Hay instantes en los que reniego de la existencia de Dios, y siento rabia, de saber que se va en el largo viaje gente buena, joven, trabajadora, que solo buscaban cómo llevar el pan a sus hogares. Entonces pienso en tantas personas malas, llenas de envidia, que hacen daño y pululan por la vida con la cabeza erguida.
Caribe imaginado
De pie
A veces, unas horas toman por asalto
el interior de una roca vientre
La cueva es cuna y cama
El intento de una sonrisa
Caminé
[Nota Editorial: El curador de la sección Zona Ambiente, Egidio Colón Archilla, nos introduce a la obra del autor del poema, quien ha sido activista intelectual de la comunidad LGBT+. Sergio Antonio Ortiz, profesor de literatura inglesa jubilado y poeta bilingüe. Nació en Santurce y se crió en Jayuya. Hizo sus estudios universitarios en la Universidad Inter-Americana, San Germán. Vivió más de quince años en México, Perú y Honduras. Sus créditos incluyen audio-poemas en español en GATO MALO, Maleta Ilegal, Indolent Books, HIV HERE AND NOW. Sus poemas también fueron publicados en Breath and Shadows y muchas otras revistas literarias en diversos lugares del mundo.]
Canto, canto, Canto I [a la memoria de los taínos]
Hoy me uno al recuerdo de la tierra del indígena con la mente del aborigen en su areito, una noble raza que habitó esta isla, a ese espíritu desaparecido. Al polvo de más de cinco siglos de invasión, ultraje, esclavitud y abandono. Me siento en comunión con el espacio espiritual del Taíno y lo celebro con un canto a su memoria.
Canto I
Te imagino bajo las noches transparentes
midiendo el tiempo por venir.
Sola
SOLA
me alejaré del tiempo y la memoria
me llevaré todas las heridas de mi espalda
rechazaré el hastío del regreso cobarde
y el hábito de limitar mis pasos.
Se poblará mi alma de trincheras
exploraré la sombra del temor
y del futuro incierto
y habitaré mi corazón
con el comienzo de todo lo que acaba.
´Coraje
Hay instantes en los que reniego de la existencia de Dios, y siento rabia, de saber que se va en el largo viaje gente buena, joven, trabajadora, que solo buscaban cómo llevar el pan a sus hogares.
Entonces pienso en tantas personas malas, llenas de envidia, que hacen daño y pululan por la vida con la cabeza erguida. Son seres despiadados, lobos hambrientos y egocéntricos disfrazados de mansos corderos.
O Sole Mio [Cuento]
Bajo el olmo quebrado cuyas viejas ramas aún adornan el zaguán de la casa del viejo Broderick, Sebastián Armando se aprestaba a escuchar la vieja ópera O' Sole Mío. Broderick gustaba de escucharla al amanecer para recibir el sol. De seguro si el cascarrabias de Broderick se hubiera enterado de la existencia del oyente furtivo, detenía la música. Pero hasta ese día nunca se había enterado. Sentado en el piso y recostado en el olmo rodeado de lirios, el viejo Sebastián se quedaba a dormir desde la noche anterior y despertaba para escucharla. No era el mejor sitio para dormir en la calle, pero tampoco el peor.
Allí lo encontró Tamara quien llegó con una hogaza de pan y un pocillo de café puya en vaso de cartón.
Las Torres Gemelas
Hoy, 11 de septiembre de 2021, confieso que llueve a cántaros, con rayos y centellas. En la montaña, el día amaneció oscuro y triste, quizás recordando que hace veinte años, miles de personas inocentes murieron por la ineptitud de los líderes de un imperio, que se ha autoproclamado el salvador del planeta. Hoy el cielo llora por las miles de víctimas, que estaban en las Torres Gemelas, que ya no existen.