso de entrada para poseedores de Permiso de Residencia en el exterior.

En el marco de la Segunda Conferencia, se introdujeron otros cambios, a saber: (a) la “Vigencia de Viaje”, consistente en permiso de entrada múltiple, permitiendo entrar y salir del país sin tener que pedir nuevo permiso; (b) autorización a jóvenes cubanos residentes en el exterior de cursar estudios universitarios en Cuba; (c) se aprueba la nueva Ley de Inversiones Extranjeras autorizando a cubanos residentes en el exterior a invertir en Cuba; y (d) flexibilización a intelectuales y artistas que cumplían contratos en el extranjeros  y abandonaron sus misiones oficiales de una moratoria por cinco años para regresar a Cuba.

La Tercera Conferencia propició: (a) eliminación del permiso de entrada y extensión por 30 días sin ningún otro trámite; (b) creación de oficina adscrita al MINREX para atender situaciones de cubanos residentes en el exterior; (c) otorgación de becas universitarias para hijos de emigrantes cubanos; (d) creación de cursos de verano en español sobre historia y cultura cubanas diseñado para descendientes de cubanos; (e) la restitución de la Ciudadanía Cubana a 7 ex integrantes de la Brigada Invasora en Playa Girón; (f) enmiendas a la Ley de Migración de 1976.

Entre los cambios introducidos a la Ley de Emigración se encuentran: (a) salida del país por 24 meses sin perder la condición de residentes en Cuba; (b) titulares de pasaporte corriente no requieren permiso de salida del país ni carta de invitación; (c) grupo de personas queda sujeta a condiciones especiales para permiso de su salida del país; (e) aumento en las causales de repatriación de quienes salieron del país con menos de 16 años, quienes han mantenido posiciones consecuentes en la lucha contra el bloqueo y otras acciones contra Cuba y razones humanitarias; (f) extensión de 60 a 90 días emigrados que visiten el país; (g) entrada al país de quienes salieron ilegalmente si llevan más de 8 años fuera, incluyendo personal médico y atletas que abandonaros sus misiones y equipos; (h) derogación de Ley 989 que permitía decomisar los bienes de quienes emigraban definitivamente y flexibilizando los traspasos de titularidad.

En ocasión del IV Encuentro realizado en Washington el 28 de octubre de 2017 el Canciller Bruno Rodríguez Parrilla dio a conocer nuevas medidas, a saber: (a) la eliminación del requisito de habilitación del pasaporte cubano para emigrados que viajen a Cuba; (b) autorización para entrada y salida  de Cuba a residentes cubanos que vivan en el exterior en embarcaciones de recreo a través de determinadas marinas turísticas internacionales; (c) el permiso de entrada a aquellos que salieron ilegalmente, salvo quienes lo hicieron a través de Guantánamo; (d) eliminación del requisito de avecindamiento para los hijos de cubanos residentes en otros países que hayan nacido en el extranjero permitiendo obtener ciudadanía cubana y documento de identidad.

Finalmente, destaca Ramírez Cañedo, en el proceso de aprobación de la nueva Constitución aprobada el febrero de 2019, se permitió a los cubanos residentes en el exterior, participar con sus comentarios y opiniones a través de una plataforma de internet creada por el Ministerio de Relaciones  Exteriores.

Ciertamente se han dado grandes pasos a lo largo de las pasadas décadas en un esfuerzo real de las autoridades cubanas por normalizar los intereses del Estado con las relaciones entre los cubanos residentes en Cuba y en el exterior; como también la normalización de las salidas de cubanos al exterior y sus potenciales regresos a su país de origen. De lo que se trata es de cómo ir ampliando las relaciones del Estado cubano con los nacionales cubanos; es decir, con aquellos nacidos en Cuba, aquellos hijos e hijas de personas nacidas  en Cuba y aquellos/as descendientes de éstos.

Aquel primer esfuerzo de 55 jóvenes cubanos continua dando hoy sus frutos.

Creo que la mayoría de los puertorriqueños deben reclamar la independencia de Puerto Rico. Sirve para satisfacer la necesidad de aliviar la desesperanza y la fatal realidad. Vivimos tiempos de incertidumbre económica en lo local y lo internacional. Eso nos debería obligar a tener el control de nuestro destino como pueblo. Sí, somos un pueblo geográfica, étnica y culturalmente distinto al de los Estados Unidos. Esos elementos, antes mencionados, son los que se recogen para definir que es un pueblo para el derecho internacional. Esos elementos están siempre presentes en nuestras vidas y nos acusan de ser un pueblo; “boricua pa’ que tú lo sepas”.

En un reciente artículo publicado en el periódico Primera Hora, bajo el título “El País Que Todos Queremos” por Osman Pérez Méndez (11/16/2022), se recopilan dos cuadros que se proyectan para el 2047, uno el que seremos y otro al que debiéramos aspirar. Pintan un cuadro trágico para el 2047, que no hace falta esperar ni un día más excepto para que se alcancen números aún peores, tanto en lo económico como en lo climático, pero con menos puertorriqueños y más extranjeros. Lo irónico es que ellos señalen que se pueden alcanzar resultados diferentes y hasta opuestos sin mencionar siquiera que ocurran cambios en nuestra relación colonial con los Estados Unidos.

Al parecer, según los profesores consultados, en la colonia todo es posible y se puede ir del infierno al cielo sin cambiar nada en nuestra relación política. En realidad, de lo que depende, según estos profesores, es de cómo utilicemos sobre 80 mil millones de fondos federales que hay aprobados. Eso hace suponer que eso de cómo utilizar esos fondos lo decidimos nosotros. Para que tengan una idea, en Haití cuando ocurrió el terremoto, los norteamericanos le asignaron 8 billones para su rescate y de esos menos de medio billón llegó a manos del gobierno haitiano. Pero si de ejemplos recientes se trata, miren la contabilidad de 52 mil millones aprobados para ayudar a Ucrania y de 37 billones más que están en camino. A Zelensky solo le faltan nuestros profesores para que le den idea de cómo se pueden utilizar esos dólares.

Y es que resulta cuando menos incómodo ver como intelectuales puertorriqueños pierden de vista que este desastre es el resultado de un proceso colonial. Eso quiere decir que se gestiona, por muchos medios, el mantenernos en un estado de dependencia y efectivamente divididos. Por eso habrá que añadirle que están divorciados de la realidad porque estos profesores se van al extremo, como los economistas, para hacer proyecciones “Ceteris Paribus”, es decir todo lo demás se queda igual. Claro, pueden proyectar unas aspiraciones para solucionar un problema que pueden describir muy bien pero no saben de dónde les viene. Quizás por eso pueden fantasear con las ideas de cómo utilizar asignaciones federales, que según su diagnóstico es parte del problema, sin explicar cómo hacer para desaparecer las causas.

Hay razones políticas de peso para reclamar nuestra independencia. “Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.” Así lo establece el primer inciso del artículo primero del “Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos” en vigor desde 1976 y firmado por 173 países. El mismo pacto fundamenta ese derecho en el segundo inciso que dice eso será; “Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional.” Los puertorriqueños necesitamos y debemos tomar la decisión de iniciar ese proceso de libre determinación como lo establece la resolución 1514 XV de las Naciones Unidas.

¿Cómo debemos iniciar ese proceso de libre determinación? Debemos comunicarle al mundo y al gobierno de Estados Unidos, nuestro deseo, irreversible e irresistible, de lograr nuestra independencia como pueblo. Esa iniciativa debe nacer de nuestra asamblea legislativa que es el órgano que representa a todas las vertientes políticas de mayoría y minoría en Puerto Rico. Se debe levantar un legislador, o legisladora, puertorriqueña y presentar esa resolución haciendo esa proclama. Lo deberá hacer cuantas veces sea necesario hasta su aprobación en ambas cámaras.

La importancia de ese acto es obvia. Además, se acaba el cuento de que los puertorriqueños no estamos unidos para resolver nuestro problema colonial. Por otro lado, se debe incluir en esa resolución algo que es de interés para todos los puertorriqueños que desean acabar con la desidia de los norteamericanos de resolver nuestra condición colonial. Eso es pedirle que cumplan el deber de informar al Comité para la Descolonización de la ONU, bajo el artículo 73 del capítulo XI de la Carta. 

Colocar a Estados Unidos en el deber de informar es útil a todos los puertorriqueños por igual. Esto permitirá que los norteamericanos se vean, presionados por la comunidad internacional, obligados a comprometerse no solo con nosotros sino con los demás pueblos del mundo a cumplir con estos informes para demostrar el alcance obtenido por Puerto Rico en las áreas económicas, sociales y educativas.

La independencia no fantasea con los fondos federales. Sabemos que es el estado colonial de dependencia la causa del actual estado de la economía sin crecimiento, con la fuga de profesionales, el desplazamiento poblacional, el rentismo financiero, la especulación con los bienes inmuebles, el despojo de los haberes del gobierno y la privatización de los servicios esenciales. Eso mantiene un pueblo en el hacinamiento con miles de hogares donde conviven más de una familia. Miles viviendo en la precariedad de sueldos de hambre, miles que buscan tener más de un empleo, miles que viven en la ilegalidad de tener subsidios gubernamentales, pensiones de seguro social y a la vez empleos fuera de nóminas o pequeñas empresas de ventas de todo tipo de productos caseros y artesanales para reunir el pan nuestro y poder pagar por todas las facturas y para hacer de tripas corazones y vender el desayuno para comprar el almuerzo. La colonia es también ver como una clase política entregada, a intereses imperiales, le impone a todos la responsabilidad de pagar las deudas del desgobierno colonial.

Ser independientes asume, no supone, que somos nosotros los que vamos a transformar esa realidad con los recursos de nuestro pueblo, con nuestro trabajo y con nuestro ingenio. Tenemos los hombres y mujeres capaces para lograrlo y a eso le añadimos las herramientas de la soberanía que nos permiten entrar al juego y el acceso al libre intercambio con otros países como resultado lógico de ese mismo hecho. Serán nuestras decisiones y nuestras acciones las que enfrentarán los escollos del coloniaje. Romper con la dependencia como el adicto en frío y lograr las alianzas de negocios que faciliten el crecimiento y fortalecimiento de nuestra economía. Existen numerosas oportunidades para enfrentar la crisis energética, el abaratamiento de costos de transporte y de mercancías, acceso a mercados nuevos e intercambiar recursos, así como acceder a nuevas tecnologías. Todo dentro del marco real y posible de la independencia. 

El próximo año son las elecciones.  En ella, se escogen los administradores que serán la fachada de la colonia por los próximos cuatro años.

Y con la administración viene la posibilidad del guiso y robo, el PNP organización corrupta hasta el tuétano, se va preparando para ganarlo todo.  Y para ello utiliza su cómplice de años, el periódico El Nuevo Día.

¿Quién representa El Nuevo Día? Primero, a la familia Ferrer, capitalistas neoliberales, derechistas, aliados incondicionales de los estadounidenses y colonialistas. Los une al PNP, el deseo del guiso fácil y la ideología, no podemos olvidar que el patriarca de la familia fue el fundador del PNP, y propulsor de la ideología colonial anexionistas.

Ambos, El Nuevo Día y el PNP, viven de ser intermediarios del gran capital extranjero y del régimen.  Sus riquezas y beneficios han sido construido con la explotación del puertorriqueño. 

Su periódico nunca ha sido objetivo o imparcial, siempre y repetimos siempre ha ido en contra del pueblo.  Por eso apoyaron el IVU abusivo, el despido de los empleados públicos con la Ley 7, el quitarles derechos a los trabajadores, el robo de LUMA.  Siempre al lado de los extranjeros y bonistas.

Y como quieren ganar y quieren seguir guisando se preparan.  Por eso, la encuesta del periódico.  De acuerdo con la encuesta del Nuevo Día, no importa lo que quiera el pueblo, el Nuevo Día dice que gana Pierluisi y el PNP, como quiera.  Gana porque gana, nadie más tiene oportunidad.  Nada importa que Pierluisi sea un dulce chupao, sin proyecto, sin logros, no importa, de acuerdo con el periódico de los blanquitos, el tipo y su partido gana.  Quiere decir que la encuesta sea válida, hombre no, las encuestas del Nuevo Día son famosas por nunca pegar nada.  El propósito es otro, es dar la impresión de que el PNP va a ganar y para que la gente no cuestione cuando el PNP se las robe como hizo el 2020.

El PNP se robó los comicios del 2020, sin duda alguna.  Lo hicieron con la utilización de su reforma electoral, especialmente con el voto ausente y voto adelantado.  Aumentaron el voto ausente y pusieron a gente que no vive aquí a votar.  La segunda parte del robo fue el voto adelantado y a los encamados.  En una práctica inmoral, el PNP puso a votar cientos de ancianos de hogares, con condiciones de demencia senil y Alzheimer.  Personas mayores, enfermos, que no tenían idea ni donde estaban, ni sus propios nombres, los pusieron a votar, sin consideración, ni pensar en la dignidad de esas personas.  Una total desfachatez.

Esa es la razón para la encuesta de El Nuevo Día, para que usted no diga nada cuando el PNP se robe las elecciones del 2024.

Aclaramos, esto no es un endoso para el otro partido corrupto y neoliberal el PPD, para nada.  Tampoco es un endoso para decirle que acción debe tomar con respecto a participar o no participar en el proceso.  Es solo una explicación del manipuleo entre un partido el PNP, un periódico, el Nuevo Día, que han sido y son una de las instituciones más corruptas y cómplices del saqueo que implementa los Estados Unidos en Puerto Rico. Ojo al pillo… 

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