[para Julio Cortazar y para S.]
Esta noche llena de ojos
me colma de ti;
mientras, mi isla flota a la deriva
y Cortázar repite que somos amantes,
que huyamos,
antes que la ciudad se desborde de carros
de deberes cotidianos
de hipócritas vestidos de ocasión.
Sigamos huyendo,
tú, ungido de mi humedad
sudando mi vértigo;
yo, arropada de tus versos
viniéndome de constelaciones,
a tu ventana, todo puede ser luz.
Huyamos que la pasarela de gríngolas
no volverá a ponernos los grilletes;
somos libres de vida, pasión y muerte.
Amado amante,
huyamos hasta encontrarnos…
Ana Maria Fuster Lavin
[del poemario El cuerpo del delito]
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