El gobierno de la Argentina, por vía de su ministro de finanzas, Axel Kicillof, indicó ayer que no se había llegado a un acuerdo con los fondos buitres, en particular tres, que al día de hoy no desean negociar con dicho país un pago diferido. Esto se da a raíz del pleito que incoaran desde el año 2006, los fondos de alto riesgo (conocidos como buitres) contra el gobierno de la Argentina exigiéndo el pago inmediato en los casos vencidos de los préstamos hechos en otro momento a dicho país. Es un asunto muy complejo, pero muy interesante. De parte de los fondos buitres, en particular los Elliott Capital Management, filial de NML, el cual dirige el ultraderechista de los EE.UU., Paul Singer.
No obstante, el hecho de que no pagarán ayer, a la fecha del vencimiento de la prórroga, no quiere decir que el mundo se desvaneció. Lo curioso es que ahora surgen, en la lista de las casas acreditadoras como Standard and Poor's, otras categorías nuevas para nosotros. Según esta acreditadoras, nos encontramos ante un impago selectivo (selective default), lo cual indica que el gobierno de Argentina está cumpliendo con unas obligaciones y no con otras. Como bien dijera el ministro Kicillof, “quién le hace caso a las casas acreditadoras”.
Hoy ante el no acuerdo de ayer, el juez federal que atiende el caso, ha citado a una vista de seguimiento el viernes. Este juez federal, Thomas Griesa, ya se había incautado de un total de $539 millones de dólares que Argentina había transferido hace un mes para pagarle a los otros bonistas, el 92.6 de su deuda del año 2001, que si habían negociado con el país. No obstante el juez los retuvo, y presumimos que los habrá de usar ahora a favor del los fondos buitres, que exigen el pago de los $1,330 millones que quieren cobrar ahora mismo.
Para Puerto Rico la experiencia de Argentina es fundamental. El gobierno de Alejandro García Padilla ya ha tomado cartas en el asunto, al haber legislado la ley de la llamada “quiebra criolla” para forzar negociar la deuda con los bonistas a los cuales se les adeuda dinero. Es un asunto monumental, que hay que atender. Lo importante es que el gobernador García Padilla tiene que tomar nota que negociar es parte del proceso. Que los contratos de los fondos buitres o de los bonistas no están sujetos a ser negociados es hoy, ante la experiencia de Argentina, un error. Todo es negociable. Argentina es el espejo ante el cual Puerto Rico se debería mirar.
¿Si un país soberano no puede honrar algunas de sus deudas, que podemos esperar de un país territorio colonial? Argentina hoy le da una gran lección al mundo, y en particular al capital financiero, de las cosas que se pueden hacer para renegociar términos contractuales onerosos. Puerto Rico, toma nota y actúa.
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