Pura suerte: la economía suspendida en el azar

Economia Solidaria

El dinero no crece en los árboles, dicta el refrán, pero quién sabe si en un boleto repleto de números, ahí sí el afortunado destino le da la bienvenida a la bonanza.

Ayer rotativos del País informaron la llegada de un nuevo juego, parecido a la lotería, donde usted podría probar su suerte y, de paso, aportar a la afluencia de capital para el empobrecido Gobierno.

Ahora bien, la pregunta sería si el desarrollo de más juegos y sorteos es el paradigma que debemos crear para salir de la debacle económica y, a su vez, reflexionar si este afán lúdico no empaña otras consideraciones prioritarias como un esfuerzo masivo, serio y monumental por parte de la gestión política de lidiar con el asunto del desempleo, con la creación de microempresas, con el progreso de la llamada economía naranja, aquella que se sustenta en las industrias creativas y que tanto países han asumido. Esto sin dejar de pensar en cómo continúa sumiéndose el pueblo en una especie de caos lúdico imparable que no puede desvincularse con nuestra conducta consumista.

Como expresé en otra nota, en lo que invierte el tiempo y, por consiguiente, el dinero, cada cual es asunto personal, sin embargo, considero que el Gobierno no debería seguir apostando por el juego para curar la estropeada economía y mientras tanto insistir en una cultura desproporcionada hacia el juego patológico.

Debemos poner el empuje en la vinculación con el suelo, en la producción de la tierra, en el impulso de la autogestión. Muchas veces las situaciones no ameritan “inventar” caóticamente soluciones; hay ocasiones que simplemente hay que volver a la raíz, a lo primigenio. Y que más que aquello que se origina en el cultivo tanto físico como intelectual.

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